Sistemas de misiles antiaéreos S-300. Fuente: ITAR-TASS
El presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, está en una histórica gira por Latinoamérica. El presidente ha visitado Argentina por primera vez y ha dado a entender que está estudiando muy seriamente la cooperación estratégica con este país. Se han firmado varios acuerdos en distintos ámbitos y se ha prestado una atención especial a la mejora de la cooperación técnica militar.
A pesar de que la exportación de tecnología rusa a Argentina por ahora es más que modesta, consta de varios helicópteros Mi-17 para trabajos de investigación en el Ártico y hay en marcha una negociación para la compra de barcos remolcadores, en general el mercado argentino (y el latinoamericano) tiene grandes perspectivas para Rusia.
La cooperación técnica militar de Rusia con los países de Latinoamérica ha ganado un nuevo impulso tras 20 años de interrupción. El volumen de la exportación de armas hacia el Hemisferio Occidental crece de manera estable, y no solamente se suministra armamento, sistemas de defensa aérea y aviones de combate, también se están vendiendo tecnologías y se están creando empresas conjuntas para la producción y la reparación de armamento en territorio de los países de Sudamérica.
En los países latinoamericanos está creciendo rápidamente el parque de helicópteros de fabricación rusa. Ahora, desde México hasta Argentina se utilizan más de 500 helicópteros. Dos países latinoamericanos (Brasil y Colombia) ya han reservado unidades del nuevo Ka-62, cuya fabricación en serie comenzará en 2015.
Durante los últimos siete años, Venezuela ha sido el principal comprador de técnica militar rusa. En particular, durante los últimos años Caracas ha comprado a Rusia cazas Su-30MK2V, helicópteros Mi-17V5, Mi-26T2 y Mi-35M2, tanques T-72B1, sistemas lanzacohetes Smerch y sistemas de misiles antiaéreos S-300V, así como sistemas para la vigilancia costera Bal-E.
En las inmediaciones de la ciudad venezolana de Maracay está finalizando la construcción de una fábrica con licencia para construir los rifles Kaláshnikov AK-103, así como una fábrica de munición. La tecnología de aviación rusa, en especial los helicópteros de múltiples usos Mi-17V5, Mi-26T2 y Mi-35M2, goza de una gran demanda en Venezuela, que se ha convertido en una especie de plataforma de exposición del armamento ruso. En total, desde el año 2005 Venezuela ha comprado a Rusia armamento y técnica militar por un valor aproximado de 12.000 millones de dólares.
El cambio en la situación geopolítica en Europa ha obligado a Rusia a buscar más activamente nuevos socios económicos en el continente sudamericano. El complejo industrial militar ruso está entrando también en el mercado de Centroamérica.
El año pasado se firmó un contrato con Nicaragua para el suministro de dos lanchas de misiles y cuatro lanchas de patrulla para vigilar las aguas territoriales. En 2012, la Corte Internacional de Justicia (el órgano judicial principal de la ONU) resolvió una antigua disputa territorial entre Colombia y Nicaragua sobre un grupo de islas en el mar Caribe. El tribunal dio la razón a Colombia, aunque al mismo tiempo amplió las aguas territoriales de Nicaragua y modificó la frontera marítima, lo cual permitió al país expandir su zona de pesca, le dio acceso a varios yacimientos de petróleo y le obligó a reforzar la vigilancia de los nuevos recursos adquiridos.
La reciente visita del Jefe del Estado Mayor General del Ejército de Nicaragua, Óscar Obregón, a Moscú, es una clara señal de que la cooperación técnica militar de Rusia con este país seguirá desarrollándose.
Durante los últimos tres años, Rusia ha exportado técnica militar a Perú, Argentina, México y Brasil (generalmente helicópteros de la serie Mi y Ka, que ascienden a un 20% del mercado total de helicópteros de Latinoamérica), y en la actualidad se está negociando con Chile el suministro de modelos Mi-17 para misiones de búsqueda y rescate, así como para la extinción de incendios. Uruguay ha comprado vehículos blindados Tigr, automóviles Ural y 48 vehículos blindados Vodnik. Ahora, la mayor parte de los vehículos de ruedas del ejército uruguayo son de producción rusa.
Una gran parte de la atención de Rusia se concentra ahora en Perú, adonde antes de final de año se exportará una gran partida de helicópteros Mi-17 para la lucha contra el terrorismo en la zona del Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro. Los Mig-29 rusos, modificados por Rusia, siguen volando sobre Perú.
Además, se ha suministrado al país sistemas antitanques Kornet-M y se está preparando un contrato de suministro de tanques T-90s. El año pasado, las pruebas de campo de este modelo de tanque ruso revelaron unos resultados óptimos. Para el comienzo de la exportación de vehículos blindados rusos a Perú falta únicamente la decisión definitiva del gobierno peruano.
Cabe señalar que en 2012 Rusia y Perú firmaron un acuerdo para la formación de estudiantes peruanos en universidades militares rusas. Esto podrá facilitar el suministro de técnica militar a Perú, ya que los oficiales peruanos, al volver a su país, promoverán el uso de armamento ruso en el mercado local.
De este modo, prácticamente todos los principales países de Latinoamérica son ya clientes del complejo industrial militar ruso, que prevé un gran potencial en el desarrollo del mercado de armamento de esta región tan alejada de Rusia. Una de las características más atractivas del armamento ruso para los compradores latinoamericano es la relación calidad-precio de su producción. A pesar de que su precio aumenta constantemente, la técnica militar de producción rusa sigue siendo más barata que sus análogos de otros países sin perder en calidad y fiabilidad, y en el caso de algunos productos es incluso líder en el mercado.
Además, los países latinoamericanos tienen en gran consideración la postura de Rusia, que para la firma de sus contratos de armamento se basa generalmente en motivos pragmáticos y no políticos, a diferencia de Estados Unidos, que intenta limitar al máximo o interrumpir completamente la venta de su armamento a los países donde el régimen político no le interesa, por ejemplo, países como Venezuela, Nicaragua, Ecuador o Bolivia, gobernados por partidos de izquierdas.
Esto obliga a los países sudamericanos a buscar modos de diversificar su mercado de armamento y nuevos socios para la cooperación técnica militar. Y Rusia está dispuesta a ayudarles.
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