Se agrava la situación entre Moldavia y Rusia debido a Transdniéster

Vice primer ministro ruso Dmitri Rogozin durante su visita a Transdniéster el 9 de mayo. Fuente: Ruslán Shalapúdov / Ria Novosti

Vice primer ministro ruso Dmitri Rogozin durante su visita a Transdniéster el 9 de mayo. Fuente: Ruslán Shalapúdov / Ria Novosti

La visita del vice primer ministro de Rusia, Dmitri Rogozin, a Transdniéster con motivo del Día de la Victoria provocó un escándalo político. Las autoridades moldavas negaron la salida del avión del político nombrado por Vladímir Putin como representante de Rusia en la región. Finalmente volvió a Moscú en un vuelo regular. Sin embargo, a Rusia no le interesa que se desestabilice la región.

Ucrania y Rumanía cerraron su espacio aéreo al avión de los miembros del gobierno ruso. Incluso después de que el vice primer ministro ruso abandonara la nave privada y viajara a Moscú en un vuelo regular, el avión de la delegación rusa siguió sin poder abandonar Moldavia. Las autoridades moldavas incluso sometieron a un registro al aparato después de que fuera obligado a aterrizar en Chisináu. El objetivo de la policía moldava eran las 30.000 firmas de los ciudadanos de Transdniéster a favor de la anexión a Rusia que unos activistas habían recogido y entregado al político ruso.

Transdniéster declaró su independencia en 1990, pero no ha sido reconocida internacionalmente. En 2004, la población era de 555 347 habitantes, entre los que hay rusos (30%) , moldavos (32%) y ucranianos (28%) y otras nacionalidades. La economía se basa en la industria pesada, producción eléctrica y manufacturas textiles. Estos tres sectores suman el 80% del total de la producción industrial. El PNB se sitúa sobre 420 millones de dólares en 2005, según fuentes propias.

A primera vista parece que esta acción contra el vice primer ministro ruso podría conllevar serias consecuencias para Moldavia. Rogozin, por ejemplo, habló de la introducción de un régimen de visados, algo que podría convertirse en una catástrofe para la economía moldava (según algunas estimaciones, en Rusia trabajan hasta 800.000 inmigrantes moldavos).

“¿Qué razones tendrá Rusia para mantener el estatu quo cuando Moldavia, que se alimenta de ella y obtiene una gran parte de su presupuesto a través de la migración laboral, deje de ser un estado cercano, amistoso o incluso neutral respecto a Rusia?”, declaró el vice primer ministro ruso.

Algunos políticos hablan de la amenaza de una respuesta militar, especialmente tras la “broma” de Rogozin acerca de que si no permitían que el avión abandonara Transdniéster en la siguiente ocasión volaría allí en un bombardero estratégico.

A Chisináu le conviene una dura respuesta de Moscú

Sin embargo, es posible que una dura reacción sea precisamente lo que está intentando conseguir el gobierno de Chisináu. La introducción de sanciones económicas rusas enterraría la economía de la república, aunque al mismo tiempo podría ayudar a los políticos que gobiernan actualmente a ganar las próximas elecciones parlamentarias de noviembre.

“El gobierno moldavo desea de este modo reactivar a su electorado, - aclara a un corresponsal de RBTH el politólogo ruso Serguéi Markedónov. – En las pasadas elecciones, el principal opositor del actual gobierno, el Partido Comunista de Moldavia, perdió muchos votos. Sin embargo, ahora el péndulo podría oscilar en la dirección opuesta y los comunistas, que se muestran escépticos con la integración europea, tendrían oportunidades de ganar en noviembre”.

Los propios partidarios moldavos de la integración europea describen esta posible victoria como el fin del mundo para el país. “La derrota de los partidos proeuropeos en las elecciones puede convertirse en el mayor peligro para la República de Moldavia, - asegura el líder del Partido Liberal Democrático de Moldavia, Vladímir Filat. – La victoria de los comunistas significará un giro hacia el modelo de desarrollo euroasiático y hacia el estancamiento”.

No todos los politólogos comparten este fatalismo. El líder de los comunistas moldavos, Vladímir Voronin, comenta que “nuestros mercados y la clave de nuestro desarrollo se encuentran en Rusia”, aunque a él tampoco se le puede considerar un político absolutamente prorruso. “No hay que olvidar que el plan Kozak (la hoja de ruta que se firmó para regular el conflicto de Trasndniéster) fracasó por culpa de los líderes de los comunistas y del propio Voronin, - continúa Serguéi Markedónov. – Sin embargo, existe una probabilidad de que Moscú logre establecer con ellos unas relaciones constructivas. Especialmente después del Maidán”.

En Moscú entienden el juego de Chisináu y, probablemente, se contendrán a corto plazo de imponer duras sanciones como respuesta a la humillación de Rogozin. En lo que respecta a las amenazas de anexión de Transdniéster y de la aparición del ejército, por ahora esto es poco probable.

El incidente ocurrido alrededor del avión de Rogozin ha demostrado que la república no reconocida se encuentra entre dos estados enemigos de Moscú y no tiene salida directa a las fronteras rusas. Por esta razón, la anexión de este territorio será problemática.

No obstante, a medio plazo Moscú comenzará a ocupar seguramente una postura más activa respecto a Transdniéster (donde, cabe recordar, viven ciudadanos rusos y donde se encuentran grandes almacenes de armamento soviético que no debería caer en manos equivocadas).

Las autoridades moldavas han tomado la vía de revisar el acuerdo de paz soviético-rumano de 1940 y unirse a Rumanía. Pero en ese caso Moldavia daría motivos políticos para la separación legal de la región de Transdniéster. Si se aprueba la vuelta a Rumanía, la única parte que podrá integrarse será la parte de Moldavia que fue arrebatada a Rumanía por la Unión Soviética. El territorio del actual Transdniéster no formaba parte de Rumanía entonces.

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