Las empresas españolas se fijan en los clientes rusos de gama alta

Fuente: Alamy / Legion Media

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Los ositos más conocidos del mundo de la joyería, los que dan imagen a la empresa Tous, se venden en Moscú desde hace tres años. En este tiempo, la compañía catalana ha abierto ocho tiendas en la capital rusa y tiene planes para hacer el salto a San Petersburgo este mismo año. Este es solo un ejemplo de cómo Rusia es un referente para el mercado mundial del lujo y, en concreto, para las empresas españolas de este sector.

“Rusia es ya un mercado muy importante para nuestro negocio y es un país donde estamos creciendo a un gran ritmo”, concretamente, del 60 %. Así pues, “es una de nuestras grandes apuestas tanto en el corto como en el largo plazo”, señalan desde la firma. 

En cuanto a las preferencias de este comprador –que se caracteriza por ser muy exigente y por valorar las marcas con largo recorrido-, destacan el oro y las piezas grandes. 

Y no solamente en Rusia tienen compradores. Los rusos que visitan las tiendas de Madrid y Barcelona –y en menor medida, también los que se alojan en la Costa Brava o la del Sol- son clientes cada vez más importantes. 

Pero no únicamente para Tous. El turista ruso que visita España es el más buscado por las empresas del sector del lujo, ya que se puede llegar a gastar hasta 2.400 euros al día en este tipo de artículos. 

En el panorama mundial, Rusia se encuentra en el top ten en cuanto a gasto en productos suntuosos, al lado de mercados tan consolidados como Estados Unidos, Gran Bretaña y la emergente China, por ejemplo. 

Además, Moscú aparece como una de las ciudades de referencia del mapa del lujo, junto a las tradicionales París, Nueva York, Londres o Milán. 

Un perfume de 89.000 euros y el cortador de jamón de Yuri Luzhkov 

Barcelona fue la sede recientemente de la feria Excellence Fair, con una buena representación de empresas del sector del lujo. 

Entre ellas, se encontraba la firma de perfumería House of Sillage, con sede central en California y una delegación en Tenerife. El director de ventas y marketing de la compañía, David Rueda, explicó a Rusia Hoy que la Federación Rusa es el número 1 de su lista de clientes, empatada con Oriente Medio. La firma tiene presencia en los grandes almacenes más conocidos de Moscú y San Petersburgo. 

Por cierto, la joya de la corona –nunca mejor dicho- de su stand era Geko, un perfume exclusivo que cuesta 89.000 euros. El secreto del precio no está en el contenido –que solo cuesta unos 300 euros- , sino en el continente, ya que el envase es un diseño único hecho con oro, esmeraldas de Colombia y diamantes incrustados. 

El hotel spa de cinco estrellas Cala del Pi, situado en la Costa Brava, también estaba presente en la feria y también tiene un cliente ruso muy fiel. No es el más importante, pero sí es el segundo en cuanto a gasto y el tercero en cuanto a ocupación. 

Su director, Javier Colocho, explica que es un cliente sobre todo de temporada estival, pero “también durante el resto del año algunos vienen para buscar casa en la zona y aprovechan para alojarse en nuestro hotel. Es más, aunque no esté alojado en él, utiliza el restaurante o el spa”. 

Los responsables de Per sé, que crían esturiones y elaboran caviar junto al pantano de Yesa, en Navarra, todavía no han entrado en el mercado ruso, pese a que la naturaleza de su producto parece que les tenga que empujar a ello. Pues bien, han cerrado un acuerdo con un socio distribuidor para vender, no las huevas, pero sí el pescado entero en Rusia, ya que el esturión es allí muy apreciado y está muy solicitado por ser una especie en extinción. 

“Yo he cortado jamón a Yuri Luzhkov, el exalcalde de Moscú”, -declara Florencio Sanchidrián, cortador de jamón profesional y embajador del Jamón Ibérico del Mundo. No es de extrañar, pues también lo ha hecho para Barack Obama, Tony Blair, Robert de Niro o Benedicto XVI. 

La relación de Sanchidrián con Rusia es estrecha. “Todos los meses viajo a Moscú y, si no, a San Petersburgo. Además, también he actuado –él considera que lo que hace son actuaciones y, por cierto, las cobra a 3.000 euros- para rusos en Ibiza, Marbella… mañana mismo voy a Lloret a una fiesta privada. 

¿Y los rusos saben apreciar los siete sabores diferentes que contiene un jamón ibérico? “No todos, claro está, pero los hay con muy buen paladar”, asegura. 

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