Fuente: Servicio de prensa
Según fuentes de Kommersant cercanas al proyecto, la semana pasada Lukoil habría comunicado a sus socios en el CNP, Rosneft y Gazprom Neft, que tenía intención de abandonar el Consorcio. Según estas fuentes Lukoil explica su decisión de vender su participación del 20 % por el deseo de "optimizar su cartera de activos".
La empresa pide alrededor de 200 millones de dólares por el paquete, lo mismo que pagó por su entrada en el CNP, según uno de los entrevistados. Rosneft y Gazprom Neft tendrán un derecho prioritario en la compra de la participación. Lukoil ha declinado hacer comentarios.
La fuente de Kommersant afirma que Vaguit Alekpérov, presidente de Lukoil, trató el tema de la salida de Lukoil del CNP con el presidente de Rosneft, Ígor Sechin, en un encuentro personal hace aproximadamente un mes. Los entrevistados consideran que esta noticia "no le produjo un especial entusiasmo a Sechin". Pero los gastos del negocio en Venezuela para 2014 ya han sido retirados del programa de inversión de Lukoil Overseas, precisan.
Lukoil entró en 2009 en el CNP junto a Rosneft, TNK-BP, Gazprom Neft y Surgutneftgaz. Cada una de las empresas aportó 200 millones de dólares y obtuvo el 20 % de un proyecto que había comenzado por iniciativa de Ígor Sechin, que entonces era vice primer ministro. El CNP posee el 40 % de la empresa conjunta con la venezolana PdVSA que explota el yacimiento de Junín-6, cuyos recursos se valoran en 195 millones de toneladas de petróleo y su explotación en 15.000 millones de dólares.
Rosneft y Gazprom Neft dispondrán de varios meses para comprar la participación de Lukoil. Las fuentes consultadas dicen que todavía no se ha tomado una decisión definitiva. Si las empresas estatales no utilizan su opción, Lukoil podrá vender su participación, en el plazo de un año, a terceras partes. "Pero es difícil que nadie quiera entrar en un proyecto donde hay un gran accionista tan complicado como Rosneft, lo más probable es que las partes lleguen a un acuerdo", presupone una fuente de Kommersant.
Entre los posibles compradores se nombra a la empresa estatal Zarubezhneft. Las tres empresas se negaron a hacer comentarios al respecto. Uno de los consultados por el diario ruso declara que también podría convertirse en "propietario temporal" una de las empresas estatales o un banco, de los que trabajan en Venezuela (por ejemplo, Gazprombank o Uralvagonzavod), y solo después de eso la participación pasaría, probablemente, a Rosneft.
Lukoil no es el primer inversor que se sale de Junín-6. Hace un año también abandonó el CNP Surgutneftgaz. Según explicaron se debió a la negativa del director general de la empresa, Vladímir Bogdanov, a tener activos en el extranjero. Según comentan algunas fuentes, ninguna de las empresas que entraron en el CNP quería en realidad trabajar en Venezuela.
"El país es duro", recuerda el ejecutivo de una de las empresas petrolíferas. "Fue una decisión política y una iniciativa de Ígor Sechin". El resultado fue que no se encontró a nadie más que ha Rosneft que mostrara deseos de adquirir la participación de Surgutneftegaz en el CNP.
En octubre de 2012 TNK-BP quiso salir del proyecto, pero Rosneft compró la empresa consolidándose finalmente como propietaria del 60% del CNP. Hasta ese momento se consideraba a Gazprom Neft como el líder de la explotación de Junín-6, pasando ese papel a Rosneft.
El presidente y copropietario de Lukoil, Vaguit Alekpérov, recalcó ya el año pasado que, aunque no pensaba abandonar Venezuela, el "CNP tendría que trabajar como un consorcio, incluso teniendo en cuenta la salida de Surgutneftegaz.
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"Debería mantenerse la igualdad establecida en el consorcio, teniendo en cuenta de que Rosneft sigue siendo el operador que hemos designado". En realidad el primer ejecutivo habló de mantener la influencia en los trabajos del CNP de todos los accionistas a pesar del dominio formal de Rosneft. Pero fuentes que conocen la situación del CNP dicen que la empresa estatal ha redirigido finalmente todos los procesos de toma de decisiones hacia sí misma, y a Lukoil no le interesaba el papel de simple inversor financiero del proyecto "con grandes gastos de capital y oscuras perspectivas de obtener resultados".
Además la salida de Rosneft del primer vicepresidente, Edward Judainatov, que se ocupaba personalmente de las cuestiones del trabajo operativo en Venezuela, vino a complicar aún más el sistema de dirección del proyecto.
El analista de Sberbank Investment Research, Valeri Nesterov, considera que Lukoil redistribuye sus recursos. La empresa hace tiempo que abandona proyectos en América Latina e invierte más en África y Asia. Lukoil también tiene por delante las inversiones en el Caspio, la empresa busca nuevos activos, por eso, considera el analista, el cierre de proyectos parece lógico.
Artículo publicado originalmente en ruso enKommersant.
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