“Catar, Turquía y Arabia Saudí están atizando el conflicto sirio”

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Muallem (a la izquierda), junto a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Fuente: ITAR-TASS

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Muallem (a la izquierda), junto a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Fuente: ITAR-TASS

En una entrevista para Rusia Hoy, el presidente del Instituto de Oriente Próximo, Evgueni Satanovski, afirma que la solución más rápida y efectiva de la crisis siria es "bombardear Doha, Riad y Ankara", que financian a los terroristas.

¿Por qué Rusia se posiciona en contra de la intervención militar de los EEUU en Siria?

Rusia considera que las intenciones de los EE UU son una tontería en el mejor de los casos y una provocación en el peor, ya que los incidentes con armas químicas están relacionados con un intento de la oposición de provocar un ataque sobre Assad. 

Su ejército no necesita utilizar armas químicas en la capital, en presencia de los inspectores de la ONU, porque está ganando la guerra civil. Para Assad esto sería un suicidio político. Por el contrario para la oposición, que está perdiendo la guerra, es su única opción.  En solitario no está en condiciones de ganar, ni siquiera con el apoyo de los terroristas yihadistas de todo el mundo.

Es decir, ¿no se puede decir que esta guerra civil sea por la democracia?

No se ha luchado ninguna guerra en Oriente Próximo por la democracia, no se está luchando, ni se luchará. Las guerras allí las realizan los islamistas contra regímenes autoritarios laicos, todo el mundo islámico contra Israel o los chiitas contra los sunitas y los sunitas contra los chiitas.

El derrocamiento de Assad no significa democracia sino un genocidio cristiano, de chiitas (alauitas, jafaritas, ismaelitas, drusos, etc.) y también de otras minorías étnicas: turcomanos y kurdos.

¿Cuál es según usted la causa del conflicto?

La política agresiva del bloque islamista sunita: de Turquía y las dos monarquías wahabitas (Catar y Arabia Saudí) en la repartición del mundo islámico y en primer lugar árabe, en un intento para crear un nuevo califato. Para Doha y Riad hay una razón más para atacar a Assad y es su alianza con el chiita Irán. Además los alauitas que gobiernan Siria, desde el punto de vista wahabita son ulemas heréticos y deberían ser derrocados y erradicados.

Está extendida la opinión de que Rusia está en contra de la intervención estadounidense para continuar con su venta de armas a Assad y mantener su base militar en Siria.

Eso es un disparate. Rusia no tiene y nunca ha tenido en Siria una base militar naval, tan solo era un punto de aprovisionamiento técnico y material en Tartús: dos amarraderos flotantes y un barracón en una hectárea y media de terreno donde se almacenaba agua y combustible y estaba estacionada la brigada de reparaciones técnicas.

Si los barcos rusos no van a Siria irán a repostar y a repararse a Limasol en Chipre o a Haifa en Israel, donde ya han ido anteriormente. Desde el punto de vista ruso la intervención en Siria es inadmisible como lo era en Libia, Irak o Yugoslavia.

En Libia Rusia estuvo de acuerdo con la propuesta de Occidente, pensando que no tenían prevista una intervención y le engañaron. No volverá a permitir que pase lo mismo.

El empeoramiento de la situación en Siria y la situación tensa en Oriente Próximo provocará un aumento en el precio del petróleo. Una crítica que se hace a Rusia es que no intenta resolver el conflicto en la región porque esta situación le viene bien. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?

El conflicto en la región lo están atizando Catar, Arabia Saudí y Turquía Ellos son los que salen beneficiados. Los dos primeros además por el aumento del precio del petróleo y el gas. Turquía por sus ambiciones geopolíticas.

Rusia no enciende conflictos en Oriente Próximo. Pero no está dispuesta a ayudar a los terroristas a los que apoya Occidente. Para Rusia esta gente son enemigos. Por qué EE UU, Francia y Gran Bretaña apoyan a Turquía, Arabia Saudí y Catar, convirtiéndose en los principales promotores del terrorismo islamista, esa es la pregunta. Es más probable que la respuesta sean los intereses personales de los líderes de esos países determinados por el lucro personal.

La mayoría de los extranjeros considera que Rusia tiene intención de alargar la toma de una decisión por parte de la ONU sobre la cuestión siria.

Rusia tiene una posición clara con respecto a Siria. Y esta postura coincide con el punto de vista de China. En el Consejo de Seguridad de la ONU hay cinco países con derecho a veto. Tres están a favor de la intervención. Dos en contra.

Si la posición rusa o china se tiene en cuenta no hay ningún tipo de problema. Si no, entonces el problema no es ruso. En cuanto a la solución rápida, no hay nada más tonto que destrozar un país estable para beneficio de los terroristas islamistas, independientemente de cómo de ricos sean los promotores que han organizado en Siria una guerra civil. La solución más rápida y efectiva para el problema es bombardera Doha, Riad y Ankara.

¿Se puede prevenir el ataque estadounidense sobre Siria?

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No. El gobierno estadounidense ha decidido atacar a Siria, si no los terroristas apoyados por sus socios turcos y árabes, perderían la guerra. Después de Siria la cuestión será enfrentarse al ataque sobre Irán. Para Arabia Saudí esta es la única oportunidad de sobrevivir. El enfrentamiento directo con Irán que se acerca, puede destruirla si los EE UU no atacan primero.

¿Cuál es la salida de esta situación?

Parar inmediatamente la financiación y el abastecimiento de armas a los combatientes. Parar el reclutamiento de terroristas de todo el mundo islámico que se realiza en Doha y Riad. Limpiar de bases terroristas el territorio de Turquía y Jordania. Unas conversaciones entre los que estén dispuestos a reconstruir Siria junto a Assad, con un gobierno central en Damasco. Cualquier otra cosa llevará a la división de Siria, al genocidio alauita y de todos los demás chiitas, al exterminio de los cristianos, a la guerra entre los kurdos y drusos sirios con los árabes sunitas y a transformar a Siria en un nuevo Líbano, con una guerra civil de décadas entre comunidades. 

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