El velero Sedov llega a Santa Cruz de Tenerife

“Parece una película”, comenta Blanca Ortega Menéndez. “No, es una película”, le responde su marido, Roberto Junoy Pintos, mientras recorren la cubierta del Sedov, el velero más grande del mundo, tras resultar ganadores junto a otras dos parejas finalistas del concurso convocado por Rusia Hoy, cuyo premio daba la oportunidad de conocer desde dentro este histórico navío que pertenece a la Agencia Federal de Pesca y que lleva más de noventa años surcando los mares.

La visita tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife, el único puerto español en el que el velero de bandera rusa hizo escala del 31 de mayo al 1 de junio en su travesía por completar la vuelta al mundo. 

Para los ganadores del concurso, la oportunidad de visitar elSedov supuso una experiencia “inolvidable”, y para este matrimonio de Madrid “algo muy especial” porque el 31 de mayo celebraban sus Bodas de Plata y el décimo cumpleaños del menor de sus cuatro hijos, Eduardo. 

Emociones similares fueron las que compartieron con las otras dos parejas finalistas, formadas por Nieves Torrandell Picó y su hija Eva Sardá Torrandell, que tuvo la oportunidad en el tour de ampliar sus conocimientos sobre barcos ya que estudia Sistemas de Tecnología Naval en la Universitat Politècnica de Catalunya; así como los canarios Lorenzo Hernández Bravo y su hija Mónica, que subió al Sedov vestida con el traje típico de las campesinas de la isla Tenerife. 

A los invitados les llamó mucho la atención la campana de llamada situada en la proa; el ancla, cuyo peso ronda las cuatro toneladas, y los mástiles, el mayor de los cuales mide 56 metros de altura y forma parte de la estructura original del Sedov desde que se construyó en 1921 en unos astilleros de Alemania. En este recorrido hizo de anfitrión el oficial Maxim Gorin, quien les mostró también el museo, el salón de actos y el recreativo del velero. 

Los invitados tuvieron además la oportunidad de conversar y tomar un té en el camarote con su capitán, Nikolái Zórchenko, quien respondió amablemente a las preguntas que se le plantearon en un ambiente cómodo y distendido. 

Lázaro Hernández se interesó por conocer qué se necesita para gobernar un barco de estas características y cuya tripulación la integran aproximadamente doscientas personas, la mitad de ellos cadetes de la Universidad Técnica Estatal de Múrmansk. 

“La puerta de mi camarote siempre está abierta”, contestó Zórchenko. 

Desde hace tres años, Nikolái Zórchenko es capitán del Sedov, y si bien esta es la primera vuelta al mundo que emprende el legendario velero, es la cuarta ya en el largo historial del marino. 

En el encuentro, el capitán aprovechó para explicar el día a día de a bordo, los diferentes turnos que son necesarios organizar para que todo funcione con la precisión de un reloj suizo y el trabajo que realizan los alumnos desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde. 

Explicó también en qué consiste la formación diaria ante la bandera cuando cae la noche y cómo se organizan las comidas, los ratos de ocio que puede disfrutar la tripulación y cómo se planifican las guardias nocturnas en un velero que cuando navega en alta mar no disminuye su frenético ritmo las 24 horas del día. 

Disciplina, entusiasmo y amor por el trabajo son otros de los elementos necesarios para que este navío de cuatro palos cumpla el próximo 20 de julio, cuando arribe al puerto de San Petersburgo, su itinerario alrededor del planeta tras catorce meses en alta mar. 

El capitán del Sedov transmitió así a los presentes su orgullo por servir en este velero, que en sus 92 años de historia aún continúa navegando como si fuera el primer día, sin perder su capacidad de respuesta ante condiciones adversas. 

Al finalizar el encuentro, Nikolái Zórchenko hizo entrega a las tres parejas ganadoras de varios regalos: un atractivo libro de fotografías de navíos rusos y de otros países, así como un póster de grandes dimensiones del Sedov surcando los mares con todas sus velas desplegadas. 

Aprovechó ese momento para animar a la joven estudiante de Sistemas y Tecnología Naval de la Universitat Politècnica de Catalunya, Eva Sardá, para que formara parte de la tripulación de estudiantes del navío en un futuro próximo. “Estoy convencido que nos veremos pronto”, dijo para animar a la joven, muy interesada en conocer la sala de máquinas del velero. 

Tras más de dos horas sintiéndose como un miembro más de la gran familia del Sedov, las tres parejas tuvieron que regresar a la realidad y volver a sus respectivos destinos. Roberto Junoy Pintos, muy emocionado por la experiencia, no dejaba de elogiar el velero y lo que a título personal había significado esta visita. 

“Ha sido un honor contemplar de cerca esta belleza de otros tiempos”, dijo sin dejar de mirar en ningún momento la silueta del Sedov anclado en puerto de Santa Cruz de Tenerife.

“El hecho de estar dentro es completamente diferente a cuando lo ves desde fuera. Es imposible explicar lo que he sentido al tener la oportunidad de tocarlo, de pasear por la cubierta, de recorrer su interior. De tener incluso el privilegio de conversar con su capitán. Ha sido un día muy especial. Una visita de película”.

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