Moscú busca nuevos socios comerciales

Fuente: Serguéi Subbotin / Ria Novosti

Fuente: Serguéi Subbotin / Ria Novosti

Los BRICS y la Unión Económica Euroasiática son las dos asociaciones en las que Rusia busca más activamente nuevos acuerdos, sobre todo tras la exclusión del G8. Los acuerdos comerciales con China ganan importancia, pero el intercambio con EE UU y Europa sigue siendo muy destacado.

El pasado febrero, el vice primer ministro Arkadi Dvorkovich anunciaba en el Foro Económico de Krasnoyarsk que la búsqueda de nuevos comerciales es uno de los objetivos de Rusia. El gobierno tiene esperanzas en la región del Pacífico, no solo los países asiáticos sino también en los latinoamericanos. "Damos la bienvenida a todos los inversores", decía Dvorkovich.

Las cumbres de los BRICS y de la Organización de Cooperación de Shangái que tendrán lugar el próximo julio en Ufá (1.300 km al este de Moscú) son una oportunidad para desarrollar estos lazos. Sin embargo, a pesar del declarado giro de Rusia hacia Asia , el intercambio de bienes con los países en desarrollo está cayendo, mientras que con los EE UU se mantiene estable y en un nivel alto.

En este contexto, el formato de los BRICS es conveniente para la búsqueda de nuevos socios. Esta asociación de países con economías en desarrollo avanza en diferentes ámbitos. "Los países BRICS forman parte de otras instituciones internacionales"- declara Dmitri Bedenkov de Russ-Invest. " pero la importancia de los BRICS como organización aumenta en momentos de inestabilidad en la economía mundial y de alta volatilidad en los mercados financieros".

Según Bedenkov, la organización es un mecanismo que sirve para dar estabilidad y puede convertirse en un efectivo instrumento para la integración económica interregional. En este sentido, en mayo de 2015 la Unión Económica Euroasiática, integrada por Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, Armenia y Kirguistán comenzaron a poner las bases para un acuerdo de comercio y cooperación económica con China.

Se busca llegar a una unión que pueda desarrollar inversiones en el desarrollo de infraestructura dentro del proyecto de la nueva Ruta de la Seda, impulsado por China, declaró Andréi Slepnev, ministro de comercio del Comité Económico Euroasiático, el órgano ejecutivo de la Unión Euroasiática.

Sin embargo, a pesar de estos planes políticos, el volumen de intercambio entre los BRICS está cayendo. En el primer cuarto del 2015 la importación de bienes chinos a Rusia se redujo en un 34,5% respecto al mismo periodo del año pasado. Lo mismo ha ocurrido con los bienes rusos hacia el país asiático, con un descenso del 32,6%. Así, el comercio chino-ruso entre enero y marzo de este año se ha contraído en un 33,6%, aunque su volumen sigue siendo amplio, 14.410 millones de dólares. Estas cifras cuestionan los planes del gobierno ruso para aumentar el comercio bilateral hasta los 100.000 millones en 2015. El año pasado, aumentó en un 6,8% hasta alcanzar los 95.280 millones.

Por su parte, según los datos oficiales, el intercambio con India en 2014 alcanzó los 9.500 millones de dólares. El comercio con Brasil ronda los 6.000 millones de dólares, mientras que el escenario más optimista respecto a Sudáfrica es de 2.000 millones en 2015. En comparación, el comercio entre Rusia y EE UU aumentó en 2014 en un 5,6% hasta alcanzar los 29.200 millones de dólares. Según estos datos, EE UU es un socio comercial más importante que los BRICS, excluyendo China.

Según Ilyá Balakirev, analista de UFS IC, la logística es el mayor impedimento para el desarrollo de uniones no basadas en aspectos territoriales, como pueden ser los BRICS. "El comercio entre países que se encuentran en continentes diferentes es complejo", dice. La similitud entre las economías es otro factor importante. "El comercio internacional se desarrolla activamente cuando unos países rellenan 'los huecos' en el balance comercial de otro: uno vende materias primas, otros exportan tecnologías a lugares en los que la fuerza de trabajo es más barata, y otro vende el producto final para su consumo". Así, un país como China se dedica a adquirir materias primas desde Indonesia o Australia, por ejemplo, y vende el producto final a Europa y EE UU.

"A pesar del gran potencial para el desarrollo comercial entre los BRICS y que cuentan con todos los requisitos previos para el éxito, el grupo no se convertirá en autosuficiente todavía", subraya Balákirev. "Rusia puede cambiar parcialmente de Europa a China, pero estos dos tienen unas economías completamente diferentes y diferentes aproximaciones al comercio exterior", explica.

"Mientras las compañías rusas venden productos a Europa con un alto grado de elaboración, China quiere obtener maneras de crear valor adicional por sí misma, comprar materias primas y no  productos finales".

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