El multimillonario Arkadi Rotemberg es uno de los afectados por las sanciones. Fuente: TASS.
El multimillonario ruso Arkadi Rotemberg, considerado un miembro del círculo de amistades del presidente ruso, Vladímir Putin, ya se ha dirigido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Según el periódico italiano Corriere della Sera, en otoño de 2014 el gobierno de Italia impuso un embargo a los activos y las propiedades del empresario en el país, que ascendían a un valor total de 30 millones de euros.
“Hay muchas razones para recurrir estas sanciones, en primer lugar los criterios para incluir a una persona en las listas son extremadamente difusos. Esto nos da derecho de recurrir las sanciones que se imponen contra una persona concreta”, comenta Yuri Vorobiov, socio de la compañía jurídica Pepeliaev Group.
Según el periódico ruso Kommersant, algunos rusos que figuran en las listas de sanciones de la UE están intentando conseguir la anulación de las sanciones en los tribunales. Además, muchos han solicitado directamente al Consejo de la UE que se revisen las sentencias de sus casos.
Gracias a estos recursos, en 2014 se eliminó de las listas a algunos políticos ucranianos, entre ellos el hijo del ex primer ministro de Ucrania Alexéi Azárov, así como a algunos políticos sirios y libios, incluyendo al primo del exdirigente libio Muamar Gadafi. Según Evgueni Raschevski, socio del bufete de abogados Egórov, Puguinski, Afanásiev y Socios, “cualquier sentencia favorable en los recursos contra las sanciones influirá en los juicios posteriores”.
Las compañías rusas están utilizando el mismo método para recurrir las sanciones en los tribunales. En octubre de 2014 la mayor petrolera rusa, Rosneft, recurrió las sanciones impuestas contra ella por la Unión Europea.
Dos semanas después presentaron la misma demanda los principales bancos estatales rusos (Sberbank, VTB, VEB) y la compañía petrolera Gazprom Neft, que también figuraban en las “listas negras”. Anteriormente, el Consejo Europeo había prohibido a los ciudadanos de la UE comprar y vender nuevas acciones y bonos de estas compañías, así como concederles créditos con plazos mayores de 30 días.
Según Yuri Vorobiov, las corporaciones y los empresarios tienen una mayor probabilidad de que se les retiren las sanciones que los políticos. En particular, las sanciones se han extendido a una serie de compañías y empresarios que se consideran “cercanos” al gobierno ruso. “Las sanciones impuestas contra este grupo parecen menos convincentes, porque no siempre es evidente el vínculo entre estas personas y los acontecimientos que sirven como base formal para la imposición de las sanciones”, comenta Vorobiov.
Un precedente para los empresarios rusos podría ser la experiencia de las compañías iraníes. Según señala el director del departamento de derecho internacional de IPT Group, Alexéi Mozzhujov, Irán logró que la UE retirara algunas sanciones.
En 2013 el Tribunal de Justicia Europeo dictó las sentencias de 42 demandas de este tipo, en su mayor parte relacionadas con las sanciones iraníes, y 15 de ellas resultaron favorables a los demandantes. Entre otras, se retiraron las sanciones contra el banco iraní Mellat, que logró demostrar que no había participado en la financiación del programa nuclear iraní.
No obstante, según Yuri Vorobiov, la experiencia iraní apenas servirá de gran ayuda, ya que las sanciones introducidas y las razones de estas son muy distintas. Sin embargo, estos casos demuestran que no solo se puede luchar contra las sanciones, sino también obtener una sentencia favorable, añade el experto.
Según Alexéi Mozzhujov, la revisión de un expediente en los tribunales puede durar entre uno y varios años, “durante ese tiempo la situación geopolítica seguramente cambiará hacia un lado u otro, de modo que la cuestión podría resolverse por sí sola”.
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