Recuperará las tasas sobre las ventas. Se trata de la primera medida de este tipo desde que Putin es presidente. Fuente: Artiom Zhitenev / Ria Novosti
El Ministerio de Finanzas de Rusia, por orden del presidente, Vladímir Putin, ha preparado y publicado un proyecto de ley sobre la introducción en las regiones del impuesto sobre las ventas. Según el proyecto de ley, la tasa más alta del impuesto será del 3%. Las regiones podrán imponer si lo desean una tasa más baja, pero esta deberá ser la misma para todas: el proyecto prohíbe diferenciar la tasa del impuesto entre distintos tipos de productos o categorías de pagadores.
Además, el impuesto no se aplicará a la venta de productos de primera necesidad: pan, leche y productos lácteos, aceite vegetal, margarina, harina, cereales, azúcar, sal o patatas, así como a medicamentos, alimentos infantiles y para diabéticos o ropa y calzado infantiles.
“Este aumento de la carga fiscal se corresponde con la búsqueda de ingresos adicionales del presupuesto debido al empeoramiento de la situación económica interna. La economía rusa presenta signos de desaceleración y, según algunos parámetros, existen serios temores de una posible caída en recesión”, comenta Dmitri Bedenkov, director de la sección analítica de Russ-Invest.
Según el experto, en este contexto, la búsqueda de fuentes de ingresos adicionales del presupuesto parece justificada. Sin embargo, según señala Bedenkov, una subida de impuestos únicamente puede reforzar la tendencia negativa y llevar a un crecimiento de la inflación. Una baja actividad de consumo podría reducir el efecto esperado de la introducción del impuesto sobre las ventas, lo cual podría contribuir a una mayor inflación.
En la actualidad, según el Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia, el déficit de los presupuestos regionales es de un 1% del PIB. Su aparición se debe a la subida salarial de los empleados de las empresas púbicas que tuvo lugar en mayo de 2014 por decreto del presidente, Vladímir Putin.
Según el Ministerio de Finanzas, el nuevo impuesto aportará a los gobernadores hasta 200.000 rublos (5.600 millones de dólares) anuales, mientras que el déficit de los presupuestos regionales puede rondar los 800.000 millones de rublos (22.000 millones de dólares).
“En las regiones rusas va aumentando gradualmente el problema del déficit presupuestario, que podría aparecer durante los próximos años debido al estancamiento de la economía nacional”, comenta el analista del consorcio de inversión Finam, Antón Soroko. Según este, la mayor reducción de los impuestos del presupuesto corresponde al impuesto sobre los ingresos de las compañías, ya que la mayoría de los fabricantes redujeron significativamente su marginalidad en 2013.
Además, las posibilidades de obtener préstamos de las regiones están limitadas debido a la desfavorable coyuntura actual de los mercados provocada por las sanciones contra Rusia.
La experiencia histórica
Cabe señalar que en Rusia ya estuvo vigente antes el impuesto sobre las ventas: fue introducido en 1998, aunque más tarde se reconoció que era ineficaz y fue anulado en 2003. También se trataba de un impuesto regional y su tasa fue también definida por las autoridades regionales.
No obstante, en 2003 el Tribunal Constitucional de la Federación Rusa declaró inconstitucional el cobro a la vez del IVA y del impuesto sobre las ventas. En la práctica internacional, los países de la Unión Europea realizan el cobro del IVA, mientras que Estados Unidos recauda el impuesto sobre las ventas.
Por esta razón, desde el año 2006 el Ministerio de Finanzas ha rechazado constantemente la idea de recuperar el impuesto sobre las ventas, alegando no sólo problemas legales, sino también la complejidad administrativa y la mala cobrabilidad de este impuesto.
“En realidad, este impuesto llevaría a un incremento de la carga fiscal sobre los empresarios y a una subida de los precios para los consumidores. Además, a pesar de la aparente sencillez de su administración, los pronósticos de su cobrabilidad son altamente pesimistas”, comenta Nina Kozlova, jefa de la dirección de consultoría fiscal y legal de FinExpertiza.
Según Timur Nigmatullin, analista de Investcafé, en unas condiciones de desaceleración del crecimiento económico es necesario buscar nuevas fuentes de ingresos, aunque la subida de impuestos no es la solución.
“Una medida tan radical como la introducción de un nuevo impuesto seguramente no hará más que empeorar el estado actual de la economía de Rusia, ya que llevará a una mayor inflación y a una reducción aun mayor del consumo de los hogares”, comenta el experto. Según este, para salir de esta situación, en el futuro el gobierno se verá igualmente obligado a reducir los gastos militares con el objetivo de reducir el déficit presupuestario.
El gobierno ya ha propuesto otras opciones, como la subida del IVA del 18 al 20%. Según los analistas de Deutsche Bank, esto aportaría al presupuesto hasta 500.000 millones de rublos (14.000 millones de dólares). Sin embargo, si Rusia recupera el impuesto sobre las ventas, la opción de la subida del IVA no se contemplará.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: