Se plantea la devaluación del rublo como un impulso para la economía rusa

Un grupo de economistas afirma que con la medida se incrementarían la venta de coches y la recaudación de impuestos. Fuente: PhotoXpress

Un grupo de economistas afirma que con la medida se incrementarían la venta de coches y la recaudación de impuestos. Fuente: PhotoXpress

La devaluación del rublo podría llenar las arcas del Estado y traer tiempos de bonanza para la industria automovilística del país, así como para otros tipos de comercio. El precio de la moneda, en su nivel más bajo con respecto al dólar en cuatro años, impulsaría a los rusos a comprar productos locales.

Un cúmulo de factores se han combinado para que el rublo experimente una caída, desde el temor al final de la flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal de los EE UU a las declaraciones del ministro de Economía, Antón Siluanov, de que un rublo más débil supondría un beneficio económico para el país.

También han contribuido la lentitud en la recuperación de la UE, el mayor socio comercial de Rusia, y unas perspectivas no demasiado halagüeñas de crecimiento del PIB.

Pero, a diferencia de la histórica devaluación de 1998, cuando las compañías petrolíferas se embolsaron enormes beneficios imprevistos en rublos al vender crudo en dólares, las nuevas leyes fiscales asegurarán que el Estado recoja esta vez la mayor parte de los ingresos que deja el petróleo.

Las firmas domésticas apuntan hacia el comprador ruso cuyo interés, por otra parte, debería aumentar, ya que el producto “made in Russia” es cada vez más competitivo.

“El precio de los productos importados subirá y uno de los mayores ganadores será la floreciente industria rusa del automóvil” dice Chris Weafer, fundador de la empresa Macro Advisory, con sede en Moscú. “El mercado automovilístico de Rusia pronto superará al de Alemania y se convertirá en el mayor de Europa”. Los productores automovilísticos se beneficiarán, incluyendo a los gigantes rusos VAZ, GAZ y Sollers.

De algún modo, Rusia ya se sabe la película. Al tener que enfrentarse a malos vientos macroeconómicos, unas mermadas reservas de divisas extranjeras y a las secuelas de la crisis económica asiática, Rusia devaluó su moneda en 1998, que cayó en una espiral de 6 rublos el dólar a casi 30 en el arco de unos pocos meses. La situación de hoy no es, ni de lejos, tan grave.

A principios de 2013, el dólar se cambiaba a unos 30 rublos. Hoy, el cambio son 33 rublos, aunque algunos economistas prevén que caiga hasta los 37 a finales de año, especialmente si el precio del crudo, la principal exportación rusa, cae también.

El cambio del rublo es flexible solo en parte. Se permite que el cambio contra el dólar-euro oscile dentro de un margen fijado por el Banco Central de Rusia, que ha gastado 11.000 millones respaldando la moneda desde la primavera pasada, cuando dejó que este margen se ampliase. Según Bloomberg, es probable que los legisladores rusos permitan un cambio flexible para el rublo en 2015.

“En 1998, las compañías petroleras rusas pagaron prácticamente cero impuestos”, cuenta Weafer. “Hoy, la tasa total de impuestos se acerca al 90 %. Así, el verdadero beneficiario es el presupuesto estatal”

Los impuestos procedentes de las exportaciones de petróleo son un gran respaldo para la deuda pública rusa, dice Weafer, y crean una oportunidad para que los inversores que busquen rendimientos puedan obtener ingresos fijos sin apenas riesgo.

“Rusia tiene una posición muy cómoda en lo que respecta a deuda pública y no tendrá que pedir prestado para equilibrar su balance. El Eurobono Rusia 28 está a un 5,6 % de interés y el Rusia 30 está al 4,3 %. Esos precios son en euros, por lo que no hay riesgo para la divisa. Además, el interés refleja un riesgo presupuestario que no existe realmente”, comentó Weafer. 

¿143 millones de rusos comprando productos locales?

La caída del rublo debería ayudar al comercio local a atraer al consumidor rusos, un sector al que apuntan cada vez más los comerciantes globales, ya que el aumento de los salarios ha multiplicado el poder adquisitivo de una de las mayores poblaciones de Europa. Un reciente estudio del Banco Mundial señaló a Rusia como la economía más grande de Europa y la quinta más grande del mundo en términos de paridad de poder adquisitivo.

“En la actualidad, los ingresos netos del moscovita medio superan a los del ciudadano medio de Houston”, afirma Edward Verona, expresidente del Consejo Empresarial EE UU- Rusia. El aumento de los ingresos está motivado por “una década de bonanza económica, un índice de impuestos bajo y continuado, servicios públicos proporcionados por el Gobierno y quizá, lo más importante, el hecho de que el ruso medio es dueño de su casa y no tiene una hipoteca”, comenta Verona.

“Los rusos tienen mucho más dinero para gastar en bienes de consumo y están deseosos de hacerlo tras siete décadas de comunismo y una difícil transición a la economía de mercado”, explica Weafer.

Entre los triunfadores locales se cuentan cadenas de alimentación como Dixie, el único productor de carne que entra en los índices, Cherkizovo, y Magnit, una marca que algunos inversores llaman el “Walmart ruso”. 

Magnit ha sido “propulsado a lo más alto de la industria de la alimentación rusa, un mercado en expansión que mueve 300.000 millones de dólares al año y que es el más grande de Europa”, escribió a principios de año la revista Economist. A principios de verano, las acciones de Magnit doblaron su precio del año pasado, después de que la compañía anunciase un récord de 4.300 millones de dólares en las ventas trimestrales. 

Diamantes y caviar

¿Y qué sucede con las exportaciones rusas, que son ahora más baratas? “Una compañía rusa llamada VSMPO-AVISMO es el mayor proveedor de titanio de Boeing y Airbus. Las fábricas de aviones van mejor económicamente ahora que reciben ese producto más barato. Y esto hará que baje el precio del 787”, explicó Weafer.

Un rublo más débil significa también que las exportaciones de alimentos rusos a los EE UU, como caviar o carne de cangrejo, valoradas en 175 millones de dólares en 2012 según la Oficina del Censo de EE UU, serán relativamente más baratas.

“Podría ser un buen momento para comprar un diamante para alguien especial”, concluyó Weafer. “La empresa rusa Alrosa es el segundo mayor exportador de diamantes después de De Beers, en Sudáfrica. Y los diamantes de Alrosa son, por lo general, de mejor calidad. Por tanto, aunque la moneda de Sudáfrica se haya devaluado incluso más que el rublo, Rusia sigue ofreciendo el mejor trato”.

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