Una belleza rusa se sube al ring

¿Cómo llega una chica tan guapa a la sala de entrenamiento de artes marciales?


Todo empezó cuando era pequeña. Me encantaban las películas de Bruce Lee y de tipos duros. Yo quería llegar a ser tan fuerte como ellos y ayudar a la gente (sonríe). Constantemente le decía a mi madre: "Mamá, quiero aprender a hacer eso". Tras numerosas y largas discusiones, mi madre cedió y me apuntó a karate. Y me dediqué al karate durante varios años. 

¿Y qué pasó después?


A los 14 años llegó el momento de escoger una profesión. Siempre me habían interesado el periodismo, la interpretación y el diseño. Finalmente me decanté por el diseño. Me pasaba el día dibujando, cosiendo. Y me dedicaba al deporte como aficionada. 

Más tarde, un día en el gimnasio conocí a un entrenador de boxeo tailandés. Allí, rodeada de aquellos chicos, recordé las patadas bajas, los mawashi... Y me di cuenta de que lo echaba de menos. Estuve yendo allí un tiempo, y luego encontré el club de boxeo tailandés "Variag" y comencé a entrenar muy intensamente. Enseguida me enviaron a una competición, la Copa de Rusia. E inesperadamente para todo el mundo, gané. 

¿Y tu madre ve los combates? ¿Te da consejos profesionales?


Sí, sí que los ve (sonríe). Durante los últimos años mi madre ha visto más combates que yo. Ve los combates de mis rivales, combates regulares... Yo a veces no tengo tiempo para verlos.  

vk.com/yankova_anastasia_s

¿Durante los entrenamientos luchas exclusivamente con chicos?


Cuando entrenaba en el club "Variag" sí. Pero ahora entreno en la Academia de boxeo de Alexander Pogorelov. Y en estos momentos mi compañera de sparring es una chica. 

Pero es una chica capaz de poner de rodillas a muchos chicos. Se llama Ekaterina Izotova, y ha sido varias veces campeona del mundo. Es un poco más ligera que yo, pero tiene mucha técnica, es muy interesante practicar con ella. Y poder entrenar con una compañera de sparring que además te enseña es un privilegio. Ella me puede explicar y mostrar cómo tengo que hacerlo todo.  

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¿Tienes algún ídolo en el mundo del boxeo?
 

Gina Carano es una gran luchadora. Fue la primera y la mejor en todos los sentidos. Igual que Fiódor Emeliánenko. Digan lo que digan de él, nada cambiará su status. No se puede hablar mal de Emeliánenko, porque él es el emperador y lo seguirá siendo. 

También está Mike Zambidis. Es un crack. Nunca te cansas de ver un combate de Zambidis. 

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¿Aparte de las artes marciales, practicas algún otro deporte?
 

El mejor descanso es cambiar de actividad. Cuando estoy libre intento dedicarme a cosas que sean completamente opuestas a las artes marciales. Me gustan mucho los caballos y la equitación. Siempre que tengo un día libre monto a caballo. 

¿Te gustaría participar en los Juegos Olímpicos?

Seguramente el boxeo tailandés nunca llegará a ser deporte olímpico: es demasiado duro. En cuanto a la decisión del COI sobre la retirada de la lucha, me parece algo muy triste. Al principio no podía creérmelo, no entendía cómo podían haber tenido esa idea. Muchas veces visito ciudades en las que no hay más deportes que el boxeo y la lucha. ¡Nada más! Y quieren dejarles también sin eso.  

¿Te has encontrado alguna vez con hombres más débiles que tú?


¡Sí, por la calle veo constantemente a hombres más débiles que yo! (Se ríe). Antes ayudaba a algunos chicos a levantar las pesas, pero ahora ya no. Ahora practico individualmente con mi entrenador. Evidentemente, en la vida hay de todo, ¡no quiero decir que todo el mundo tenga que levantar 150 de pecho! La fuerza no consiste en eso. Sobre todo la fuerza masculina. Pero tampoco está bien ser demasiado débil. ¿Justin Bieber? Es que no entiendo que pueda haber gente así. 

Tienes muchos tatuajes. ¿Hace tiempo que pones a prueba tu debilidad con ellos?


Cuando me tatué el primero ya sabía que no sería el único. Entendí que había que aguantar y que tampoco es algo tan doloroso ni terrible. En general me suelo tatuar motivos japoneses. El último es una carpa que sube por una catarata y se convierte en un dragón en la parte superior.

Entiendo que los tatuajes son ante todo estética. Cada dibujo es una marca en el camino de mi vida. Por ejemplo, a mi hijo le diré: "Esto, hijo mío, es una llave. Un día soñé que el fundador del estilo de karate Kyokushinkai, Masutatsu Oyama, me daba una llave y me decía: "Tú les abrirás todas las puertas". Y yo pensé que no podía perder esa llave. Y aquí la tengo, en la pierna".  

¿Te gustaría probar las artes marciales mixtas?


Me gustaría mucho. Siempre he soñado con eso. Me parecen muy interesantes, me encanta la lucha. Pero debería empezar totalmente desde cero. Son otros pesos, otra preparación. 

Publicado originalmente en ruso en gazeta.ru. 

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