La energía queda al margen de la política

Serguéi Kirienko, director general de Rosatom, durante la muestra Atomexpo en Moscú. Fuente: servicio de prensa

Serguéi Kirienko, director general de Rosatom, durante la muestra Atomexpo en Moscú. Fuente: servicio de prensa

La empresa atómica
rusa responde a las dudas acerca del uso de su producción para influir
a nivel mundial durante
una exposición en Moscú.

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Los especialistas asocian Rusia con las exportaciones de tecnología nuclear cada vez con más frecuencia. La corporación estatal Rosatom es la mayor en construcción de centrales nucleares del mundo.

Además, cuenta con una cartera de proyectos para los próximos diez años en el campo de la construcción de reactores de potencia y experimentales, el suministro y enriquecimiento de combustible, tecnologías de radiación y medicina nuclear, con contratos que ascienden a más de 110.000 millones de dólares.

Hoy en día Rusia está transformándose de un exportador de materia prima a uno igual de activo de producto hecho de altas tecnologías en forma de centrales nucleares.

En el foro Atomexpo, celebrado el pasado junio en Moscú, se planteó la cuestión de si esta empresa podría convertirse en un instrumento del Gobierno ruso para ejercer influencia política sobre otros países. 

Valgan como ejemplo las discrepancias entre Ucrania y Rusia en el campo del gas, inexistentes en cuanto a energía nuclear.

Aunque que solo el 10% de la energía eléctrica consumida en Ucrania se produce a partir del gas, y el combustible nuclear genera el 60%, nadie ha puesto en tela de juicio la garantía y fiabididad de los suministros de energía nucleares de Rusia a Ucrania. 

“Cuando hace cinco años se puso en marcha el proyecto de expansión de la planta nuclear de Temelin, en la República Checa, la prensa local solía preguntarse si aumentaría la influencia de Rusia sobre este país en caso de que nuestra compañía ganara la licitación”, comenta el vicedirector general de Rosatom en Desarrollo y Negocios Internacionales, Kirill Komarov. 

“¿Pero en qué consiste la dependencia? Muéstreme un solo ejemplo en los 60 años de historia del desarrollo de la energía atómica en el mundo en el que Rusia haya aprovechado su papel de proveedor de combustible nuclear o de otro tipo de servicios relacionados para exigir algo a sus socios políticos”, pregunta el técnico.

Komarov recuerda que la cooperación entre el país eslavo y los miembros de la UE supone un volumen de intercambio comercial de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares al año. Y esa cifra aumenta tomando en cuenta los proyectos de construcción iniciados en Finlandia y Hungría. Pero la cooperación en el sector atómico no supone ningún riesgo político para la relación entre Rusia y la UE, según Komarov.

Los expertos creen que la decisión deliberada de no utilizar la colaboración con otros países en el campo del átomo pacífico para la consecución de objetivos políticos ha servido para aumentar la competitividad de las empresas nucleares rusas. 

“Todos saben que los rusos no amenazarán con detener las obras o con cortar el suministro de combustible en caso de que se produzca una confrontación política. Mire lo que está pasando ahora entre Moscú y Washington, tanto en el campo político como en su relación comercial en el sector de la energía nuclear. Los rusos no solo ponen por delante la honestidad, sino que están cumpliendo con la totalidad de los acuerdos y las condiciones de los contratos, a pesar de la compleja situación política”, dijo el director del Centro de Eficiencia Energética, Semión Dragulski.

Según señaló Komarov en el foro Atomexpo 2015, la cooperación entre EE UU  y Rusia en el uso pacífico del átomo no se ha paralizado. Rosatom cubre entre el 20% y el 25% del mercado norteamericano del uranio enriquecido y el número de contratos firmados alcanza los 6.000 millones de dólares. 

El vicedirector de Rosatom recuerda que la corporación es consciente de la base de su éxito y “por eso siempre nos atendremos a los contratos firmados con nuestros socios. Incluso cuando no nos resulte del todo rentable”.

Proyectos en el extranjero

Rusia construye actualmente centrales nucleares en Turquía, Vietnam, India, Irán, Finlandia, Hungría y Bielorrusia. En total, 29 bloques energéticos.

La corporación estatal Rosatom cuenta con el 17% del mercado mundial de los suministros de combustible nuclear y el 40% de enriquecimiento de uranio. Más allá de Europa, el país euroasiático también está interesado en cooperar con América Latina. En este sentido, Rusia y Argentina firmaron en abril un acuerdo de construcción de centrales nucleares y de posible suministro de combustible nuclear poco enriquecido y sus componentes para las necesidades de reactores energéticos y de investigación del país americano.

Unos meses antes, la empresa rusa firmó un convenio con Brasil para suministrar isótopos radiactivos rusos, muy utilizados en medicina. Además, este año la corporación tiene previsto abrir una oficina regional en el país amazónico.

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