Tarjetas de crédito con protección absoluta, ¿realidad o farsa?

El polémico empresario Viktor Petrik asegura que su invención basada en puntos cuánticos soluciona el problema de la seguridad. Fuente: Yuri Belinski / TASS

El polémico empresario Viktor Petrik asegura que su invención basada en puntos cuánticos soluciona el problema de la seguridad. Fuente: Yuri Belinski / TASS

Basadas en puntos cuánticos y sin chips ni banda magnética, esta es la propuesta de Víktor Petrik, polémico empresario considerado por sus seguidores uno de los principales inventores del siglo, pero denostado por los científicos.

Hay personas que llaman a Víktor Petrik el ‘Leonardo de Vinci ruso de nuestra era’, ‘maestro y pensador en numerosos campos’, ‘genio del siglo XXI’. Sin embargo, en los círculos académicos rusos está considerado un representante de la pseudociencia. En 2010, una comisión de la Academia Rusa de las Ciencias examinó sus trabajos y determinó que ninguno de ellos tenía valor científico.

El propio Petrik asegura que el valor de mercado de sus inventos asciende a cerca de 9.000 millones de dólares. Se dice que ha descubierto la fórmula para ganar siempre en un casino, que ha inventado un medio de propulsión para vehículos que no requiere fuentes de energía, que ha creado un cilindro de movimiento perpetuo y una pirámide subterránea que emite unos rayos que alargan la vida de las personas hasta los 140 años.

Este científico ruso ha abierto una brecha en el campo de la tecnología al crear un sistema de ‘protección absoluta’ de tarjetas de crédito basado en puntos cuánticos. Numerosos medios de comunicación en todo el mundo han escrito sobre ello.

Aparentemente, el inventor ha presentado una brillante solución al problema de la pérdida de datos. Según el propio Petrik, la banda magnética y los chips electrónicos constituyen el eslabón más débil en el sistema de protección de las tarjetas de crédito. Por esta razón, hay que deshacerse de esos dispositivos de almacenamiento digitales.

“Hemos creado una tarjeta completamente nueva y con protección absoluta”, declara Víktor Petrik mientras aprieta un trozo de plástico completamente blanco. “Este objeto no tiene bandas magnéticas ni microchips; en lugar de ello, lo que tiene es un sistema de protección absoluta”. Según dice, su tarjeta no se puede manipular o, tal como lo expresa el propio Petrik, “plagiar con los medios electrónicos disponibles”.     

Puntos cuánticos integrados a una tarjeta

¿Cómo funciona esta tecnología creada por Petrik? Durante la fabricación, en los gránulos de polímero se introducen puntos cuánticos que el inventor ya produce a nivel industrial. Según sus palabras, se trata de una sustancia químicamente inerte, resistente a climas extremos, y capaz de conservar sus propiedades durante un periodo indefinidamente largo.

“Al fundir el plástico, los puntos cuánticos se distribuyen en un orden único y aleatorio”, comenta Petrik. Cuando alguien intenta pagar con la tarjeta, las coordenadas espaciales de cada punto se registran en el aparato y se transfieren a un servidor, en el que se encuentra almacenado el patrón de dicha tarjeta y el pasaporte de su propietario. Solo en caso de que coincidan todos los puntos se confirma la autenticidad del documento.

Es más, en opinión del inventor, esta tecnología no solo puede mantener las tarjetas a salvo de los estafadores, sino también marcar una nueva era en la protección de los pasaportes.

La revolución de los medios digitales o una pseudociencia

¿Deberían adoptar los sistemas de pago este fragmento de plástico cuántico a la mayor brevedad? Y los usuarios, ¿deberían comenzar a exigir un mayor grado de protección? Los expertos están desconcertados ante el invento de Petrik. En primer lugar, para introducir este invento habría que modificar los sistemas de pago en todo el mundo.

“Desde el punto de vista empresarial esto resulta imposible”, opina Iván Ziuzin, director de inversión de Baring Vostok Capital Partners. “Habría que desechar y volver a crear desde cero toda la infraestructura de pagos global. Por otra parte, el problema no está en los medios digitales. A menudo, es la gente la que ofrece a los estafadores sus datos, su dinero y sus contraseñas. En este aspecto la tecnología no tiene nada que hacer”.

Miembros de la empresa IB-Group, una de las principales multinacionales dedicadas a la prevención de delitos cibernéticos, coinciden. Según un estudio de este grupo, el fraude por medio de la alta tecnología se produce, principalmente, debido a la distracción de las propias víctimas. 

Sin embargo, es cierto que el método cuántico podría proporcionar un alto grado de protección a los objetos físicos, incluidas las tarjetas. Otros investigadores están estudiando las posibilidades de este tipo de tecnología. “El método propuesto por Petrik no es nuevo y resulta fácil de plagiar en el formato que ha presentado; por ejemplo, con ayuda de las recientes impresoras 3D”, declaró a RBTH Nikolái Suetin, director del clúster de TI de la fundación Skólkovo.“Actualmente, se están desarrollando enfoques que hacen uso de otros efectos cuánticos”.

Un ejemplo es la norteamericana Quantum Materials Corporation, que en 2014 propuso el empleo de puntos cuánticos para combatir la falsificación, aunque la tecnología que ellos proponen es más compleja. En Holanda, la Universidad Tecnológica de Eindhoven también está investigando en este campo. De modo que es posible que en el futuro la tecnología cuántica realmente reemplace a los microchips y a la banda magnética, y que las propias tarjetas de crédito se conviertan en un trozo de plástico blanco sin ninguna marca de identificación.        

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