Científicos afirman que el origen de la vida en la Tierra podría estar en el espacio

Hay bacterias que sobreviven en la superficie de los meteoritos. Fuente: ESA

Hay bacterias que sobreviven en la superficie de los meteoritos. Fuente: ESA

Según científicos rusos, la teoría de que la vida proviene del espacio ha sido confirmada por un experimento llevado a cabo en el satélite Foton-M nº4, que volvió de la órbita de la Tierra en noviembre.

Durante la segunda mitad del mes de noviembre, científicos rusos informaron que se ha demostrado la posibilidad de que la vida en la Tierra fuera originada por meteoritos desde el espacio. Según el científico del Instituto de Microbiología de la Academia Rusa de Ciencias Alexander Slobodkin, durante el regreso del satélite Foton-M nº4 se descubrió que una bacteria termófila, que se desarrollan a temperaturas superiores a los 45 grados Celsius, puede sobrevivir en la superficie de un meteorito y traspasar las capas más densas de la atmósfera.

Según informan representantes del Instituto de Problemas Médico-Biológicos de la Academia Rusa de Ciencias, se trata de un termófilo que habita en lugares calientes, como en las fuentes termales de Kamchatka. De este modo se forma un lodo activado cuya temperatura asciende a más 100 grados.

Durante el experimento en Fotón-M únicamente sobrevivieron las bacterias situadas en tres celdas especiales situadas sobre la superficie del satélite, de un total de 24. “Se trata de unidades, no de cientos de casos”, señalaba el científico. Un año antes, cuando se puso en órbita el satélite Bion M1, en el espacio logró sobrevivir otra bacteria, el Bacillus pumilus.

¿Las bacterias se van a comer la EEI?

Cuando llegaron al medio nutritivo en la Tierra, las bacterias del Foton-M comenzaron a reproducirse, aunque es cierto que este hecho no puede considerarse como la confirmación total de la teoría.

El satélite con las bacterias únicamente llegó a una altura de 575 kilómetros. Si hubiera subido más arriba, las condiciones habrían sido distintas, el efecto de la radiación habría sido mayor.

“Es difícil predecir si los microorganismos habrían sobrevivido en estas condiciones. Pero tampoco podemos afirmar hoy en día que la radiación espacial sea capaz de destruir toda la vida en el espacio”, señala el director del Instituto de Investigación de Física Nuclear de la MGU, Mijaíl Panasiuk.

Al menos, en esta etapa los científicos de la Academia Rusa de Ciencias han logrado refutar dos teorías: que los organismos vivos no sobreviven en el espacio abierto y que durante la caída de un meteorito en la Tierra todos los microorganismos mueren abrasados.

Es cierto que la última de ellas requiere ciertas aclaraciones. El miembro de la comisión de meteoritos de la Academia Rusa de Ciencias Víktor Grojovski asegura que ningún microorganismo puede sobrevivir en la superficie de un cuerpo espacial cuando este entra en las capas densas de la atmósfera y el 90% de este arde completamente. Grojovski opina que la confirmación de la teoría debe buscarse no en la superficie de un cuerpo espacial, sino en su núcleo.

Las bacterias ya han demostrado que pueden adaptarse a las condiciones de vida al menos de las estaciones espaciales. En la Tierra se comportan de forma relativamente tranquila, pero al llegar al medio de una estación en órbita, las bacterias se vieron obligadas a conquistar nuevos lugares para vivir y “comerse” partes de la superficie metálica.

Plancton espacial

Fuente: ESA

Poco antes, la Agencia Federal Espacial de Rusia confirmó que sobre la superficie de la Estación Espacial Internacional podrían encontrarse microorganismos que habían permanecido desde el montaje y el lanzamiento del módulo. Esto fue confirmado por unos análisis de muestras tomadas en el marco del programa “Test”.

En cuatro pruebas de 11 se descubrieron bacterias y fragmentos de ADN de un bacterioplancton marino heterótrofo que habita en el mar de Bárents. No obstante, en ninguna muestra se halló ningún rastro de combustible espacial, altamente tóxico.

La aparición de restos de plancton marino, según los científicos, se debe a que a una altura de 40-70 kilómetros se forma una gran cantidad de polvo cósmico que contiene elementos biogénicos y microorganismos llevados hasta allí por corrientes ascendentes de aire. Además, existe la teoría de que todos los microorganismos que se encuentran allí tienen un origen terrestre. Por ahora, confirmar o refutar esta teoría resulta imposible, ya que los científicos no pueden asegurar que hayan estudiado todas las bacterias que existen en la Tierra.

“La cuestión sobre cómo surgió la vida en la Tierra es fundamental, pero por ahora no ha encontrado una respuesta adecuada. Es algo que no se sabe. La hipótesis del origen de la vida en el espacio es ya muy antigua y tampoco responde a muchas preguntas. Es una hipótesis muy popular debido a su sencillez. ¿De dónde proviene la vida? Del espacio, cuestión resuelta”, comenta en una entrevista para RBTH Iván Moiséiev, director del Instituto de Política Espacial.

La teoría marciana

Moiséiev opina que el hallazgo del Instituto de Microbiología no significa necesariamente que la vida en la Tierra fuera originada por meteoritos. El experto recuerda que el espacio está lleno de radiación espacial galáctica, formada por núcleos de elementos pesados con mucha energía capaces de traspasar prácticamente cualquier obstáculo.

La interacción de estos núcleos con cualquier molécula compleja lleva a la destrucción de esta. “Supongamos que un meteorito llega desde fuera del Sistema Solar, en ese caso habrá estado sometido durante millones de años al efecto de la radiación. No puede quedar ninguna molécula compleja después de ello, por no hablar ya de las proteínas”, subraya el científico.

El experto recuerda que existe una versión según la cual la vida fue originada en la Tierra por meteoritos procedentes de Marte. Según algunas suposiciones, los meteoritos podrían ser el resultado de una actividad volcánica del Planeta Rojo en el pasado. Pero en este caso surge otra contradicción.

Si el meteorito pudo salir desde Marte, este se habría sometido a temperaturas demasiado altas en dos ocasiones: en la salida y durante la penetración en la atmósfera de la Tierra. “Es imposible que un organismo sobreviva en estas condiciones. Además, la probabilidad del surgimiento de la vida en Marte es mucho menor que en la Tierra”, opina el experto.

La teoría marciana tiene además otra anécdota reciente. A principios de agosto, los representantes de la Escuela Politécnica de Lausana, Suiza, publicaron una investigación sobre los restos de un carbono orgánico hallados en un meteorito de Marte. Según los expertos, la probabilidad del origen biológico de estos restos es bastante alta. El carbono podría haberse conservado en las grietas de la roca.

El propio meteorito podría haberse desprendido de la superficie del Planeta Rojo durante un bombardeo de asteroides y haber llegado a la Tierra tras un largo viaje espacial.

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