Las amenazas que acechan al lago Baikal, la mayor reserva de agua dulce del mundo

El turismo y los vertidos ilegales ponen en riesgo un ecosistema único. Fuente: ITAR-TASS

El turismo y los vertidos ilegales ponen en riesgo un ecosistema único. Fuente: ITAR-TASS

El lago más profundo del mundo no pasa por sus mejores momentos a causa del turismo descontrolado y del vertido ilegal de residuos líquidos, aunque el Estado ruso planea resolver este problema de aquí al año 2020.

La joven geóloga estadounidense Marina Rachel se enteró por su profesor de Oberlin College, donde acabó sus estudios este año, de que la organización ecologista ‘El Gran Sendero del Baikal’ está buscando voluntarios de todo el mundo.

El profesor ayudó a Rachel a conseguir una beca, gracias a la cual lleva ya dos meses acondicionando unos senderos turísticos alrededor del lago junto con los ecologistas del Baikal para fomentar un turismo ecológico y consciente.

En los 11 años de actividad de la organización, han viajado al Baikal cerca de 5.000 voluntarios de Rusia y de otros 30 países del mundo. Han construido y reparado 600 kilómetros de sendero ecológico, entre decenas de otros proyectos. Los proyectos tienen una duración media de dos semanas, se dividen por temporadas (invierno y verano), y no tienen por qué estar relacionados directamente con el medio ambiente.

Según ha explicado a RBTH Marina Rijvanova, copresidenta de la organización social ‘Oleada Ecológica del Baikal’, aunque este tipo de proyectos son muy útiles, no contribuyen de manera significativa a preservar del ecosistema del lago.

El proyecto medioambiental del Estado

Desde 2010, el Baikal se ha convertido en el receptor de los principales proyectos medioambientales del Estado. Además de la ley federal aprobada para la protección del Baikal, en agosto de 2012 se puso en marcha un programa de gran envergadura bautizado como ‘Conservación del lago Baikal y desarrollo económico-social del espacio natural del Baikal 2012-2020’.

Los subproyectos que lo conforman dependen del presupuesto federal e incluyen algunos puntos esperanzadores. Por ejemplo, por primera vez se va a elaborar una normativa para gestionar la contaminación extrema en las ciudades adyacentes al Baikal y se han registrado todas las fuentes de contaminación.

Para 2020 se prevé la construcción de seis plantas de reciclaje de residuos industriales que ayudarán a rehabilitar cerca del 80 % del territorio contaminado. Además se podrá acceder a los resultados de la supervisión medioambiental desde el sitio web baikalake.ru

Solo en 2014, se asignarán cerca de 634 millones de rublos como parte del programa federal por objetivos a las regiones de Irkutsk, Buriatia y Zabaikalie. Con los 289 millones de asignación, Buriatia construirá una planta de tratamiento de aguas residuales en Kiajta, un colector de canalización en la aldea de Petropávlovka y un vertedero de residuos sólidos en la aldea de Zaigráevo.

En la región de Irkutsk se reparará una planta para el tratamiento de aguas residuales en el río Angar y se construirá una central de canalización en Shélejov. 

La fábrica de celulosa del Baikal

El principal contaminante del Baikal es la fábrica de celulosa del mismo nombre. Fue construida a orillas del lago en los años 60 del siglo XX y, tal como se explica en el sitio web de la delegación rusa de Greenpeace, ya entonces se quedó obsoleta.

El problema era que la tecnología disponible no permitía producir celulosa blanqueada —el principal producto de la fábrica— sin contaminar el agua limpia del Baikal. Hasta 2008, la planta recolectaba 200 metros cúbicos de agua limpia al día y vertía al lago el agua ya tratada. Cuando se obligó a la planta a emplear un ciclo cerrado, la producción dejó de ser rentable y se cerró.

Puesto que la fábrica de celulosa era la principal fuente de trabajo de la ciudad de Baikalsk, miles de puestos de trabajo se vieron amenazados. La fábrica estuvo parada todo el año 2009 hasta que Vladímir Putin intervino en enero de 2010 para permitir que se retomara el trabajo con la tecnología antigua. Las muestras de agua y tierra tomadas en 2011 y 2012 volvieron a registrar un aumento de sustancias químicas en las áreas de vertido, así que finalmente decidieron cerrar la fábrica y remodelarla.

El principal problema de la fábrica en la actualidad son los 6 millones de lignina tóxica que se acumulan en las dos centrales desde los años 60. Los residuos no están aislados del medio externo, de modo que acaban contaminando las aguas subterráneas. Una de las centrales, la de ‘Sozanski’, se encuentra a 300 metros de la orilla del lago. Además, otro de los peligros que amenazan al Baikal es el hecho de que la fábrica se encuentra en una zona sísmica. El programa federal prevé eliminar los residuos procedentes de la fábrica en los próximos años. 

Los vertidos de aguas residuales

El segundo agente contaminante después de la fábrica de celulosa es el vertido descontrolado de residuos líquidos, la mayor parte de los cuales son aguas fecales procedentes de los pozos particulares, desprovistos de un sistema de canalización.

Según la copresidenta de la organización social de Irkutsk ‘Oleada Ecológica del Baikal’, Marina Rijvanova, en el lago se vierten de manera ilegal toneladas de residuos líquidos domésticos, y es que “desde el periodo soviético, casi no hay plantas de tratamiento de aguas residuales en los pueblos que rodean el lago”.

“Si bien antes no se le daba mucha importancia —ya que alrededor del Baikal vivía poca gente—, con la aparición del turismo y la construcción de instalaciones turísticas el problema ha crecido”, dice Rijvanova.

Solo en el golfo de Chivirkutsk, se vertieron 160 toneladas de aguas fecales durante la temporada de verano. Esto ha provocado una expansión masiva de organismos impropios del Baikal: el alga verde Spirogyra y la Elodea canadensis.

Según explica Rijvanova, en el Baikal hay pocas depuradoras capaces de tratar residuos líquidos domésticos, así que los que se dedican a esto vierten los residuos al lago o a los ríos que desembocan en él para ahorrar. Este problema, según sus palabras, podría solucionarse si todos los proyectos anunciados en el programa federal se llevan a cabo.

El sitio web para la supervisión medioambiental del lago Baikal indica que el lago está siendo contaminado incluso por los balnearios que lo rodean, en cuyas aguas residuales se han detectado bacterias patógenas.

La voluntaria Marina Rachel estará en el Baikal hasta diciembre. Según comenta, en las zonas alejadas de los núcleos de población el agua aún está limpia.

“En realidad, no está todo contaminado. Recuerdo que, durante mi primer proyecto, bebimos agua del lago Baikal y no enfermamos. ¡Resultó ser muy refrescante!”

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