El Ártico, la gran apuesta

Un lugar de creciente interés por sus recursos. Fuente: Getty Images / Fotobank

Un lugar de creciente interés por sus recursos. Fuente: Getty Images / Fotobank

Uno de los objetivos más importantes y prioritarios del proceso de explotación de las reservas del Ártico consiste en garantizar la seguridad energética de Rusia. Las reservas rusas de hidrocarburos son grandes y los recursos disponibles aún mayores.

El agotamiento de los hidrocarburos es inexorable, así que cada vez resulta más apremiante para Rusia la explotación de otros yacimientosde alta complejidad como los del Ártico. Esta enorme despensa podría convertirse en un importante activo para la seguridad nacional, más aún si se tiene en cuenta que Rusia mantendrá todavía una alta dependencia de la extracción de petróleo y gas en el futuro.

Pero, ¿vale la pena buscar petróleo y gas en el Ártico? En un contexto de agotamiento manifiesto de los yacimientos existentes, la presencia de grandes reservas aún sin explorar invita a responder sí a esta pregunta.

Asimismo, también la seguridad energética del mundo depende de Rusia: no podemos olvidar que suministra el 12% de la extracción mundial de petróleo y casi el 20% de la producción mundial de gas. De modo que podría considerarse que los beneficiarios de las investigaciones árticas y del desarrollo de la tecnología correspondiente están en todo el mundo.

No obstante, la importancia del Ártico es bastante relevante para Rusia; al fin y al cabo, el resto del mundo puede reemplazar estos suministros por otros medios. Según las estimaciones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), solo el 2% de los recursos petrolíferos del mundo y el 6% del gas se encuentran en el Ártico.

Aunque se trata de un volumen importante, es pronto para calificar a la región como un punto clave para la seguridad energética mundial. Los hidrocarburos no convencionales tienen más relevancia en este sentido incluso para Rusia: los recursos petrolíferos de la formación de Bazhenov están tan asentados como los del Ártico ruso. Su explotación no debería suplir a otras líneas más prometedoras e innovadoras de extracción de petróleo.

La conquista del Ártico cobra sentido cuando se trata de garantizar la competitividad futura de la industria petrolífera nacional. Una competitividad a largo plazo no solo se logra a base de reducir los costos, sino también impulsando el conocimiento y la técnica. Quienes logren una mayor productividad en los trabajos de explotación del Ártico obtendrán más puntos en la carrera por el liderazgo en el mercado mundial de los hidrocarburos.

Las empresas rusas y sus socios extranjeros son los primeros interesados en esta proeza. Por otra parte, cabe también plantearse si esta extracción de hidrocarburos se convertirá en un pozo sin fondo capaz de devorar las próximas inversiones estatales y privadas.

A pesar de la probable rentabilidad de los proyectos del Ártico, las empresas no pueden hacerles frente sin estímulos adicionales. El año pasado, un estudio gubernamental reveló que la rentabilidad de la mayoría de estos proyectos dependía de un amplio paquete de privilegios. Esto se debe a que la carga fiscal habitual para este sector es bastante alta en Rusia y su distribución no es del todo eficiente.

Ahora la administración ha llegado a la conclusión de que los beneficios derivados de la explotación de los yacimientos del Ártico exigen una oportunidad.

La cuestión sobre los beneficios de la conquista del Ártico para la sociedad en su conjunto no tiene una respuesta meramente afirmativa o negativa. De momento no hay suficiente información sobre el Ártico, уa que se trata de una región bastante heterogénea.

La solución pasa por dinamizar las investigaciones en la zona, crear y aprobar la tecnología necesaria y decidir sobre la explotación de cada yacimiento teniendo en cuenta los costos económicos, ecológicos y sociales, las alternativas y las prioridades de la seguridad energética de Rusia y el mundo a largo plazo.

Alexander Kurdin es director de el Departamento de Investigación del Sector Energético del Gobierno de la Federación de Rusia.

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