¿Habrá una nueva ‘guerra del gas’?

Debido a las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania, el suministro a Europa podría verse afectado. Fuente: Reuters

Debido a las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania, el suministro a Europa podría verse afectado. Fuente: Reuters

Europa y Naftogaz Ukraina incrementan la importación de gas ruso en medio de un agravamiento de las relaciones entre Rusia y Ucrania. Los expertos se preguntan si el futuro nos depara una nueva ‘guerra del gas’.

Desde el 1 de marzo, el suministro de gas ruso fuera del territorio de la antigua URSS se ha incrementado un 8%, escalando hasta los 476,5 millones de metros cúbicos al día. La extracción de gas importado por parte de Naftogaz Ukraina se ha multiplicado por dos, llegando a los 45 millones de metros cúbicos diarios.

Konstantín Simónov, analista ruso y director general del Fondo Nacional de Seguridad Energética de Rusia, no descarta que el aumento de inyecciones de gas en los depósitos subterráneos de Europa pueda estar relacionado con la situación que vive Ucrania.

“Los europeos saben en qué puede desembocar todo esto”, explica Simónov. Europa se está preparando para la pérdida de una parte del suministro de gas ruso a través de Ucrania mientras que Kiev para la paralización total del mismo, afirma directamente el director de la consultora East European Gas Analysis, Mijaíl Korchemkin.

Por su parte, en una rueda de prensa realizada ayer, el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, descartó que las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania, vayan a tener un impacto sobre el suministro. "No hay razón para la inquietud. El suministro de gas para la industria y para los hogares esta garantizado", afirmó en Bruselas.

En teoría, la ‘guerra del gas’ podría resurgir por una serie de supuestos: que Rusia se niegue a suministrar gas a Ucrania porque esta paga menos y adquiere menos de lo estipulado en el contrato; que la propia Ucrania se niegue a comprar gas ruso a 400 dólares por cada mil metros cúbicos; o bien que alguien destruya el gasoducto ucraniano. 

Sin embargo, los expertos no prevén el desencadenamiento de una ‘guerra del gas’ ni la paralización del suministro a Ucrania, al menos por ahora. A Rusia no le sale rentable.

El cierre del gasoducto ucraniano, haría perder a Gazprom una tercera parte de sus exportaciones, lo que supone una pérdida de ganancias por valor de 10.000 millones de dólares, según explica Korchemkin. “Las sanciones económicas de EE UU dificultarán la obtención de crédito bancario por parte de las empresas estatales rusas, y Gazprom sencillamente no tendría dinero para la construcción de una alternativa al sur”, aclara. Las reservas de Ucrania y Europa, en su opinión, solo aguantarían hasta el próximo invierno.

Se sabe que en Europa el gas ruso no solo entra a través de Ucrania, sino también a través del gasoducto Nord Stream, que une Alemania y Rusia por el mar Báltico. Si se detiene el tránsito por Ucrania y se utiliza toda la capacidad del gasoducto Nord Stream, Europa recibirá aproximadamente unas dos terceras partes del volumen contratado, calcula Korchemkin. Las interrupciones en el abastecimiento de gas, según sus palabras, solo se notarán en Eslovaquia. Por otro lado, Europa cuenta también con sus reservas de gas subterráneas y las del mercado spot, que implicar compras y ventas en breves espacios de tiempo.

En total, si no se produce una explosión en el gasoducto ucraniano, hasta principios de la nueva temporada de frío no cabe esperar ninguna ‘guerra del gas’.

Sin embargo, Simónov afirma que en otoño volverá a recrudecerse la situación al tenerse que inyectar más gas en los depósitos ucranianos para que tanto este país como Europa puedan cubrir sus necesidades.

El problema reside en que, oficialmente, el gas ruso entra en Europa mediante un tránsito por el territorio de Ucrania, pero en la práctica la situación es distinta. En invierno, Ucrania envía a Europa el gas almacenado en sus depósitos, ya que estos se encuentran cerca de la frontera; mientras que el de tránsito, que supuestamente va de Rusia a Europa, se queda dentro de Ucrania.

Por consiguiente, Ucrania debe extraer de sus depósitos y enviar a Europa la misma cantidad que recibe en la frontera con Rusia. 

Ante tales circunstancias, si Ucrania no inyectara el volumen suficiente en sus propios depósitos, el tránsito de gas hacia Europa se vería amenazado y Kiev incumpliría sus compromisos de tránsito. La propia Ucrania no sufriría las consecuencias de la falta de gas, porque continuaría tomándolo de la frontera con Rusia.

“Hay que empezar a inyectar gas en los depósitos desde finales del verano. Me temo que los líderes revolucionarios no están teniendo en cuenta este asunto; podemos predecir con seguridad que en otoño se producirá una grave crisis en torno al gas”, dice Konstantín Simónov. 

Texto abreviado. Publicado originalmente en ruso en Vzgliad. 

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