Las tecnologías de ahorro energético comienzan a abrirse paso en Rusia

Fuente: Shutterstock / Legion Media

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Rusia ocupa el tercer lugar en el mundo en términos de consumo energético, mientras que en PIB por cápita gasta muchas veces más energía que los Estados Unidos y China. La introducción de tecnologías de ahorro energético se ha convertido en una prioridad.

El año pasado el Ministerio de Energía destinó cerca de 5.000 millones de rublos (142 millones de dólares) del presupuesto federal a las regiones para cofinanciar programas de ahorro y la eficiencia energética en Rusia.

Según el director de la filial moscovita de Energotransbank, Pável Sakadinski, hoy día las medidas tomadas  de cara al ahorro energético se dividen en dos tipos: locales y de infraestructura. El primer tipo incluye la instalación de aparatos con sensores de movimiento y otros sistemas inteligentes de iluminación y calefacción. Entre otros, gracias a los contadores inteligentes Smart Metering, de la compañía energética MRSK Tsentra, se ahorrarán 200 millones de rublos (6,1 millones de dólares) al año.

El segundo grupo de medidas se centra en realizar cambios a la hora de construir. Se pretende mejorar el ahorro de energía en ventanas, fachadas, paredes aisladas... En definitiva, cualquier cosa que ayude a ahorrar energía a la hora de levantar infraestructuras. Entre otros, se utilizarán, lanas minerales y diversas espumas de aislamiento térmico.

“Además de los materiales tradicionales, para ahorrar energía se empieza a utilizar activamente el recubrimiento hiperfino TSM Ceramic. Este material contiene gránulos de cerámica y se aplica como una pintura ordinaria. Una capa de 1 mm de espesor es comparable en capacidad de aislamiento térmico con una capa de 50 mm de grosor de lana mineral," explica el Director General de la empresa Tsentr Innovatsi, Alexander Shatov .

El prototipo de este material apareció en la oficina de diseño espacial rusa. Gracias a ellos se iba a reducir el estrés térmico en la superficie de la nave espacial. Anteriormente se utilizaban para este fin pesadas placas de cerámica. El material modificado ahora tiene aplicaciones en el ámbito civil: en construcción, servicios públicos, en los servicios de consumo, la medicina y la industria. La empresas Gazprom, Rosneft y Lukoil hacen uso del material como aislante térmico y protector contra la corrosión de tuberías y tanques; Ferrocarriles Rusos lo utiliza para el aislamiento de vagones.

Además de materiales, los expertos rusos han desarrollado una buen número de tecnologías de eficiencia energética. "Por ejemplo, la empresa Uralski priborostroitelny zabod ha desarrollado una unidad de calefacción de bloque modular, que permite controlar el calor y evitar un calentamiento excesivo durante la estación más fría del año", comenta la analista Ekaterina Shishko, de la energética Investkafe.

Las unidades de calefacción de bloque modular son instalaciones que transfieren energía calorífica desde redes de calor externas (centrales termoeléctricas o calderas) al sistema de calefacción, de ventilación o de agua caliente de las viviendas. La desarrollada en la fábrica de los Urales puede ahorrar hasta un 30% de energía y dura 20 años.

"En Lipetsk Energía estimaron que, al utilizarse en el alumbrado de calles y edificios con una menor carga de corriente, se pueden ahorrar unos 11 millones de rublos (300.000 dólares)al año en consumo energético", añade Ekaterina Shishko.

Muchos de los nuevos proyectos de ahorro energético han sido desarrollados precisamente en las regiones, de ahí que la decisión del gobierno de cofinanciarlos. 

La empresa privada en Rusia, a diferencia de las empresas estatales, no está legalmente obligada a introducir programas de eficiencia energética, pero el crecimiento de las tarifas está obligando a las empresas a buscar oportunidades de reducción de costos. 

Un método básico para reducir el coste de operación industrial son las tecnologías de ahorro energético. Es por ello que la empresa privada financia activamente programas similares. Por ejemplo, sólo el año pasado, las inversiones en eficiencia energética desde el sector privado y organismos no gubernamentales ascendió, en Moscú, a 64.000 millones de rublos (1,95 millones de dólares). Según estiman los expertos, todos los programas de ahorro energético podrían llegar a aportar un crecimiento del 2,5% al PIB de Rusia.

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