Los basura espacial amenaza la utilidad de la órbita terrestre

Fuente: wikipedia / jwmissel

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Los científicos rusos advierten que llenar de basura el espacio exterior resulta más peligroso que su militarización. Muestran su preocupación porque la órbita terrestre podría perder en breve su utilidad.

Hoy en día, junto al peligro que supone la carrera armamentística y el peligro de un cometa o asteroide, la principal amenaza espacial es la basura  alrededor de la Tierra, que aumenta las posibilidades de un choque entre satélites.

Esta es la valoración que en enero hizo el vicedirector del Roscosmos, Serguéi Savelev, en su alocución a los participantes de la Conferencia Internacional de Seguimiento del Espacio celebrada en EE UU. En su opinión deberían crearse mecanismos internacionales eficaces para la prevención y neutralización este tipo de amenazas.

El país con más basura espacial es Rusia, con 4.737 fragmentos. EE UU cuenta con 3.787. El tercer lugar lo ocupa China, con 3.609 unidades de basura espacial.

Es evidente que para poder realizar esta tarea de limpieza es necesaria la cooperación internacional. De acuerdo con el último informe trimestral de la NASA, realizado a comienzos de enero de este año, en la órbita cercana a la Tierra se han detectado 16.655 satélites y etapas de misiles, así como sus restos (estos últimos suponen 12.940 unidades, más del 75% de todos los objetos).

El volumen de los fragmentos en órbita terrestre va desde las micropartículas hasta los que tienen el tamaño de un autobús escolar. Los más grandes pueden llegar a pesar hasta 6 toneladas, mientras que los más pequeños suponen apenas unos gramos. Todos los objetos se entrecruzan en el espacio en diferentes órbitas y tienen diferentes velocidades: desde los 10.000 km/h hasta los 25.000 km/h.

Según un veterano científico del Instituto Científico de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexander Bagrov, "se da una situación paradójica. Cuantos más aparatos se lanzan menos útil resulta su explotación. Los aparatos espaciales se estropean cada año con una admirable regularidad, de modo que la cantidad de basura espacial en la órbita terrestre crece a un ritmo de un 4% anual".

Además, si en las órbitas de hasta 400 km la basura espacial se frena en las capas altas de la atmósfera y después de un tiempo cae sobre la Tierra, en la órbita geoestacionaria (alrededor de los 36.000 km) pueden llegar a quedarse eternamente. 

Los satélites, en peligro

En marzo del año pasado, Vladímir Popovkin, entonces director de Roscosmos, describió detalladamente el peligro que supone la basura espacial, especialmente para los satélites en la órbita estacionaria.  En su opinión, si la comunidad internacional no toma medidas de urgencia para defender los aparatos espaciales, en los próximos 20 años estará tan lleno de basura que no se podrán cumplir las misiones para las que han sido lanzados.

La órbita geoestacionaria de la Tierra es el lugar donde actualmente están desplegados la inmensa mayoría de aparatos espaciales, incluidos los principales satélites de comunicaciones y de sistemas de prevención de ataques de misiles. Incluso en el caso de que se detuvieran completamente los lanzamientos en la órbita geoestacionaria, el proceso de envejecimiento y baja de aparatos espaciales continuaría.

Actualmente, cada poco tiempo es necesario guiar a algún satélite para que no se choque con fragmentos que podrían dañar su funcionamiento. Esto, a su vez, provoca el gasto de reservas de combustible y el acortamiento de su vida útil. Se calcula que las pérdidas de los operadores de satélites europeos por culpa de la basura espacial son de de 140 millones de euros anuales. Pero esta cifra podría crecer hasta los 210 millones al año en las próximas décadas. 

La limpieza general se retrasa

Mientras tanto, la comunidad científica internacional considera que con el nivel de desarrollo tecnológico actual, no existen medidas efectivas para la eliminación de basura espacial en órbitas por encima de los 600 km, donde no se cuenta con el efecto de freno que tiene la atmósfera.

De momento el único medio realista para librarse de los aparatos espaciales usados es llevarlos a órbitas más altas para 'enterrarlos', donde pueden estar eternamente, o dirigirlos a la atmósfera para que se detengan.

Especialistas de Rusia y EE UU están estudiando un proyecto de satélite que buscaría restos y los volatilizaría con un potente rayo láser o los recuperaría para ser reciclados.

Pero de momento la principal tarea es prevenir que aparezca más basura espacial. En este sentido, resultan especialmente peligrosas las explosiones orbitales, que a su vez son inevitables con el despliegue de armas en el espacio.

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