Se pone en marcha la nueva industria espacial rusa

Fuente: Reuters

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La gran reforma en el ámbito de la industria espacial rusa está repleta de acciones concretas. En particular, se esperan cambios fundamentales en el sistema de gestión de todas las estructuras implicadas en el diseño, fabricación y servicio de tecnología espacial y aeronaves. Y sin embargo, la principal pregunta sigue sin respuesta: ¿qué pretende hacer Rusia en el espacio?

A mediados de enero, el gobierno ruso decidió que abordaría la distribución de competencias entre la Agencia Espacial Federal (Roscosmos) y la recién creada Corporación Espacial y de Cohetes Unificada (ORKK).

La ORKK, de acuerdo con el texto del decreto presidencial firmado a principios de diciembre del año pasado, se centrará en "garantizar el desarrollo, producción, ensayos, suministro, modernización, implantación, supervisión de la explotación, servicios de garantía y mantenimiento, la reparación de cohetes y tecnología espacial militar, y cuestiones de dualidad. Al mismo tiempo, ejercerá funciones científicas y socio-económicas según los intereses del Estado y de otros clientes, entre ellos extranjeros". Además, sobre la corporación recaerá la responsabilidad de llevar a cabo una política técnica unificada para la creación de una tecnología espacial moderna. Roscosmos, a su vez, definirá la política gubernamental en la industria aeroespacial y actuará en calidad de cliente.

"Aquí hay un enorme trabajo y cualquier error es simplemente inaceptable. Se requieren los métodos más meticulosos y atentos, que contemplen todas las ramas de la industria sin olvidarse de nada pero, por supuesto, optimizar dichos métodos para que funcionen al más alto nivel tecnológico y organizativo y para que, en el aspecto financiero, el componente económico cumpla con las exigencias modernas". Éstas fueron las exigencias de Vladímir Putin en una reciente reunión con el jefe de Roscosmos, Oleg Ostapenko, y su adjunto Ígor Komarov. Éste último, según los medios de comunicación, asumiría con toda probabilidad la dirección de la ORKK .

La gran reforma de la industria aeroespacial y la reorganización del personal del Roscosmos comenzaron después de que, en julio de 2013, al revisar el sector espacial y de defensa, el viceprimer ministro Dmitri Rogozin señalara (comentando otro accidente en un lanzamiento espacial) la falta de una política coherente de desarrollo por parte de la antigua dirección de la Agencia.

Mientras tanto, la falta de empresas con un claro liderazgo en el sector y la debilidad del equipo técnico y material, no deja de enredar el ovillo de los problemas espaciales en Rusia. Es posible desenmarañarlo si el énfasis no se pone sobre la gestión de las empresas y la distribución de poderes entre ellas, sino sobre la finalidad de la tecnología espacial. En otras palabras, ¿para qué se necesitan estos cohetes y satélites? La aparente banalidad de la pregunta en sí misma no implica que exista una respuesta.

La inteligencia colectiva al servicio de los funcionarios

A finales de 2013, Roscosmos anunció que estaba dispuesta a pagar 883 millones de rublos (26 millones de dólares) a quien definiera el concepto de las actividades espaciales rusas. La solicitud correspondiente apareció en el apartado de contratación de la web del Estado. Según sus condiciones, los "documentos conceptuales" deben desarrollarse "en base a sistemas de investigación de problemas de estudio y de exploración espacial en el país y en el extranjero para el período hasta el año 2030”. El concurso se cierra el 13 de febrero de este año.

Hace apenas medio año, en junio de 2012, la niebla ante las perspectivas de los programas espaciales de Rusia no era menos densa. Entonces Dmitri Rogozin dio un ultimátum a Roscosmos: o bien articulaba durante ese mes un programa constructivo de actividades, o tendría que decidir el destino de la agencia y sus programas y, en consecuencia, del personal que los gestionaría. Rogozin declaró: "Queremos que Roscosmos determine con exactitud de qué modo puede ser útil al país." 

Al parecer, si en Roscosmos se asustaron, no fue para tanto. Al final, la búsqueda del "sentido de la vida" se redujo a cambios de ubicación. Incluso hoy el despliegue de la ORKK en toda su envergadura parece una gran mudanza de funcionarios. 

Y en lo que se refiere concretamente a las labores en el espacio, la magnitud de los planes (definidos a grandes rasgos) es intrigante. Vemos la creación de diferentes técnicas: el desarrollo de todo tipo de tecnologías, tanto tripuladas como automáticas, y la expansión de los complejos de "servicios basados en el espacio”. 

Y, por supuesto, los vuelos a la Luna, el despliegue de estaciones en Marte y la investigación de Venus y Júpiter. Para el año 2030, los vehículos espaciales rusos deberán satisfacer las necesidades socioeconómicas, científicas y de defensa hasta en un 95%, en lugar del 40% en 2011. No obstante, parece que temor a que se repita una avería del sistema Fobos-Grunt, los líderes espaciales han decidido cerrar los 15 programas de estudio de los planetas del sistema solar. 

¿Hasta qué altura volarán las ideas espaciales rusas? Cuando la "inteligencia colectiva" conecte con los problemas vitales se sabrá pronto.

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