Sensores y una audioguía: un nuevo dispositivo para la orientación de invidentes

Start-up rusa crea un “navegador” que podría reemplazar a los anteriores métodos. Fuente: oriense.com

Start-up rusa crea un “navegador” que podría reemplazar a los anteriores métodos. Fuente: oriense.com

Los fundadores de la compañía startup 'Oriense' han creado un “navegador” para personas con insuficiencias visuales e invidentes que permite orientarse tanto dentro de edificios como en la calle con la ayuda de una audioguía. Este dispositivo podría reemplazar los bastones ultrasonido y localizadores similares. Sus creadores planean sacar el invento no solo al mercado ruso, sino también a los mercados europeo y norteamericano.

“Se ajusta un mecanismo al pecho de la persona y una voz le advierte de los obstáculos”, comenta Vitali Kitáyev, cofundador de la start-up. 

Oriense ha elegido como plataforma la tecnología de Kinect, un accesorio de Microsoft que calcula los movimientos de la persona. Instalado en la estructura del dispositivo, Kinect registra los obstáculos en la trayectoria del invidente.

En mayo de 2012 el equipo presentó su invento en el concurso BIT de innovación tecnológica empresarial y quedaron en segundo puesto. Allí conocieron a sus socios de la start-up iDeal Machine. Una vez terminado el mecanismo, recibieron 20.000 dólares de la fundación para empresas RCV Venture Partners. Con este dinero, el equipo creó un prototipo y lo testeó en el Centro de rehabilitación médico-social de invidentes de San Petersburgo. “El dispositivo era bastante engorroso, pues cubría casi por completo el pecho del invidente, pero la navegación funcionaba bien. Los invidentes se movían por una habitación siguiendo las indicaciones de los auriculares”, relata Alexander Sádchikov, uno de los profesores del centro.

Para la nueva versión del producto, sus creadores han abandonado el uso de Kinect y lo han reemplazado por unos sensores de menor tamaño de la compañía israelí PrimeSense. Ahora el dispositivo de Oriense cuenta con una cámara 3D, que registra los objetos delante del invidente, cámaras laterales y una microcomputadora. El sistema analiza la mejor manera de evitar un obstáculo, genera una descripción oral del trayecto y transmite la orden a través de auriculares inalámbricos. Este funcionamiento basta para que la persona se sienta libre al moverse por un edificio, según asegura el señor Kitáyev.

En agosto de este año, Oriense ha recibido la más alta calificación de fiabilidad (AAA) de la Russian Startup Rating. Ahora el equipo está negociando con un inversor privado y una fundación empresarial que están dispuestos a ofrecer a la start-up un total de 4 millones de rublos (125.450 dólares). Esta suma es suficiente para la creación de un mecanismo capaz de distinguir el color de la luz de un semáforo, así como las etiquetas de precios del supermercado.

El precio mercado propuesto para la venta al por menor del dispositivo es de 800 dólares. Oriense planea vender sus sensores a través de distribuidores especializados en la venta de equipos médicos de rehabilitación, así como a través de tiendas online de artículos para invidentes.

En el futuro, Oriense planea vender el dispositivo en el segmento B2G (Business to government, que consiste en optimizar los procesos de negociación entre empresas y el gobierno a través del uso de internet), por ejemplo mediante compañías gubernamentales que ofrecen trabajo a invidentes, así como organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que pueden permitirse compras al por mayor.

Dentro de los planes de la compañía también está la salida a los mercados europeo y norteamericano. En verano del año 2014 saldrá la primera partida piloto, y la expansión al mercado europeo comenzará a partir de comienzos del 2015.

Sin embargo, los inversores de biotecnología rusa no están del todo seguros del éxito de la start-up a nivel global. La directora de estrategia e inversión de Bioprocess Capital Partners, Elena Kasimova, opina que la mayoría de inversores empresariales rusos invierten con extremo cuidado en dispositivos médicos, pues en este ámbito no solo hay grandes riesgos a nivel tecnológico, sino que además el lanzamiento de las ventas ha caído. Lo más seguro es que la star-tup deba distribuir sus dispositivos mediante adquisiciones gubernamentales. Helena Lifshits, experta de Skólkovo, también opina que no será posible una distribución masiva del dispositivo sin el apoyo del gobierno. Pero para esto el aparato deberá en primer lugar demostrar su eficacia. 

Artículo publicado originalmente en RBC Daily. 

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