Los dilemas de la investigación científica, ¿pública o privada?

Edward Crawley, el presidente de Skoltech (a la izquierda) y Víctor Vekselberg, el jefe de la Fundación de Skólkovo. Fuente: servicio de prensa

Edward Crawley, el presidente de Skoltech (a la izquierda) y Víctor Vekselberg, el jefe de la Fundación de Skólkovo. Fuente: servicio de prensa

El presidente Vladímir Putin derogó la orden de Dmitri Medvédev que establecía que las compañías estatales tienen que asignar medios al fondo del Instituto de Skólkovo de ciencia y tecnología, Skoltech. El secretario de prensa de Vladímir Putin, Dmitri Peskov, informó que las compañías estatales pueden continuar financiando el proyecto pero a partir de ahora será de forma voluntaria.

El proyecto Skoltech  se creó por el fondo Skólkovo y el MIT en el año 2010. A principios de enero del 2012 se decidió que se financiaría a través de un fondo de beneficiencia y se estableció que durante tres años las compañías estatales transferirían al fondo un 1% de los programas de desarrollo innovador, o un 0,5-3% del beneficio neto del año transcurrido. 

Se planeaban recoger 900 millones de dólares y los funcionarios suponían que las compañías estatales después también continuarían asignando medios. En realidad la cantidad que se consiguió fueron 120 millones de dólares y durante los seis primeros meses del 2013 no ha hubo ningún ingreso en la cuenta. 

En Skólkovo recibieron con tranquilidad la noticia de la decisión del presidente. Un alto cargo de la organización explicó a Rusia Hoy se sabía desde hacía unos cuantos meses. También destacaron que este programa también recibía financiación privada y si a partir de ahora las compañías estatales dejan de colaborar la situación será un poco menos favorable pero no crítica. Además, explicaron que Skoltech solo es una de las ramas de la actividad del proyecto y que no tiene un papel decisivo en la vida de Skólkovo. 

En la etapa actual otros programas continuarán recibiendo financiación estatal y las asignaciones del presupuesto están confirmadas hasta el 2015. También hay encargos privados. 

El periódico Védomosti informó de que fueron los jefes de las compañías estatales los que pidieron que se pusiera fin a la práctica de tener que asignar fondos a Skoltech de forma obligatoria. La petición vino motivada porque no recibían ningún derecho para participar en la gestión de los proyectos. Por ejemplo, no podían encargar una investigación o la formación de especialistas, explica un dirigente de una de las compañías estatales: “Las asignaciones parecían un tributo y no una inversión”. 

Pável Kudiukin, docente de la Cátedra de gestión estatal y municipal de la Escuela Superior de Economía, calificó de buena la decisión de dejar la investigación en manos de la financiación privada. 

Sin embargo, está por ver cómo funcionará la nueva estructura ya que ahora las compañías no tienen que pagar oficialmente pero, parece ser que en privado les obligan a hacerlo. La supresión de los pagos es un paso formal ya que se continuará recibiendo dinero pero será más difícil controlarlo. 

El experto destacó que el impacto se podrá valorar dentro de un año. Cuando se puedan comparar los ingresos de financiación en dos periodos similares, antes de la supresión del aporte obligatorio y después. 

El analista de la Asociación Rusa de Comunicaciones Electrónicas, Karen Kazarian, está convencido de que el Estado no dejará de apoyar los proyectos de Skólkovo. “Creo que a corto plazo estos ingresos que ahora dejarán de entrar serán compensados con presupuesto federal”. 

Diferentes tipos de investigación 

En el futuro es indispensable que se cree un fondo para garantizar la autonomía e independencia del proyecto, siguiendo el ejemplo de los centros de investigación líderes de Estados Unidos y Gran Bretaña, explica el experto.  

El presidente del grupo de compañías Centro Municipal de Peritajes, Alexander Moskalenko, explicó que en cualquier caso el Estado tendrá que invertir en investigación científica para apoyar el sector de la innovación del país, que se alcanza si se desarrollan por igual tanto las actividades aplicadas como las fundamentales. 

“Existen investigaciones fundamentales, investigaciones aplicadas, y también hay I+D, cuyos objetivos son la creación de modelos viables. 

“Las primeras, las investigaciones fundamentales, son una forma de satisfacer la curiosidad humana, ya que sus resultados no tienen una importancia práctica, al menos a día de hoy,  explica Moskalenko.  “Las investigaciones aplicadas intentan acercar los conocimientos fundamentales a un ámbito de aplicación práctica. El objetivo es una idea y no una tecnología que funcione. Por ejemplo, la creación del grafeno, material que para poder utilizar se requiere una serie de investigaciones, ya que la substancia en sí no está preparada para ello”. 

Ahora las compañías estatales rusas invierten en I+D con el claro objetivo de conseguir un rendimiento rápido, explica el experto. No obstante de esta forma no es posible un producto preparado ya para el mercado. 

“Se puede invertir infinitamente sin llegar al descubrimiento ya que la base se asienta en conocimientos que han quedado obsoletos. Todas las estructuras comerciales tienen como objetivo la consecución de beneficio, todas esperan algún tipo de rendimiento. Les interesa la obtención del producto o, como mucho, las nuevas tecnologías. Llevamos a cabo investigaciones científicas por encargo de nuestros clientes y nos exigen resultados concretos: un sistema terminado, un producto o un instrumento. Incluso cuando realizamos las investigaciones por cuenta propia contamos con que sacaremos al mercado el resultado final”, explica el especialista. 

Los científicos gastan dinero pero son precisamente estas inversiones las que después garantizarán la aparición de nuevas tecnologías pero no hay ningún empresario que busque crear sin prisa un producto, que acepte pagar por tales investigaciones. Como ejemplo se puede citar la Academia de las Ciencias de Rusia que depende exclusivamente del Estado. 

“En el caso de Skoltech, se intentó que las corporaciones estatales pagaran aunque cualquier estructura comercial tiene que invertir solo en lo que le será útil. Las inversiones a largo plazo no responden al perfil de las corporaciones estatales, ya que éstas necesitan un rendimiento a cambio.

En el contexto de la historia con “Skoltech”, se ha revelado la torpeza de las voluminosas corporaciones estatales que caen fácilmente en estas provocaciones para exprimirles recursos para evitar entrar en conflicto, -continua Moskalenko. – De todas formas Skoltech y otras estructuras que se dedican a desarrollar la ciencia fundamental y aplicada son necesarias. En las obras del escritor de ciencia ficción Robert Heinlein aparece un Fondo de Perspectivas Lejanas: tarde o temprano la práctica dará las gracias a la teoría. Pero es el estado quién tiene que financiar este tipo de Fondo con excedentes o con reservas destinadas a fines específicos.

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