Sochi a ritmo de mariachi

Fuente: Vladímir Anósov / RG

El festival está dedicado al 125º aniversario de la amistad entre México y Rusia. Cerca de 150 artistas se han preparado durante más de un año para este evento. El escenario principal de la celebración es el centro recreativo Sochi Park, que muchos ya han apodado como el Disneyland ruso, además del malecón de Sochi y el Teatro de Invierno, la principal sala de conciertos local.

“Normalmente, cuando se habla de las riquezas de nuestro país, en primer lugar se mencionan las bellezas de la naturaleza”, explica Jorge Reynoso, agregado de cultura de la embajada de México en Rusia. “Sin embargo, nuestro principal capital es la creación, que actualmente es conocida por todo el mundo, tanto el folklore como lo más contemporáneo. En el festival están representados grandes artistas de diferentes regiones de México. Se trata de colectivos de danza, compañías teatrales y maestros de las artes aplicadas”.

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Según Reynoso, la organización de este evento en el centro vacacional ruso es un paso más para desarrollar el turismo entre ambos países. Además, se trata de la mejor forma para que los dos pueblos se conozcan y entablen amistad ya que, a pesar de la gran distancia geográfica entre ellos, se parecen en muchas cosas. Por ejemplo, ambos pueblos intentan conservar sus tradiciones y culturas.

Los organizadores admiten las dificultades que hay para celebrar este tipo de festival. Solamente para realizar los acuerdos entre los países se tardó casi un año. Sin embargo, '¡Viva México!' planea ampliar su geografía y a partir del año próximo viajará por otras regiones de Rusia.

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“Se trata ya de la cuarta fiesta mexicana de las artes de estas características, la anterior, que se celebró en Perm hace un año tuvo un gran éxito. El público ruso siempre acoge cálidamente el arte mexicano”, explica el productor general del festival, Arturo Saucedo.

“En esta ocasión queremos contar más detalladamente sobre este país único, donde hay 64 lenguas vivas, cerca de 120 lugares de excavaciones arqueológicas y la mayor cantidad de objetos o actividades declarados patrimonio de la humanidad por Unesco en el continente americano. En Sochi los espectadores podrán disfrutar de tres de ellos: la cocina mexicana, los Voladores de Papantla y la música de los mariachis”.

Música, teatro, comida y mucho más

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Durante diez días los músicos, bailarines, actores, artesanos y fotógrafos intentarán zambullir a los habitantes y visitantes de Sochi en la cultura de su país.

El primer día del festival los Voladores de Papantla, los únicos acróbatas en pértiga de este tipo, consiguieron crear una atmósfera especial. La danza de Los Voladores remonta sus orígenes a más de 1.500 años. Estos rituales de movimientos corporales se engendraron en la costa del golfo de México y se difundieron por toda América Central.

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A Sochi llegaron los únicos representantes de esta danza sagrada, que viajan por todo el mundo, mostrando su arte.

En la danza participan cinco hombres, el que dirige el proceso, el Caporal, toca un pequeño tambor y la flauta. Los otros llevan flores en las manos, ofrendas a los dioses y tequila.

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Todo el grupo va vestido con unos trajes blancos anchos ya que nada puede entorpecer los movimientos rituales. Lo más interesante empieza cuando los artistas ascienden sin asegurarse a lo más alto de la vara. Uno de ellos se queda en lo alto para tocar una melodía tradicional y los otros se atan con cuerdas y se lanzan hacia abajo de cabeza.

Muy cerca, en la alameda del parque, los espectadores se deleitaron con el son del jarocho y también con el ballet contemporáneo bajo el acompañamiento de orquestas de mariachis. Los espectadores salieron a bailar al son de la música tradicional.

“Nunca pensé que bailaría al ritmo de la música mexicana, y de esta forma tan activa”, reconoce la vecina de Sochi Irina Suvorova, que apenas ha recuperado el aliento después de los rápidos ritmos.

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Los visitantes del festival también se divirtieron mucho con la originalidad de los payasos y las representaciones de teatro de títeres poco habituales para los espectadores rusos. A pesar de que las representaciones eran en español, las historias resultaron totalmente comprensibles y los niños se acordaban de las marionetas de colores.

Los vecinos de Sochi también quedaron fascinados con el teatro callejero Cornisa 20. Sus intervenciones brillantes y con gran sentido del humor y los juguetes tradicionales mexicanos, que literalmente cobraban vida en manos de los actores, quedarán en la memoria por mucho tiempo. La compañía presentó dos espectáculos humorísticos: Mariachi clown y Fiesta mexicana.

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La verdadera estrella del evento fue el tenor mexicano Fernando de la Mora, en cuyo repertorio se puede encontrar tanto ópera clásica como música nacional de nuestros días. El propio tenor antes del concierto explicó a los periodistas que a menudo recuerda su actuación en Moscú, en la sala Chaikovski, en el lejano año de 1986, cuando interpretó el Réquiem de Verdi bajo la batuta del director Riccardo Muti.

“Sin falta cantaré la canción 'México lindo y querido', que habla sobre mi país mejor que cualquier otra cosa. El año pasado en Perm logré cautivar el corazón de los rusos. Espero conseguirlo también en Sochi”.

Se planea también la celebración del Día de la música étnica y del jazz, cuando actuarán el grupo Sonex, la cantante Ana Díaz y el conjunto de jazz Abraham Barrera Quintet.

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Los organizadores también han preparado otra sorpresa: una degustación de platos tradicionales mexicanos. Como mínimo se puede elegir entre cinco especialidades, entre las cuales sin falta hay tortitas de maíz y fajitas. Pero la verdad es que, como reconocen los cocineros, estos platos no son tan picantes, como en realidad les gusta a los mexicanos.

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