Ernst Neizvestni, el escultor que hace crecer el alma

Durante la época soviética perteneció al arte oficial y al no oficial. Sus obras monumentales son de gran expresividad y fuerza emocional. RBTH recuerda al artista el día de su 90 cumpleaños.

Se trata de una de las figuras más destacadas de las artes rusas en la actualidad. Hoy cumple 90 años. Fuente: Yuri Ivanóv/Sputnik

Ernst Neizvestni es de una de esas personas que no solamente habla a través de sus monumentales y expresivas esculturas, sino que cuenta con una biografía que aúna numerosas tensiones y contradicciones ocurridas en el siglo XX. Su abuelo era comerciante y su padre, un oficial del Ejército Blanco, lo cual suponía un peligroso árbol genealógico en la URSS.

Durante la Segunda Guerra Mundial, rumbo al frente, fue condenado a ser fusilado por el asesinato de un soldado del Ejército Rojo que había violado a su novia. Pasó dos meses esperando la sentencia, que finalmente se reemplazó por un servicio en el batallón de castigo. Al final de la guerra fue herido gravemente en la columna vertebral, incluso creyeron que había muerto.

En 1955 Neizvestni entró en la Unión de Escultores de Moscú (MOSJ por sus siglas en ruso), y en el 1962 participó en la exposición “30 años de MOSJ”, donde Nikita Jrushchov gritó a los pintores que no entendía su arte, lo que supuso la pérdida definitiva de esperanza para muchos artistas del “deshielo”.

Neizvestni mostraba su obra en el estudio de Ely Bielutin y también en la MOSJ. Cuando Jrushchov empezó a atacar a este círculo artístico y preguntó airado: “¿Por que distorsionáis las caras del pueblo soviético?”, el impulsivo escultor fue el que respondió e incluso llegó a convencer al mandatario sobre el significado de algunas de sus obras.

Al final el secretario general dijo sobre él. “Es una persona interesante, la gente así me cae bien, pero lleva un ángel y un diablo dentro al mismo tiempo. Si gana el diablo, le destruiremos. Si gana el ángel, le ayudaremos”.

El escultor y veterano de guerra, que fue galardonado póstumamente y por error con la orden de la Estrella Roja, se expresaba como si fuera un obrero común, una persona que hacía un trabajo duro haciendo esculturas.

Relaciones con las autoridades y emigración

Andy Warhol, que era su amigo, dijo de él: “Jrushchov es un político mediocre en la era de Ersnt Neizvstni”. Irónicamente fue él quien diseñó la tumba de Jrushchov, a petición de sus familiares, en el cementerio de Novodévichi de Moscú.

Está compuesta por bloques blancos y negros colocados a diferentes lados, como si estuvieran germinándose el uno al otro, y entre ellos se alza la cabeza de Jrushchov.

En el 1976 el escultor emigró y desde 1977 vive en Nueva York. Enseñó en las universidades de Harvard y Columbia y en 1983 se convirtió en profesor en la Universidad de Oregon.

El artista Ilyá Kabakov, en su libro Años 60-70. Notas de la vida no oficial de Moscú, escribió que Neizvestni “estaba al mismo tiempo en el ámbito oficial y en el no-oficial”. Junto con el propio Kabakov formaba parte del grupo independiente Sretenski, zona de Moscú en la que se ubicaban los talleres de los pintores.

Por otro lado, creó el monumental relieve “Los hijos del mundo” (1966) , de 150 metros, en el campo de pioneros comunistas Artek y también realizó un enorme monumento de 75 metros dedicado a la amistad de los pueblos, conocido como “La flor de loto” en la presa de Asuán en Egipto (1968-1971).

Su obras son de gran expresividad, ya sea la “Explosión atómica”(1957) o el monumento a las víctimas de estalinismo en Magadán (1996). Probablemente por eso prefiera el gran formato, donde muestra las emociones a través del material.

En las ilustraciones a Crimen y castigo de Dostoievski (1970), en el “Gran Centauro”, monumento instalado en 1997 frente a la sede europea de la ONU en Ginebra y en la estatuilla de Orfeo, el premio del concurso televisivo ruso TEFI, se muestras también emociones con gran fuerza.

Los crucifijos hechos por Neizvestni están guardados en los Museos Vaticanos. Además, en la ciudad sueca de Uttersberg y en su Ekaterimburgo natal cuenta con museos dedicados a su obra.  El artista que recibió los gritos del Secretario General del PCUS fue posteriormente galardonado con la orden “Por méritos ante la Patria” de tercer grado y en 2014 fue llamado “el hombre del año entre los rusohablantes de EE UU”.

En una entrevista Neizvestni declaró que el artista tiene que “criar su alma”. Es precisamente de esto de lo que tratan sus esculturas.

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