Fuente: William Brumfield
A lo largo de su historia Rusia ha sido testigo de la creación de ciudades que eran consideradas una prioridad estatal. De hecho, la mayor de ellas es San Petersburgo, construida por orden del zar Pedro I en un lugar remoto del noroeste de Rusia. Pero ninguno de estos proyectos se dio en unas condiciones tan duras como las de Norilsk, actualmente una ciudad con 176.000 habitantes en la parte ártica del territorio de Krasnoyarsk.
Norilsk debe su existencia a la gran concentración de minerales valiosos, sobre todo níquel. La riqueza mineral de esta zona era conocida, por los menos, desde principios del siglo XVII, cuando la explotación del cobre debió haber comenzado en Mangazeya, el primer asentamiento completo en el Ártico.
Mangazeya se estableció en la primera década de 1570 junto al río Taz, como parte de una serie de caminos fluviales que desembocaba en el océano Ártico. Se trataba de una entrada a un territorio rico en piel de la parte central y oriental de Siberia, pero Mangazeya apenas duró un siglo. Era un lugar remoto y, paradójicamente, su ubicación era vulnerable al acceso de barcos extranjeros.
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La exploración cintífica de la región continuó en un momento inesperado, en 1919, en plena guerra civil rusa. En ese año, Nikolái Urvantsev (1893-1985), un joven geólogo de Tomsk, realizó exploraciones en la península de Taimir. El cometido de Urvantsev consistía en determinar la viabilidad de enviar cargamentos de carbón a las fuerzas Aliadas, que a su vez estaban dispuestas a suministrar armas a los Blancos por el río Yeniséi.
El plan se paralizó cuando las fuerzas Blancas en Siberia se derrumbaron, pero Urvantsev continuó trabajando en la región hasta 1926 con el apoyo del recién creado poder soviético. Descubrió no solo unos importantes yacimientos de carbón sino que también encontró níquel, cobre y platino en el área del río Norílskaia. El 1921, Urabntsev, junto con su mujer Elizabeth y varios compañeros, construyó una cabaña en la que pasaron el duro invierno cerca de la montaña Shmidt. La cabaña sobrevivió y se ha reconstruido en el museo municipal como "la primera casa de Norilsk".
En junio de 1935, el Consejo Soviético de Comisarios ordenó el rápido desarrollo de una planta de extracción de níquel a los pies de la montaña Shmidt. Debido a su prioridad estratégica para la industria pesada de la URSS, el proyecto quedó bajo el control de la policía secreta, el NKVD, que creó un campo de trabajo conocido como Norillag. Los primeros grupos de prisioneros se enviaron por barco al pequeño puerto de Dudinka en el río Yeniséi y posteriormente se desplazaban unos 70 km por la tundra hasta el desolado lugar en construcción.
Todo debía ser construido desde cero, incluida una línea de ferrocarril entre Dudinka y el campo de Norilsk. El desarrollo se aceleró en 1938 con el nombramiento de Avrami Zavenyaguin como director del complejo industrial. Entre 1939 y 1941 Zavenyaguin puso en orden un proyecto lastrado por unas condiciones brutales. Creó unas circunstancias más favorables para los prisioneros que tenían conocimientos técnicos. De hecho, Urvantsev fue arrestado pero consiguió sobrevivir y continuó con su trabajo de explorador de la región tras su puesta en libertad en 1945.
Para 1939 la planta de Norilsk producía un sulfuro de níquel y a mediados de 1942, había conseguido elaborar un níquel refinado a través de un trabajo intenso y un proceso de reducción de los elementos nocivos. La producción de cobre comenzó al año siguiente, pero el níquel era especialmente valorado debido a su uso en el chasis de los tanques y en la construcción de aviones.
A finales de la década de 1940 comenzó un plan geométrico para un "nuevo pueblo" cerca de la fábrica principal. La construcción, sobre todo con prisioneros, de monumentales calles y diseños que recordaban al neoclasicismo soviético de Leningrado comenzó en 1951. Dos años después Norilsk recibió estatus municipal, un importante paso para separar al pueblo del complejo de campos de trabajo y las fábricas.
La muerte de Stalin, el 5 de marzo de 1953, apenas supuso cambios para la mayoría de los presos políticos de Norillag. La cantidad de abusos provocó que en verano de ese año hubiera una huelga no violenta conocida como el "levantamiento de Norilsk", sobre todo en los campos de minas y también en algunas fábricas. El levantamiento se suprimió con violencia y hubo pérdidas de vidas.
Norillag dejó de existir formalmente en otoño de 1956, pero la importancia estratégica de la extracción de metales hizo que Norilsk y sus fábricas continuaran expandiéndose. En 1966 se abrieron nuevas minas en Talnaj, al noreste de Norilsk, y se creó un pueblo satélite.
En los años 70 comenzó la construcción de una enorme fábrica de níquel llamada Nadezhda ("Esperanza") al oeste de Norilsk. En 1981 se abrió como la industria más grande de la zona. Cerca de Nadezhda se encuentra Kaieran, centro de la extracción de carbón. A finales de los años 80 se dieron los primeros pasos para crear una compañía, que ahora se llama Noriskl Níquel. En 1993 tuvo lugar una privatización a gran escala.
En el Museo de la Región Industrial de Norilsk hay información acerca de la historia del lugar, incluida la de los campos de trabajo. El museo se estableció como una institución cerrada en 1939 y abrió al público en 1989. Además de contar con exposiciones sobre la cultura local, el museo ha sido importante para el mantenimiento de la memoria de los prisioneros.
En los años 90 comenzó la construcción del memorial Norilsk Golgota, dedicado a las víctimas de Norillag. Se encuentra en la base de la montaña Shmidt, en un lugar en el que había una fosa común, y cuenta con una vista panorámica de Norilsk y sus fábricas. En el memorial hay una capilla y varios monumentos, en la puerta de entrada cuelgan campanas que suenan en memoria de los muertos.
También en los años 90 comenzó la construcción de templos en Norilsk. Cerca del centro de la ciudad se encuentra la Catedral del Icono de la Virgen que Consuela a los que Sufren, consagrada en 2003. En el pueblo satélite de Talnaj se encuentra la iglesia de la Trinidad construida en madera. También hay una mezquita, construida con donaciones privadas entre 1993 y 1998, que tiene el título de ser la mezquita "situada más al norte del mundo".
Tras una importante caída de la población en los años 90, actualmente Norilsk ha sido capaz de mantener su vitalidad, pero se enfrenta a difíciles retos, entre los que destaca una de las peores situaciones medioambientales del mundo. Se han tomado algunas medidas contra la contaminación industrial y para mejorar la calidad del aire, pero la enorme fábrica de cobre continúa en la ciudad.
También hay problemas en las construcciones debido a los cambios en el permafrost, la capa de hielo permanente, que subyace a la ciudad. Se han abandonado edificios enteros, pero gracias a nuevos métodos de ingeniería se han rehabilitado algunas estructuras existentes y se han podido construir edificios de varias plantas.
A pesar de la contaminación industrial, Norilsk se encuentra cerca de una de las maravillas naturales de Rusia: la meseta de Putorana y la península de Taimir. El acceso es restringido, por lo que son pocas las opciones de hacer ecoturismo en estos lugares. Los visitantes requieren un permiso para poder visitar la ciudad. El principal nexo de unión con el mundo exterior es el aeropuerto de Alikel, que cuenta con varios vuelos diarios a Moscú. El aproximamiento por aire ofrece la oportunidad de contemplar una impresionante vista del río Yeniséi y la severa belleza de la tundra.
Cómo llegar
Hay vuelos regulares directos desde Moscú (en los aeropuertos de Domodiédovo y Vnúkovo). El vuelo dura cuatro horas. Hay que pedir permiso para entrar en la ciudad.
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