Obras maestras creadas en el infierno del gulag

Alexander Solzhenitsyn. Fuente: RG

Alexander Solzhenitsyn. Fuente: RG

Entre los miles de presos políticos enviados a los gulags soviéticos se incluían muchos artistas: escritores, músicos y poetas, que continuaron en secreto su producción. Proponemos una lista, ni mucho menos definitiva, de las obras creadas en los campos de trabajo.

24 preludios y fugas para piano de Vsevólod Zaderatski

El ciclo de los 24 preludios y fugas para piano fue compuesto por Vsevólod Zaderatski en un gulag en la región de Kolimá, en el Lejano Oriente ruso, entre 1937 y 1939. “Consiguió encontrar tiempo para garabatear sus composiciones en cualquier trozo de papel que podía encontrar”, recuerda el hijo del compositor.

“Mi padre tenía una letra muy clara, lo que ayudó mucho. A veces, los guardias le daban papel, porque apreciaban su capacidad de contar historias. Para ellos, mi padre era como un programa de televisión”, comenta. El estreno mundial del ciclo se celebró 75 años después de que fuese compuesto en el Conservatorio de Moscú.

Poemas y teatro en verso de Alexander Solzhenitsyn

Solzhenitsyn escribió sus mundialmente renombradas Un día en la vida de Iván Denísovich y Archipiélago Gulag tras terminar su condena en el gulag (1945-1953). Mientras estuvo preso no tuvo la oportunidad de redactar ningún texto largo en prosa.

Sin embargo, en el campo de trabajos forzados, usando pequeños fragmentos de papel, compuso y se aprendió de memoria, con la ayuda de un rosario que se confeccionó él mismo, varios poemas y obras en verso: Dorozhenka (“Caminito”), Plenniki (“Prisioneros”) y Pir Pobeditelei (“La fiesta del vencedor”).

Cuaderno de Alexander Solzhenitsyn. Fuente: RG

Como el propio Solzhenitsyn confesó en la parte V de Archipiélago Gulag, hacia el final de su condena, conservaba unos 12.000 versos en su memoria. Sin embargo, solo se decidió publicar esos poemas tempranos cuando cumplió los 80 años.

“Esas obras eran mi aliento, mi vida en esos momentos. Me ayudaron a sobrevivir”, explicó.

Relatos de Kolimá, de Varlam Shalámov

Shalámov cumplió dos condenas en campos de internamiento, entre 1929 y 1932 y después entre 1943 y 1951. La primera fue en el norte de los Urales; la segunda, mucho más horrible, fue en Kolimá.

En 1949, después de conseguir escapar de los trabajos forzados colocándose como asistente médico en un hospital para reclusos, fue allí donde empezó a escribir los poemas que se convirtieron en los cimientos de los futuros Relatos Kolimá.

Solzhenitsyn, que leyó estos cuentos en 1956, en samizdat, “temblaba como si hubiese encontrado a un hermano”, según contó él mismo más tarde.

También Borís Pasternak tenía una muy alta opinión de los Relatos de Kolimá. Sin embargo, esta narración dura y sin paliativos de la vida en el campo, convirtieron de nuevo a Shalámov en un paria, un extraño para las instituciones literarias.

En español hay cinco volúmenes publicados en la Editorial Minúscula y traducidos por Ricardo San Vicente.

Canciones perversas de Guillaume du Vintrais, por Yuri Veinert y Yakov Jarón

Las Canciones perversas eran una colección de 100 sonetos escritos en un gulag de Amur, en el Lejano Oriente, entre 1937 y 1947, por dos intelectuales moscovitas, bajo el pseudónimo ficticio de un poeta francés del XVI que se habían inventado, supuestamente cortesano de Enrique II de Navarra. En el fondo, no son mucho más que una broma inspirada, un juego literario impulsado por la enorme popularidad de la que disfrutaban en aquel tiempo las obras de Alexandre Dumas y Cyrano de Bergerac.

Sin embargo, dadas las condiciones en las que se escribieron estos versos, que celebran las mujeres, el vino y, sobre todo, el honor y la libertad, este juego literario se convierte en un acto realmente heroico. El cerebro del proyecto, Yuri Veinert (el apellido Vintrais es un anagrama de su nombre adaptado a la ortografía francesa), murió en el campo. Yakov Jarón vivió hasta 1972 y vio la publicación de las Canciones perversas.

Las cartas de Pável Florenski desde el Lejano Oriente y las islas Solovetski

Fuente: TASS /  Alexey Schukin

Las cartas escritas por el sacerdote Pável Florenski a su mujer e hijos y a sus amigos cercanos desde el momento de su arresto en 1933 hasta su ejecución en 1937 fueron recopiladas y publicadas en forma de libro a finales de los 1990.

Las cartas no son una obra literaria en sentido estricto, pero la versatilidad cultural y científica de su autor (fue filósofo, poeta, teólogo, matemático y biólogo) era tan extraordinaria que incluso las cartas a su familia se convierten en un texto filosófico: de hecho, se trata de su testamento.

Las Cartas de la prisión y de los campos, de Pável Florenski se publicó en español en 2005 por la Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra)

Pinturas en miniatura de Mijaíl Sokolov

[Vídeo de RBTH] Perm-36 : Fantasma del GULAG

Después de la Revolución de 1917, Mijaíl Sokolov era uno de los principales artistas de Moscú. Sin embargo, en los años 30 se marginó ya que no se adecuaban al concepto de realismo socialista.

En 1938 lo enviaron a una prisión en la región de Kémerovo, donde continuó dibujando paisajes de la taiga y retratos de los internos en pequeños trozos de papel, a veces incluso en los envoltorios de los dulces. Consiguió enviar estos dibujos a Moscú, donde eran recibidos con admiración. Los dibujos se encuentran actualmente en el museo de arte de su ciudad natal, Yaroslavl.

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