Fuente: Lori / Legion Media
Aunque la temporada de manzanas acaba de empezar, la fruta más icónica del mundo lleva todo el verano en los titulares. En julio, los legisladores rusos prohibieron la importación de manzanas de Polonia, lo que ha sido interpretado en general como una bofetada a Polonia por su connivencia con la OTAN en sus acciones al este de Ucrania.
La prohibición representa un duro revés para los agricultores polacos, que exportaban a Rusia casi un tercio de su cosecha anual (por valor de 300 millones de euros). A principios de agosto, los fans de las manzanas sufrieron otro duro golpe, al prohibir el Kremlin todos los productos procedentes de países que hubiesen impuesto sanciones económicas a Rusia.
No se podría haber elegido un momento peor, visto que la fiesta rusa más centrada en las manzanas, 'Yáblochni Spas' (Nuestro Salvador de las Manzanas), se celebró el pasado 19 de agosto. Fusionado con la celebración cristiana de la Transfiguración del Señor, este animado y colorido festival de la cosecha hunde sus raíces en la época precristiana, y su objetivo es dar gracias por la abundancia de las últimas recolecciones del verano.
En la tradición cristiana, la Transfiguración celebra el momento fundamental en el que Jesús se revela como hijo de Dios a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan en la cumbre del monte Tabor, en presencia de los profetas Moisés y Elías. El Evangelio de san Mateo cuenta: “Y de pronto sonó una voz desde la nube, diciendo: 'Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mateo 17,1). La Transfiguración es un importante hito en el ciclo de la vida de Cristo: un momento de transición y cambio, así como de glorificación y cumplimiento. ¿Qué mejor momento del año para celebrarla, que la frontera entre dos estaciones que representa una cosecha? Es fácil ver cómo ambas fiestas se amalgamaron en una sola.
'Yáblochni Spas' está precedida por el Spas “húmedo” o “de la miel”, el cénit del calendario apícola. Y va seguido el de las nueces, que marca el momento apropiado, en la Rusia europea, para cosechar las nueces. En estas ocasiones, los productos recolectados son llevados a la iglesia para que reciban la bendición, se desempolvan viejas recetas especiales y todo se ve invadido por una atmósfera festiva. Es también el momento del año de pisar las manzanas y la miel para destilar bebidas populares rusas, como la “medovuja” y el “kvas”.
En honor de Yablochni Spas, así como de “Nuestro Salvador de la Miel y de las Nueces”, he creído apropiado adaptar una delicia tradicional y combinar estos tres sabores. Este plato, simple pero enormemente gratificante, es la comida más reconfortante que hay. Pero creo que las manzanas necesitan ser reavivadas con sabores más intensos, por lo que experimenté con los aliados naturales de esta fruta para encontrar una combinación ganadora de picante, ácido y dulce.
Ahora, si soy capaz de encontrar manzanas...
Fuente: lori / legion media
Manzanas asadas con fruta seca y nueces
8 manzanas crujientes, medianas
el zumo de 1 limón
45 ml (3 cucharaditas) de jengibre molido
45 ml (3 cucharaditas) de clavo molido
45 ml (3 cucharaditas) de canela molida
120 ml (media taza) de azúcar moreno
60 ml (un cuarto de taza) de mantequilla dulce en cubitos
60 ml (un cuarto de taza) de sidra, licor de manzana, calvados, ron o coñac
120 ml (media taza) de cerezas desecadas
120 ml (media taza) de manzana desecada
120 ml (media taza) de nueces picadas
60 ml (un cuarto de taza) de jengibre confitado en cubitos
Preparación:
1. Precalentar el horno a 180º. Poner la rejilla a altura media. Cubrir una fuente honda con papel vegetal.
2. Triturar todos los ingredientes (excepto las manzanas), con el alcohol y la mantequilla, en una batidora o robot de cocina. Procesar hasta que se mezclen. Reservar.
3. Con un cuchillo pequeño, muy afilado, quitarle el corazón a las manzanas, creando una cavidad cónica más ancha en la parte superior que en la base. Poner cuidado en retirar todas las semillas de la manzana, pero dejar intacta la parte inferior.
4. Rociar el zumo de limón en la piel de las manzanas para que no se ponga marrón.
5. Llenar la cavidad practicada a las manzanas con una abundante porción del relleno.
6. Añadir un centímetro de agua al fondo del recipiente.
7. Asar durante 35-40 minutos sin cubrir. Ir bañando la superficie de las manzanas con los líquidos que vayan soltando, 3 o 4 veces. Esto creará una maravillosa cobertura caramelizada sobre la fruta. Para comprobar si las manzanas están listas, pinchar la superficie con la punta de un cuchillo afilado. Debería atravesarla fácilmente y sin resistencia. Ten en cuenta que los tiempos de cocción pueden cambiar mucho dependiendo del tamaño de las manzanas utilizadas.
8. Servir caliente y verter todo el líquido restante por encima. Este plato combina maravillosamente tanto con nata montada como con helado de vainilla.
¡Priyátnogo appetita!
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