Las plazas gratuitas para extranjeros aumentarán en un 50%. Fuente: ITAR-TASS
Según el viceministro de Educación y Ciencia de la Federación de Rusia, Veniamin Kaganov, el número de plazas para extranjeros incluidas en el presupuesto de las universidades rusas aumentará un 50 % este año académico: de 10.000 a 15.000. Según sus palabras, en Rusia estudian alrededor de 125.000 estudiantes extranjeros. La última vez que aumentaron las plazas para estudiantes de otros países fue en 2008, cuando estas pasaron de 7.000 a 10.000.
Fuente: archivo personal |
Patricia Dos Santos fue a estudiar a Rusia desde Brasil. “Decidí estudiar en Moscú porque en mi país es muy difícil acceder a la universidad. Sin embargo, en Rusia dan cada año varias plazas gratuitas para los brasileños. Intenté aprovechar esta oportunidad y conseguí acceder. Ahora estudio en la facultad de medicina en la Universidad de la Amistad de los Pueblos de Rusia (RUDN, por sus siglas en ruso). Cuando acabe, me gustaría volver a Brasil para trabajar y vivir allí. Allí está muy bien valorada la educación rusa, pero para empezar a trabajar en mi país tendré que repetir los exámenes para homologar el título”.
Por ley, al acceder a una universidad rusa, los extranjeros disfrutan de los mismos derechos que los rusos, además de poder optar como estos a becas y a una plaza en las residencias universitarias. Si los postulantes del extranjero no dominan el ruso, entran en una facultad preparatoria en la que estudian, además del ruso, otras asignaturas de base.
Los postulantes realizan primero unas pruebas en su país de origen, bajo la supervisión de los organismos educativos locales y representantes de la embajada rusa. Después, seleccionan entre una y seis universidades de su interés, una por cada distrito federal del país. Se puede escoger cualquier especialidad, aunque tradicionalmente entre los extranjeros tienen fama las facultades de ciencias de Rusia: matemáticas, física, química o biología.
La probabilidad de que un extranjero se matricule en la universidad escogida es alta, pero no completa. La decisión final sobre el centro de estudio la toma el Ministerio de Educación de la Federación de Rusia y Rossotrúdnichestvo.
Según la información aportada por el Ministerio de Educación y la RUDN, en los años 2010 y 2011 el 39,1 % de los alumnos extranjeros que estudiaban en Rusia provenían de los países de la CEI, el 35,7 % de Asia, el 13,2 % de África y Oriente Próximo, el 4,4 % de Europa occidental, el 2,1 % de los países de Europa del Este y los Balcanes, el 1,9 % de Norteamérica y Oceanía, el 1,4 % de América Latina, el 1,3 % de los Países Bálticos y el 0,8 % del norte de Europa.
De acuerdo con la política estatal de preparación de personal nacional para países extranjeros en centros educativos rusos, la educación de extranjeros en Rusia pretende la “formación de una élite intelectual de países foráneos con el objetivo de garantizar los intereses políticos y económicos de Rusia a largo plazo en todas las regiones del mundo”.
Según datos del Ministerio de Educación y Ciencia, el año pasado los extranjeros conformaron un 2,3 % del total de estudiantes del país. Para el año 2015 el Ministerio prevé que esta cuota aumente hasta el 6 % y para el 2018 hasta el 10 %. Sin embargo, la Unión Soviética ocupaba el tercer puesto mundial en proporción de estudiantes extranjeros. En la URSS estudió el 10 % de todos los estudiantes extranjeros del mundo.
Un concepto global
La directora del Instituto de Desarrollo de la Educación adscrito a la Escuela Superior de Economía, Irina Abankina, afirma que en el mundo contemporáneo la educación está dando un giro global. “Todos los países compiten entre sí. En los últimos años, Rusia ha pasado al séptimo puesto en número de estudiantes extranjeros que han optado por sus universidades. Por delante se encuentran EE UU, Gran Bretaña, Alemania, España y otros”, dice Abankina.
“La principal barrera a la hora de escoger el país es la del idioma. Los países occidentales se centran en primer lugar en los candidatos que provienen de sus antiguas colonias. Nosotros en los de los países de la CEI”.
Según Abankina, lo que impide a Rusia competir por los estudiantes extranjeros de otros países es su entorno hostil: “Para los estudiantes es importante saber que van a estudiar a un país seguro y hospitalario. En Rusia, por desgracia, las condiciones no son las más favorables”.
Tal como aclaró a Izvestia el rector de la RUDN, Vladímir Filippov, lo más difícil es conseguir que los estudiantes europeos vengan durante un curso completo debido a las condiciones que presenta la parte rusa. “Aquí vienen muchos estudiantes de la CEI que dominan el ruso, así como de los países superpoblados de Asia. Con los europeos resulta más difícil. No podemos ofrecerles el mismo nivel de vida y de socialización que tienen en sus países de origen”.
Gulnara Krasnova, profesora de la Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública adscrito a la Presidencia de la Federación de Rusia, afirma que se están ampliando las plazas gratuitas para extranjeros en los centros rusos, mientras que las de los rusos se están reduciendo.
“A Rusia le sale rentable formar a los extranjeros”, señala Krasnova. “Los estudiantes que vienen del extranjero traen divisas que gastan en sus necesidades, apoyando así la economía nacional. Los cálculos indican que cada estudiante extranjero gasta de media en su día a día entre 2,5 y 3 veces más dinero que lo que el Estado aporta para su educación”.
Se ha aprobado una ley que permite combinar los estudios universitarios con el trabajo, a fin de que los estudiantes extranjeros puedan incorporarse a la economía con más facilidad.
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