Satsivi: una receta de pollo para disfrutar las medallas

Fuente: Jennifer Ereméieva

No soy una fan del deporte, pero estoy casada con un ruso muy aficionado, lo que significa que este mes habrá cenas “Sochicéntricas”. Además de los guisos, los estofados y las sopas, decidí probar algo típico del Cáucaso, que se pueda preparar de antemano, refrigerar y disfrutar delante de la televisión. El satsivi de pollo cumple con estos requisitos y tiene la ventaja añadida de ser absolutamente delicioso.

Si alguna vez has disfrutado de una comida georgiana, seguro que has probado el satsivi: esa maravilla de salsa cremosa con nueces, aromatizada con todos los sabores del clima subtropical de Sochi y la cocina de inspiración persa. Las nueces tienen una importancia fundamental en la cocina de la región y también son la nota dominante del satsivi, que lleva también fenogreco, canela, clavo, cilantro, hojas de caléndula y ajo.

La palabra satsivi deriva del georgiano tsivi, que significa “frío”: esto es a la vez una descripción y una orden. Cuando está lista la salsa de nueces, el paso final (y, según muchos georgianos, el más importante) es cubrir el pollo con ella y dejar reposar el plato hasta que esté a temperatura ambiente. Cuando la salsa se enfría, se espesa; el pollo termina de cocerse lentamente y todos los sabores se fusionan para conseguir la inolvidable esencia de unos de los platos más apreciados de la región.

En el Cáucaso casi nunca pecan por defecto. La mayor parte de las recetas de satstivi te dirán que cocines un pavo entero o varios pollos. Para reducir las porciones a una ración para tres personas, empleé muslos de pollo sin deshuesar, que siempre parecen más sabrosos y fáciles de manejar. Para potenciar el sabor y reducir los tiempos de cocción, encuentro que es mejor marinar el pollo toda la noche, después asarlo ligeramente a fuego alto hasta que esté casi listo (un termómetro para carne deberá alcanzar unos 65,5º) y después dejar que la salsa caliente termine el trabajo. ¡El plato merece una medalla de oro!

¡Buena suerte para todos los candidatos olímpicos que se dirigen a Sochi! 

Preparación:

1. Mezclar todos los ingredientes de la salmuera en una olla y hervir a fuego lento 10 minutos hasta que la sal y el azúcar se disuelvan. Dejar enfriar.
2. Cuando se enfríe, sumergir los muslos de pollo, cubrir con film y dejar en el frigorífico toda la noche.



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3. Secar el pollo con una servilleta de papel y colocarlo en una rejilla sobre una fuente de horno. Añadir sal y pimienta por el lado de la piel. Precalentar el horno a temperatura máxima mientras el pollo se templa a temperatura ambiente.
4. Moler todas las especias secas en un mortero excepto el pimentón y la sal. Aplastar el ajo con una cucharadita de sal. Pasar por la batidora las especias con las nueces, el ajo y media taza del caldo de pollo; trabajar durante un minuto aproximadamente, hasta que la mezcla tenga consistencia de arena húmeda.
5. Calentar el aceite en una sartén de fondo grueso. Pochar la cebolla. Espolvorear con el pimentón y la sal y dejar unos minutos más para que se combinen los sabores.

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6. Echar la pasta de nueces a las cebollas y remover hasta que se mezcle. Después ir añadiendo el resto del caldo de pollo, removiendo bien con una cuchara de palo para que la salsa no se pegue al fondo.
7. Llevar la salsa a ebullición, bajar el fuego y dejar que cueza unos 20 minutos.
8. Cuando la mezcla lleve 10 minutos hirviendo a fuego lento, meter el pollo al horno y dorar 4 minutos por cada lado. No te preocupes si parece poco hecho.
9. Mientras se hornea el pollo, triturar la salsa en la batidora
10. Colocar los muslos de pollo en una fuente honda y verter la salsa hirviendo por encima. Dejar reposar hasta que esté completamente frío
11. Adornar con cilantro fresco, granos de granada y nueces picadas. 

Jennifer Ereméieva es una escritora estadounidense que reside en Moscú. Creadora del premiado blog de humor Russia Lite, y de The Moscovore, sobre comida en Moscú, su primera novela, Lenin vive en la puerta de al lado, se publicará en 2014. 

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