El 80% de las personas piensan como niños

Fuente: Getty Images / Fotobank

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Según una investigación, la diferencia entre gente de mayor y menor capacidad intelectual se ha hecho más patente en Rusia. Al parecer, el pensamiento sistémico y la capacidad para sacar conclusiones se forman durante la etapa del aprendizaje escolar, cuyo programa ha sufrido durante la última década gran cantidad de cambios importantes, que han tenido un impacto negativo.

Liudmila Yasiukova, directora del laboratorio de psicología social de la Universidad Estatal de San Petersburgo y del centro Diagnóstico y desarrollo de las aptitudes, lleva muchos años estudiando la estructura del pensamiento de los alumnos y asegura que lo más importante en la etapa escolar es formar un pensamiento conceptual completo.

“El pensamiento conceptual está formado principalmente por tres aptitudes. La primera es la capacidad de distinguir la esencia de un fenómeno o un objeto. La segunda, la capacidad de ver la causa y pronosticar la consecuencia. Y la tercera, la capacidad de sistematizar la información y construir una imagen íntegra de la situación”, explica la especialista.

Las últimas estadísticas sobre este tema se obtuvieron en 1998, y mostraron que en los países desarrollados la situación es parecida a la rusa. Más del 70% de los ciudadanos adultos piensan como los niños: generalizan a base de particularidades y no de rasgos esenciales y no ven la relación causa-efecto. Hasta la fecha no existen investigaciones más detalladas al respecto, al menos de acceso público.

“Los niños que han desarrollado un pensamiento conceptual comprenden de forma adecuada una situación real y sacan las conclusiones correctas, no se puede decir lo mismo de aquellos que no lo han desarrollado. Estos también se muestran seguros de la veracidad de su visión de la situación, aunque esto es una ilusión que se aleja de la realidad. Sus planes no se cumplen, ni tampoco sus pronósticos, sin embargo ellos creen que la culpa es de las personas y circunstancias que les rodean, y no de su incorrecta comprensión de la situación”, señala Liudmila. Estas aptitudes se pueden determinar con la ayuda de tests psicológicos.

Por ejemplo, a los niños de seis-siete años se les propone lo siguiente:  “Periquito, paloma, pájaro, ruiseñor, pato. ¿Cuál de ellos sobra?” Según la especialista, incluso algunos adultos responden 'pato', alegando que pájaro implica algo pequeño y un pato tiene un tamaño mayor. Yasiukova señala que esta respuesta se da si en su consciencia está arragiada la imagen de un pájaro como algo pequeño y ellos entienden esta imagen como algo universal.

Según la investigación mencionada más arriba, menos del 20% de la gente es capaz de determinar una relación causa-efecto.  “Únicamente aquellos que han estudiado ciencias naturales y técnicas han aprendido a identificar los rasgos esenciales de algo, así como a categorizar y establecer una relación causa-efecto. Este tipo de personas no abunda entre aquellos que deciden el curso del desarrollo de la sociedad. Entre los consultores políticos existen psicólogos, filósofos, pedagogos, en definitiva, personas con un pensamiento conceptual no muy desarrollado, pero que poseen el don del habla y saben vender sus ideas en bonitos envoltorios”, explica Yasiukova. 

La importancia de la educación científica

La experta expone que no es posible adquirir un pensamiento conceptual a partir de la vida cotidiana. 

“Este tipo de pensamiento se desarrolla mediante el estudio de la ciencia, ya que la ciencia está construida en base a un principio conceptual: sobre estos conceptos básicos se construye la pirámide de la ciencia. Así es la pirámide conceptual. Y si salimos de la escuela sin un pensamiento conceptual, cuando en la vida nos encontremos con uno u otro fenómeno, no podremos interpretarlo de manera objetiva, sino que actuaremos bajo la influencia de las emociones y de nuestras ideas subjetivas. Como resultado, las decisiones que tomemos en base a una interpretación tan poco real de lo que sucede no serán las adecuadas. Y esto lo vemos en nuestra vida. Cuanto más alto en la jerarquía social figura una persona, mayor es el precio que debe pagar por sus interpretaciones y decisiones no objetivas. Y si no lo creen, vean cuántos programas se aprueban que no acaban en ningún resultado”, comenta Yasiukova.

Los programas educativos afectan de manera especial a la formación de la estructura del pensamiento. El estado actual de la escuela rusa, en un contexto de cambios en el programa educativo,  empeora gravemente la situación. “Antes, las bases del pensamiento conceptual comenzaban a asentarse con la asignatura de Ciencias Naturales. Ahora, en lugar de ella existe Medio Ambiente, una asignatura que no tiene ningún sentido. La lógica de esta asignatura únicamente la ven sus creadores, que sin duda no poseen un pensamiento conceptual. Esta es supuestamente una asignatura de investigación experimental, pero en realidad no tiene nada de eso", declara Yasiukova.

En etapas posteriores, el desarrollo estaba garantizado por asignaturas como Botánica e Historia del desarrollo de la civilización. Ahora, en lugar de esto, los niños estudian Ciencias Naturales a partir de relatos sobre la naturaleza sin ninguna lógica, y en lugar de historia de la civilización tienen Historia en imágenes, donde les explican algo acerca de los humanos primitivos, sobre los caballeros, etc”, indica la especialista.

Más adelante, la situación continúa del mismo modo.  “El principio de la transmisión científica de la información ha sido remplazado por el principio del caleidoscopio, de las imágenes en movimiento, considerado por los espeicalistas un enfoque sistémico”, especifica Yasiukova.

Como resultado de estos cambios, la mayoría de los niños no adquieren las aptitudes necesarias para estructurar adecuadamente su pensamiento y se incrementa la diferencia entre las personas con una mayor y menor capacidad intelectual.

A su vez, como resultado, los más inteligentes no encuentran su lugar en el país y se van al extranjero. “Yo estoy dispuesta a aceptar que las personas que trabajan en el Ministerio de Educación realmente no entienden lo que están haciendo. Se confunden pensando que la adaptación a la ligera de algunos enfoques occidentales puede aportar algo a nuestro sistema educativo. Antes, nuestros manuales los escribían matemátios, físicos, biólogos, ahora de esto se encargan los pedagogos y los psicólogos, gente que no está especializada en el tema sobre el que escribe. Ahí es donde acaba la educación”, concluye Yasiukova. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Rosbalt.

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