“Clásicos rusos en primera página”

Dibujado por Natalia Mijáilenko.

Dibujado por Natalia Mijáilenko.

Gracias a una campaña viral, los internautas rusos pueden comprobar hasta qué punto son actuales las obras maestras de los clásicos de la literatura nacional.

 

Dibujado por Natalia Mijáilenko. Haz click en la imagen y accede a la imagen interactiva

“Los ecologistas han dado la voz de alarma: un jardín singular se ve amenazado por un proyecto urbanístico”, “Un juerguista mata a su amigo a causa de un flirteo efímero”, “La mujer de un alto funcionario se suicida después de discutir con su amante”, “Un portero forastero resulta ser un cruel perseguidor de perros”, etc. Éstos son algunos de los potentes titulares que han aparecido en los portales de noticias rusos este 2 de septiembre, Día del Conocimiento en Rusia. Así se denomina la jornada en que escolares y estudiantes retoman las clases en sus centros educativos después de las vacaciones de verano. 

Estos titulares aluden a tramas de obras clásicas de la literatura rusa, como El jardín de los cerezos de Antón Chéjov, Eugenio Oneguin de Aleksandr Pushkin, Anna Karénina de Lev Tolstói y Mumú de Iván Turguéniev.

Incluso los lectores que no son capaces de reconocerlas, no se quedan con la duda: los titulares enlazan a un sitio web, especialmente creado, donde se les muestra un texto que da paso a la obra maestra literaria correspondiente, con la posibilidad de leerla en línea o descargarla en versión electrónica gratuitamente.

“De este modo, atraemos la atención de los internautas y de los visitantes de los portales de noticias hacia el hecho de que todas las historias que aparecen en la información de última hora han sido tratadas, de un modo u otro, en algún momento, en la literatura rusa”, comenta a Rusia Hoy Yuri Pulia, jefe de la dirección de la prensa regular, ediciones de libros y poligrafía de la Agencia Federal de Prensa y Medios de Comunicación (Rospechat) que, junto con la Unión del libro ruso y la agencia de publicidad SLAVA, han organizado esta campaña de promoción a la lectura.

El objetivo principal es suscitar el interés por la literatura clásica nacional que, para muchos rusos, no es más que un contenido del programa escolar.

“Hemos realizado una acción bonita, interesante y, sobre todo, útil”, opina Yuri Pulia. “Al menos en este día, 2 de septiembre, la gente lee estos anuncios, los comparte en las redes sociales y se habla de literatura a varios niveles. Además, despierta la creatividad: esta acción invita a los internautas a escoger una obra de la literatura clásica e inventar un titular que se ajuste a su trama. El ruido informativo en torno a esta campaña llevará a más de uno a preguntarse: ¿Qué tienen estas obras para que todo el mundo hable de ellas?”.

Las campañas de promoción de la literatura de este tipo responden a una tendencia alarmante: la caída en los índices de lectura de la que, año tras año, informan los sociólogos rusos.

Según una encuesta publicada este verano por la fundación 'Opinión pública', el 44 % de los rusos a quienes se les preguntó no han leído ni un solo libro en el último año. 

Son igual de decepcionantes los datos de la compañía de investigación de mercado TNS Rusia, conforme a los cuales los rusos consumen de media ocho horas diarias de medios audiovisuales, mientras que la lectura de libros sólo representa un 1,8 % de ese tiempo, es decir, nueve minutos al día.

No es sorprendente, por tanto, que ante semejante panorama,  los expertos y las autoridades rusas confieran una gran importancia al fomento de la lectura.

En 2006, se aprobó el Programa Nacional de Apoyo y Desarrollo de la Lectura, en el marco del cual los organizadores han llevado a cabo otras acciones de lo más llamativas. Por ejemplo, en el proyecto de Rospechat del año pasado, “Zambúllete en la lectura”, dirigido a los adolescentes, los organizadores representaron a célebres autores rusos como Lev Tolstói, Antón Chéjov y Aleksandr Pushkin vestidos con indumentaria deportiva, y los obligaron a marcarse un rap junto con Nikolái Gógol y Fiódor Dostoievski.

Además del Rospechat, entre los agentes implicados en la promoción de la lectura, figuran las propias editoriales, organizaciones sociales e incluso el metro de Moscú. En los últimos algunos años, han aparecido con asiduidad campañas bastante notables. Algunas eran de corte tradicional.

Por ejemplo, en 2008, la editorial AST lanzó la campaña “Una palabra por libro”, en la que escritores rusos de renombre explicaban, en carteles publicitarios, lo importante que es leer. También la editorial Eksmo ha organizado dos campañas, “Lee libros y sé persona” y “¡Lee!”, en las que personajes famosos del mundo de la televisión y la música, pero también del fútbol, e incluso entrenadores, hablaban de los beneficios de la lectura.

Otras campañas publicitarias han conseguido que el lector potencial se zambulla directamente en el ambiente del texto. Por ejemplo, en el metro de Moscú se puede viajar en los vagones temáticos “Moscú lee” y “Poesía en el metro”, cuyas paredes están revestidas, en lugar de con anuncios publicitarios, con fragmentos de obras literarias, biografías de escritores e ilustraciones de sus libros. Las exposiciones son temáticas y se renuevan periódicamente.

La campaña “Libros en el parque” de Rospechat, lanzada en 2012, transformó cinco espacios recreativos populares de la capital rusa, incluido el famoso Parque Gorki, en plataformas para acoger encuentros con escritores.

Los parques también fueron el escenario escogido para los “Módulos Gógol”, pequeños quioscos donde se podía comprar libros a precios muy bajos. Además, en los parques se realizaron retratos artísticos de escritores con hierba.

En un futuro inmediato, se crearán clubes de lectura a lo largo y ancho de Rusia. Está previsto que, en este marco, se celebren vídeo-conferencias con conocidos escritores y editores. Los primeros de estos clubes abrirán sus puertas este noviembre, en varias regiones de Rusia.

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