Historiadores recrean la época de Yeltsin para las futuras generaciones

En Ekaterimburgo, ciudad donde nació el primer presidente de Rusia, se está construyendo un museo dedicado a su figura. Fuente: PhotoXpress

En Ekaterimburgo, ciudad donde nació el primer presidente de Rusia, se está construyendo un museo dedicado a su figura. Fuente: PhotoXpress

Dentro de un año, en verano de 2014, abrirá sus puertas un museo dedicado al primer presidente de Rusia, Borís Yeltsin. El biógrafo de Yeltsin, el escritor Borís Mináyev, habla del nuevo museo.

En el centro de Ekaterimburgo (calle Yeltsin número 3), ciudad de los Urales, las obras del nuevo edificio se prolongan desde hace un año. Los vecinos ya saben que tras esas vallas, en el lugar donde antes había un complejo comercial, se está recreando el Centro Presidencial de Borís Yeltsin, oriundo del lugar.

Muchos habitantes de la ciudad han participado en la creación de la colección, entregando al futuro museo “objetos de la historia contemporánea”, como por ejemplo cartillas de racionamiento de la época de las largas colas en los años 80, cuando había un déficit de productos en las tiendas. Con los cupones lo único que se podía comprar eran alimentos básicos, como cereales, azúcar o mantequilla.

También han llevado viejas fotografías, periódicos, revistas, folletos y carteles de los años 1991 y 1996, cuando el primer presidente de Rusia acudió a su ciudad natal en busca de apoyo durante sus campañas electorales.

Muchas personas están al corriente de la creación del museo, pero no todos entienden que se trata de un “centro de patrimonio cultural del presidente de Rusia una vez retirado”. Aprobado como ley federal por la Duma.

De ahora en adelante, cada expresidente tendrá  una biblioteca o centro presidencial en el que los visitantes podrán descubrir qué hizo este político, qué leyes firmó, con quién se reunió o en qué época vivió.

Se espera que los expresidentes entreguen a estos centros sus archivos, regalos, manuscritos y otros documentos de valor histórico. En estos centros se llevarán a cabo investigaciones históricas, así como proyectos humanitarios. Pero lo principal es que estarán abiertos al público. Al cabo de unos años comenzará a haber cada vez más museos de este tipo. ¡Y a finales de siglo llegará a haber casi veinte!

Borís Yeltsin fue el primer presidente elegido democráticamente mediante sufragio universal directo. Antes de él en Rusia nunca se habían celebrado elecciones a jefe del Estado. Los años 90, la época de Yeltsin, fueron años de agitación, de cambios radicales en la vida de un país que, superando una crisis tras otra, políticas y económicas, avanzaba dolorosamente hacia adelante, del pasado soviético hacia la democracia y la economía de mercado. Actualmente hay diversas impresiones sobre esta época.

El concurso público para la creación de esta exposición lo ha ganado la compañía de Ralph Appelbaum, de Nueva York, la misma que se ha dedicado a la creación de bibliotecas presidenciales en Estados Unidos como la de Bill Clinton, responsables también del Museo Ruso de Historia Judía y Tolerancia de Moscú. Esta compañía trabaja con un equipo de arquitectos, archivistas, ingenieros y guionistas de Rusia dirigido por el conocido director de cine Pável Lunguin.

La tarea de este grupo es crear una exposición dedicada a la Rusia del siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta sus últimos días. La sala “El laberinto de la historia de Rusia” mostrará objetos que irán desde los aterradores documentos de la época del Gran Terror de los años 30, pasando por películas y fotografías hasta carteles que la gente llevó durante las multitudinarias manifestaciones de los años 80 que exigían el fin del monopolio comunista en el poder.

La exposición “Siete días” de la época de Yeltsin va desde su primer discurso lleno de insubordinación en una asamblea conmemorativa del 70º aniversario del poder soviético en el Kremlin hasta su renuncia voluntaria el 31 de octubre de 1999.

Una parte del museo estará dedicada a las libertades que llegaron con la época de Yeltsin, así como a la primera Constitución que consolidaba en Rusia instituciones democráticas como el sufragio universal, el parlamento, el poder presidencial, la libertad de expresión y la propiedad privada.

En estas salas el visitante encontrará diseños originales, así como hallazgos de los historiadores, cartas, notas, apuntes de la época de estudiante de Borís Yeltsin (de su archivo familiar) y documentos únicos como el primer ejemplar del nuevo Tratado de la Unión que debería haberse firmado el 20 de agosto de 1991. Pero el 19 de agosto tuvo lugar un golpe de Estado y la URSS cayó…

Según promete el grupo de trabajo, en el Centro Presidencial habrá no sólo un museo de la historia contemporánea y una exposición dedicada a la persona y la época de Borís Yeltsin, además de exposiciones temporales. El complejo también contará con centros infantiles e iniciativas sociales, conciertos y conferencias públicas, debates y congresos dedicados a los problemas de la Rusia actual.

Quizá lo más importante sea que el centro de Yeltsin está pensado sobre todo para las generaciones más jóvenes, las que nacieron en los años 90. Esta juventud sabe muy poco sobre esta época, algunos no saben absolutamente nada, confunden las fechas y los nombres importantes, únicamente han oído mitos y estereotipos que les transmiten los mayores. Y a menudo no hay quien les explique qué fue lo que ocurrió realmente y por qué razón tuvo lugar. Esto es un problema, y el Centro Presidencial de Borís Yeltsin está llamado a solucionarlo. 

Borís Mináyev, ha sido biógrafo de Borís Yeltsin.

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