Gobierno y cineastas rusos negocian un código ético para el cine

El Código Hays en EE UU en 1930 por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de películas. Fuente: PhotoXpress

El Código Hays en EE UU en 1930 por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de películas. Fuente: PhotoXpress

Este verano, por iniciativa de la Unión de Cineastas de Rusia, representantes de la industria del cine comenzaron a desarrollar una carta ética para la producción cinematográfica. ¿Qué es esto? ¿un intento de detener el flujo de la violencia en la pantalla o una herramienta para las restricciones de la censura.

Esta historia comenzó en noviembre del 2011, cuando el presidente Vladímir Putin, que entonces era primer ministro, propuso a los cineastas crear un código ético. A modo de ejemplo, Putin propuso entonces el Código Hays de Ética, que se utilizaba en Hollywood desde la década de los 30 a los 60. A finales de junio, el presidente de la Unión de Cineastas de Rusia, el director de cine Nikita Mijalkov, respondió a la oferta e inició la creación de una carta ética para la industria cinematográfica.

"Un código tal basado en el sentido común y la buena voluntad de los realizadores, aliviaría la tensión en la discusión sobre la admisibilidad de la manifestación de violencia y escenas duras en el cine", considera el presidente del gremio de productores, Renat Davletiárov. Pero el conocido director Karen Shajnazárov fue más cauto en sus declaraciones: "Hablar de los beneficios de la Carta para el cine ruso solo es posible si se sabe de qué se compondrá".  Él está convencido de que no habrá ningún tipo de censura en la Carta, que habrá solo autorrestricciones morales. Shajnazárov, que también es director del estudio de cine más grande de Rusia Mosfilm, participó en el grupo de trabajo de los desarrolladores de la Carta. Además de él, en el grupo de trabajo estaba incluido el patriarca del cine ruso intelectual, Marlen Jutsíev, el director y documentalista Serguéi Miroshnichenko, un destacado culturólogo y cineasta, Kiril Raslógov y otros practicantes y teóricos.

Recordemos que se adoptó el Código Hays en EE UU en 1930 por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de películas. Según este código en las películas no podían retratar la delincuencia y los vicios de manera que evocaran simpatía. Estaba prohibido burlarse de la ley, mostrar el uso de drogas, el cuerpo desnudo, tratar la religión sin el debido respeto y así sucesivamente. El Código no tenía un carácter de limitaciones en la censura, pero como lo adoptaron todos los directores de los estudios más importantes de Hollywood, las posibilidades de que una película que violara el código se vendiera en los cines, eran insignificantes. Hacia 1960, el Código Hays llegó a su fin. Hollywood tomó el espíritu libre del cine europeo, especialmente de los franceses, de la Nueva Ola y el neorrealismo italiano.

"Los estadounidenses tenían una Carta similar, pero se canceló en los años 60, y la ridiculizaron en todo el mundo", dijo el director de cine Andréi Proshkin. Y el historiador de cine Serguéi Shestakov considera que la libertad absoluta conduce a mostrar todo tipo de violencia, erotismo y expresiones malsonantes, por lo que es necesaria la autorregulación de la industria, pero "cuando la orden viene del presidente del Gobierno, parece que hay una presión del Gobierno sobre el sector. Implementarlo de arriba abajo no es correcto, provocará un rechazo".

Además del Código Hays, a muchos de los cineastas les recuerda al Código Moral del Constructor del Comunismo, un conjunto de principios de la moral comunista, diseñado en 1961 por los trabajadores del Partido. Había en él muchos puntos, el más famoso de los cuales se convirtió en la expresión popular: "El que no trabaja no come". Vladímir Putin en el 2011, el mismo año en el que empezó a hablar de la Carta Ética de  los cineastas, dijo: "Hemos perdido ciertos valores de la época soviética relacionados con el Código Moral del Constructor del Comunismo. Pero si nos fijamos en este Código Moral del Constructor del Comunismo, esto son en realidad fragmentos de la Biblia, y la humanidad no ha inventado nada nuevo".

La moda de las restricciones morales penetra también en otras industrias. Los diputados de la Duma Estatal del partido gobernante Rusia Unida han propuesto recientemente la creación de condiciones para la unión de los medios de comunicación en organizaciones autorreguladoras. Estas organizaciones, de acuerdo con los diputados, deberán desarrollar estándares de periodismo, un código ético y unas normas de política editorial. En cuanto a los cineastas, continúan trabajando en la Carta Ética. Según Nikita Mijalkov, se desarrollará a finales de este verano.

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