La desmesura en la cantidad de bebida y comida marca esta popular semana de fiesta. En los siglos XVIII y XIX el punto álgido de la celebración era la comedia de carnaval que organizaban los campesinos, en la que participaban personajes disfrazados: “Carnaval”, “el Señor de la guerra”, etc. El tema era el mismo carnaval e iba acompañado de convites opíparos antes del inminente ayuno y de los adioses y promesas de volver al año siguiente.
A menudo en la representación se incluían algunos acontecimientos locales que habían ocurrido durante el año.
Durante siglos Máslenitsa conservó su carácter de fiesta popular. Las tradiciones del carnaval tienen como objetivo ahuyentar el invierno y despertar a la naturaleza de su letargo. Máslenitsa era recibido con canciones de celebración en las pistas de hielo. El símbolo de la fiesta era un muñeco de paja vestido con ropa de mujer, con el que se divertían, y luego lo enterraban o quemaban en la hoguera con un blini que el muñeco de paja tenía en la mano.
Los blinis son el alimento principal y el símbolo de Máslenitsa. Desde el primer lunes festivo se cocinan a diario, pero se preparan en grandes cantidades de jueves a domingo. La tradición de cocinar blinis existía en Rusia desde los tiempos en que se adoraba a los dioses paganos. Precisamente el dios del Sol, llamado Yarilo, era invocado para que ahuyentara al invierno, y los blinis, redondos y dorados, recuerdan mucho a un sol de verano. Cada ama de casa, según la tradición, tenía su propia receta, que pasaba de madres a hijas. Preparaban los blinis principalmente con trigo, trigo sarraceno, avena, harina de maíz, añadiendo mijo, papilla de sémola, patatas, calabazas, manzanas y crema de leche.
En la Rusia antigua había la costumbre, para recordar a todos los difuntos, de ofrecer siempre el primer blini a un mendigo o bien se dejaba en la ventana. De la mañana a la noche comían estas crepes con crema agria, huevos, caviar y otros ingredientes sabrosos, alternándolos con otros platos.
Los rituales de la semana
Según la tradición, el domingo antes de carnaval se visitaba a los parientes, amigos, vecinos, y también se recibía a los seres allegados en casa. Puesto que en esta semana no se podía comer carne, el último domingo antes de Máslenitsa, se llamaba “el domingo de carne”, en el que el suegro llamaba al yerno para comer los productos cárnicos perecederos.
El lunes era el “recibimiento” de la fiesta. Ese día se hacían los preparativos de toda la semana. Por la mañana, los niños confeccionaban el típico muñeco de paja de Máslenitsa, lo ataviaban y lo paseaban por las calles. Se montaban en columpios y llenaban las mesas con toda suerte de dulces.
El martes era el “zaigrysh”. Este día comenzaban los juegos. Por la mañana, chicas y chicos se entretenían patinando en las pistas de hielo y comían blinis. Los chicos, al igual que las muchachas, buscaban pareja (pero las bodas no se celebraban hasta después de Pascua).
El miércoles era el “día goloso”. Huelga decir que entre los dulces preferidos estaba el blini...
El jueves era el “razguliai” (“el paseo”). Este día, para ayudar al sol a ahuyentar el invierno, la gente, conforme a la tradición, montaba a caballo “siguiendo la dirección del sol”, es decir, enel sentido de las agujas del reloj, alrededor del pueblo. Los hombres se divertían repartiéndose en dos grupos con el objetivo de escenificar la defensa o la toma de una pequeña ciudad hecha de nieve.
El viernes era “la tarde de la suegra”, cuando el yerno iba a comer blinis a casa de su suegra.
El sábado se celebraban las “reuniones entre cuñadas”. Ese día se visitaba a todos los parientes y se les ofrecía blinis.
El domingo es el último día, el del perdón, cuando se piden disculpas a familiares y a amigos por las ofensas infligidas a lo largo de ese año y, después solían cantar y bailar alegremente, despidiendo de este modo el carnaval. Este día, en una hoguera se quema un muñeco de paja, que representa la partida del invierno. Situado en el centro de la hoguera, se despiden de él con bromas, canciones y bailes. Despotrican contra el invierno por el frío y el hambre, pero también le dan las gracias por las diversiones invernales. Luego prenden fuego al muñeco de paja al son de canciones y gritos alegres. Cuando el invierno arde, comienza la última fiesta: los jóvenes saltan por encima de la hoguera. Con este concurso de agilidad, termina la celebración de Máslenitsa.
La despedida de la festividad culmina con el primer día de Cuaresma
Los días de carnaval están vinculados con un sinfín de bromas, dichos, canciones, proverbios y refranes: “Por las montañas deslizándose y en el blini revolcándose”, “Para él, todo el año es carnaval” y “Tiene miedo el carnaval al rábano amargo y al nabo estofado” (esto es, al ayuno).
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