“El cirílico y el latino son alfabetos hermanos”

Alexander Dementyev. Fuente : Marta Armero

Alexander Dementyev. Fuente : Marta Armero

Alexander Dementyev, historiador por la Universidad de San Petersburgo, acerca el alfabeto cirílico a los argentinos mediante un taller interactivo.

El alfabeto cirílico fue creado por los monjes Cirilo y Metodio que, para expandir la religión ortodoxa, tuvieron que inventar un sistema de signos que les permitiera representar sonidos eslavos que no existían en griego y así traducir los textos de la Biblia. También fueron los creadores del glagolítico, considerado el más antiguo de los alfabetos eslavos, que terminó cayendo en desuso por su complicada grafía. Rusia Hoy ha entrevistado al historiador en su visita a Argentina.

¿Cómo surgió el alfabeto cirílico?

Tiene cierta similitud con el alfabeto griego. Los científicos se dividieron entre dos opiniones, unos dicen que el glagolítico nació primero y luego el cirílico y otros que consideran que fue al revés.

En mi opinión, apareció primero el glagolítico pero luego se dieron cuenta de que no tenía el éxito que esperaban. El cirílico no sólo tiene similitudes con el griego, algunas letras son incluso iguales. Al principio añadía símbolos de sonidos que no existen en eslavo y por eso era más complicado. Pero después de las reformas del idioma llevadas a cabo por Pedro I (siglo XVII-XVIII) y de la Revolución de Octubre contamos con un sistema que representa todos los sonidos que hacen falta, eliminando letras que duplicaban un mismo sonido. Fue en el siglo XX cuando se consiguió un alfabeto con nuestros sonidos y no con sonidos de otras lenguas.

Entonces, ¿el cirílico es la adaptación al alfabeto de la forma de hablar eslava?

Sí, se inventó especialmente para los eslavos aunque se nota la influencia griega. Pero tuvieron que añadir letras para identificar sonidos eslavos y para ello se basaron en el alfabeto hebreo donde sí existen esos sonidos.

¿Cómo fue la expansión geográfica del alfabeto?

Al principio surgió en los Balcanes y después se expandió con el bautismo y la cristianización de las regiones. Así fue llegando en el siglo IX a Bulgaria, a lo que es la Rumanía contemporánea y luego, en el siglo X, a Rusia.

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