Alemania y Rusia revisan su relación, clave para el futuro de Europa

Vladímir Putin y Frank-Walter Steinmeier, durante su encuentro en el Kremlin. El 23 de marzo, 2016.

Vladímir Putin y Frank-Walter Steinmeier, durante su encuentro en el Kremlin. El 23 de marzo, 2016.

Mijaíl Metzel / TASS
El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, se reunió con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, el pasado 23 de marzo en Moscú y ambos mantuvieron un "intenso diálogo", tal y como afirmó el jefe de al diplomacia rusa. Tras distanciarse el año pasado ambos buscan un nuevo acercamiento.

Los ministros hablaron de los mecanismos para implementar los acuerdos de Minsk, hoja de ruta del conflicto Ucraniano, de las previsiones del proceso de paz en Siria, de la situación en Libia, de la lucha contra el terrorismo internacional, del futuro de la OSCE en Europa, cuya presidencia ejercerá Alemania este mismo año.

A pesar de estas cuestiones candentes de la actualidad internacional, la situación de las relaciones bilaterales centró el encuentro entre los ministros. Desde el punto de vista de Lavrov, las relaciones entre Alemania y Rusia "continúan siendo un factor muy importante en la política europea y global y tienen una influencia significativa en la resolución de numerosos conflictos internacionales".

El encuentro en Moscú fue fructífero y prueba de ello es que ambos ministros anunciaron el restablecimiento del Diálogo de Petersburgo, un foro entre la sociedad civil rusa y alemana que tiene lugar desde hace 15 años. Además, firmaron una declaración conjunta para que el 2016-2017 sea un año de intercambio cultural para los más jóvenes.

Además, los diplomáticos alemanes estuvieron de acuerdo en reactivar un grupo de trabajo de alto nivel en el ámbito financiero y económico. Consideran que es necesaria darle un nuevo impulso dada la desastrosa situación del año pasado.

En 2015 el comercio bilateral se redujo en un 34,7%, en comparación con las cifras de 2014 y 400 empresas con capital alemán dejaron de operar en Rusia. Lavrov se refirió a estos datos y dijo que la "situación no era normal" y debía "ser corregida".

Al mismo tiempo, hay razones para el optimismo. Alemania sigue siendo uno de los mayores inversores en Rusia y según datos del Banco Central de Rusia el volumen acumulado de inversiones es de 12.500 millones de dólares.

Además, las sanciones no hicieron mella en el ámbito cultural y el 2015 fue el año de la Literatura Rusa en Alemania y de la Literatura Alemana en Rusia, por lo que se celebraron numerosos eventos. También se mantienen las exposiciones culturales entre museos de los dos países.

Rusia en el contexto de la política alemana

Cada vez hay más personas en el ámbito de los negocios que hablan abiertamente de la necesidad de volver al antiguo formato de las relaciones económicas y comerciales. No es algo sorprendente en un país que aprecia el pragmatismo como Alemania, donde, de una manera u otra, un cuarto de las empresas del país se han visto afectadas por la "guerra de las sanciones". 

En particular, cada vez hay más personas con responsabilidad que hablan abiertamente a favor de construir el gasoducto Nord Stream 2, que llevará gas ruso a Alemania. Mario Moren, presidente del consejo de Administración de la compañía Wintershall, insiste en que este gasoducto "facilitará el suministro estable y seguro de gas a Europa en el futuro".

Tras las elecciones en algunos estados de federales alemanes, marcadas por la situación de los refugiados, la CDU -el partido de Angela Merkel- y el SPD, socialdemócrata, al que pertenece el ministro Frank-Walter Steinmeier han perdido numerosos apoyos y ha supuesto auge de Alternativa por Alemania, un partido de populista de derecha y euroescéptico. Su líder Franke Petry, según escribe a menudo la prensa alemana, "da muestras de buena voluntad hacia el presidente ruso".

Según Oleg Nikiforov, periodista ruso experto en Alemania, el éxito de Alternativa por Alemania es una muestra de que cada vez hay más personas en este país que "empiezan a pensar que las políticas de Merkel no son las mejores". Las voces discrepantes surgen también en la propia coalición gubernamental y se comienzan a revisar las políticas anteriores. En lo que respecta a las relaciones con Moscú, la visita del ministro Steinmeier es una muestra de ello.

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