Ejercicio de la OTAN en Georgia.
RIA Novosti.Los acontecimientos en Ucrania han cambiado la forma en la que Occidente mira los conflictos congelados en Europa del Este. ¿Cómo ha cambiado la percepción de estos conflictos desde la incorporación de Crimea a Rusia?
Normalmente describo estos cambios en la percepción como "las gafas crimeas". Es una tendencia que surgió el año pasado, poco después del referéndum en Crimea. Hoy esta tendencia es dominante. Lo que quiero decir con esa expresión es que los conflictos etnopolíticos de Osetia del Sur, Abjasia, y hasta cierto punto Transdniéster, se evalúan dentro del contexto de Crimea.
En concreto, el conflicto en Osetia del Sur y Abjasia se ve como una especia de precursor de la incorporación de Crimea a Rusia.
De la misma manera, la misma lógica se extiende hasta Transdniéster (que formalmente es parte de Moldavia). Si miramos las recientes declaraciones del Secretario General del Consejo de Europa, Thorbjørn Jagland, que dijo que Moldavia iba a ser el próximo punto caliente, Transdniéster se ve como una especie de continuación de lo que ocurrió en Crimea.
Sin embargo, estos conflictos difieren entre sí. Las decisiones que se tomaron en Osetia y Crimea son independientes. En 2008, la pregunta "¿Quién es el siguiente?" era más significativa y muchos expertos hablaron de Crimea, Transdniéster o incluso Nagorno Karabaj. Pero poco después de la guerra de cinco días entre Rusia y Georgia, en canal de televisión alemán ARD entrevistó al entonces primer ministro Vladímir Putin, que declaró que Crimea no era un territorio disputado y Moscú no hizo ningún gesto que indicase que podía haber un cambio en el status de la península.
Putin no solo declaró que Crimea era parte de Ucrania sino que hubo algunos movimientos para extender los acuerdos de cooperación entre los dos países, que se basaban en el reconocimiento de la integridad territorial de Ucrania.
Lo que indica que la lógica rusa no es como la que describen los políticos y medios occidentales. No es una lógica proactiva, que supone que Moscú tiene un plan y lo lleva a cabo. Se trata de una lógica reactiva, que responde a los problemas una vez que han aparecido.
¿Podría dar algunos ejemplos concretos?
Moscú no reconoció la independencia de Osetia del Sur antes del conflicto con Georgia a pesar de que tuviera dos referéndums, uno en 1992 y otro en 2006.
Otro ejemplo: en 2008 la situación en Crimea no era una amenaza. Por eso Moscú no deseaba cambiar la situación a su favor o tomar riesgos. Pero en 2014 la situación comenzó a cambiar significativamente, cuando Ucrania empezó a dejar de ser un país que era neutral a uno que se identificaba como un puesto de avanzada en la confrontación de Occidente con Rusia.
Fue la situación la que creó el asunto de Crimea. Así que la decisión se tomó en el contexto de febrero de 2014 y las protestas del Maidán, que provocaron esa respuesta de Moscú.
La expansión de la OTAN es una especie de "línea roja" para el Kremlin. ¿Podría haber otros eventos, como los ejercicios militares de la OTAN en el Este de Euorpa o la apertura de un centro de entrenamiento de la OTAN en Georgia, ser vistos por Moscú como nuevas líneas rojas que podrían agravar el conflicto?
De hecho, Rusia trazó estas líneas rojas hace tiempo y no han cambiado significativamente: la expansión es aceptable en los países bálticos, pero no para el territorio que era el corazón de la URSS.
Las líneas rojas de Rusia las expresaron claramente Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, y su viceministro Grigori Karaisn al referirse a Transdniéster.
Las enmarcaron entre dos puntos de vista extremos: Lavrov dijo que si Moldavia dejaba de lado su neutralidad y entraba en la OTAN, entonces Rusia sacaría a relucir la cuestión del estatus de Transdniéster. Mientras que Karasin añadió que a Rusia le gustaría ver Transdniéster como una región autónoma de Moldavia.
A primera vista parece que hay una contradicción, pero no es así. Se trata simplemente de dos marcos que implican tener en cuenta los intereses nacionales de Rusia. Esto significa que es poco probable que las nuevas líneas rojas (los ejercicios de la OTAN y las asistencia a Ucrania y Georgia) puedan provocar una guerra. Los que sí que podría llegar a provocar una guerra es la cuestión del estatus. Si Ucrania o Georgia se unieran mañana mismo a la OTAN, entonces es muy probable que eso provocase una escalada.
Sin embargo, estos dos países tienen muy pocas opciones de entrar en la OTAN a día de hoy. Si es así, ¿debería preocuparse Rusia? ¿No cree que parece una exageración para promover objetivos políticos?
Sabes que no es una cuestión de si la incorporación de Georgia a la OTAN supone o no una amenaza para Rusia. La cuestión es cómo trata de entrar en la Alianza. Si un país se identifica a sí mismo como una avanzadilla que disuade al "Imperio ruso", y entra en la OTAN, puede cambiar el bloque y su política, dado que los procesos de decisión del grupo se hacen por consenso.
De modo que no es la Alianza en sí misma quien preocupa al Kremlin, sino cuando se ve la membresía, de Ucrania o Georgia, como una manera de defenderse de Rusia.
Ha dicho que Georgia trata de disuadir lo que percibe como las ambiciones imperiales de Rusia, pero parece que el nuevo gobierno trata de llegar a puntos en común con Moscú.
Sí, es cierto que el nuevo Gobierno es más pragmático, pero también tiene que tener en cuanta que no se alejan de una doctrina afín a la OTAN.
Después de los acuerdos de Minsk II, parecía que había signos que hacían que Ucrania se volviese un conflicto congelado, y así lo declararon numerosos observadores. ¿Cuál es su disgnóstico?
Un conflicto congelado carece de dinamismo. Cuando muere gente, cuando hay tiroteos en las ciudades, cuando las dos partes no son capaces de ponerse de acuerdo respecto al estatus territorial, no hay razones para decir que está congelado. Estaría contento si Ucrania fuese un conflicto congelado. El conflicto podría congelarse en cuanto las dos partes comprendiesen que pueden destruirse mutuamente.
El problema es que la Occidente cree que solamente Rusia es culpable del desarrollo de la crisis en Ucrania. De modo que muchos en Ucrania probablemente prefieran esperar y dejar de la lado la posibilidad de un acuerdo, mientras Occidente presiona a Rusia a través de sanciones y de otras maneras.
Artículo publicado originalmente en Russia Direct.
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