Fuente: RG
Parece claro que el Kremlin no ordenó el asesinato. Al contrario, parecía que los mandatarios rusos estaban realmente sorprendidos por lo ocurrido. No es de extrañar que las autoridades de Moscú aprobaran rápidamente una marcha en memoria del político muerto, conscientes de que atraería a mucha más gente que la que estaba prevista para el mismo día en Márino, un suburbio de Moscú.
El Kremlin asintió, ya que prohibir la manifestación en memoria de Nemtsov habría sido equivalente a aceptar la responsabilidad de su muerte. Permitir que la oposición se manifestase, en unos números no muy destacados (alrededor de 56.000, según diversas fuentes), fue percibido como un "mal menor".
Nemtosv no suponía una amenaza para el gobierno actual, incluso teniendo en cuenta el grado de paranoia del Kremlin al respecto. Al contrario, Nemtsov asesinado es un símbolo de unidad para las fuerzas liberales contrarias al Kremlin.
En este sentido, la situación recuerda al asesinato de Galina Starovóitova (política y etnógrafa rusa que se dedicó a la defensa de las minorías étnicas y a promover reformas democráticas en Rusia) en 1998.
Al igual que Nemtsov, Starovóitova no tenía opciones de convertirse en una líder poderosa del movimiento liberal-democrático.
En general, se le consideraba como alguien de una época ya pasada. Sin embargo, su asesinato impulsó a las fuerzas liberales y contribuyó al éxito de la Unión de Fuerzas de Derechas en las elecciones a la Duma de 1999.
Igualmente, es más que probable que el asesinato de Nemtsov fortalezca a la oposición liberal. Se puede asumir que el Kremlin comprendió este hecho perfectamente, por lo que no parece que tenga la intención de embarcarse en un esquema temerario, bajo ninguna circunstancia.
Otro aspecto es la lectura política. Quien matase a Nemtsov estaba teniendo una amplia cobertura por parte del ambiente televisivo que ha predominado en Rusia a lo largo de este año. El constante "desenmascarmiento" y la difamación de los "quintacolumnistas" y de los "traidores a la patria" ha creado un ambiente en el que cualquier crimen contra los que se oponen al régimen está justificado.
Sería ingenuo no suponer que los rusos que luchan en Ucrania no podían volver a la capital rusa. Si se puede matar a "fascistas ucranianos" en Donetsk y Lugansk, ¿por que no matar a los que les apoyan en Moscú? La guerra en Ucrania comenzó con acciones de grupos que se sublevaban, como el comandado por Ígor Guirkin (Strelkov), que en abril tomó Slaviansk, y con la muerte del parlamentario Volodymir Rybak, precipitó una ola de violencia que derivó en un conflicto armado. Es muy improbable que el Kremlin diese la orden a alguien de estos grupos para que matase a los que apoyan a las autoridades de Kiev. Estos grupos ya están actuando por su cuenta.
Tampoco había ninguna necesidad para ordenar a esos "Strelkovs" que eliminasen a Nemtsov. Al contrario, desde que se han hecho fuertes en Ucrania y, a juzgar por las largas entrevistas y las declaraciones del propio Strelkov, están deseosos de que haya más.
Es posible que, del mismo modo que el asesinato de Rybak el pasado 23 de abril, precipitase la guerra en el sudeste de de Ucrania, el asesinato de Nemtsov el pasado 27 de febrero tuviera el objetivo de desencadenar un conflicto en Rusia. Posiblemente estos cálculos sean erróneos, pero solo desde la perspectiva de alguien pacífico. Para alguien que está sediento de sangre, este crimen no es más que un paso lógico.
De modo que si estuviera en el lugar de Comité de Investigación, sin duda revisaría los quehaceres, llamadas telefónicas, etc.. de Strelkov y su círculo más cercano durante la noche del 27 al 28 de febrero. Es verdad que quizá no haya sido obra de Strelkov y sus compinches, pero sin duda dirigiría ahí mi línea de investigación.
Creo que, en caso de que tengan responsabilidad, los órganos de investigación no se dedicarán a guardar las formas. El gobierno ruso ha considerado desde hace tiempo (y con razón) a los "retornados" desde Novorosía como una amenaza, y tratará mantenerse a distancia. En mi opinión esto se aplica al propio Strelkov, que sus salidas de tono han irritado a sus antiguos apoyos en el Kremlin.
La segunda línea de investigación me lleva a Chechenia. Solo hay un político en Rusia al que se le permite acabar con sus enemigos en el centro de Moscú, y no es otro que Ramzán Kadírov, el presidente de Chechenia. En noviembre de 2006 un grupo controlado por el Ministerio del Interior checheno mató a tiros al coronel del FSB, Movladi Baisarov, antiguo guardaespaldas de Ahmad Kadírov (padre de Ramzán). La investigación se cerró rápidamente y se reconocieron como legales las acciones del Ministerio del Interior de Chechenia. Poco antes, Baisarov y Ramzán se había distanciado y nadie tiene dudas de que su disputa fue la razón para su muerte inminente.
El septiembre de 2008, el antiguo miembro de la Duma Estatal, Ruslán Yamadáiev fue asesinado frente a la Casa Blanca, sede del gobierno ruso, en Moscú. Ramzán Kadírov sospechaba, y no sin razón, que Yamadáiev podría haber organizado el atentado que costó la vida a su padre en 2003. Se condenaron tres personas por este asesinato, pero nunca se identificó al organizador.
Estoy seguro de que si hay una trama chechena en el crimen contra Nemtsov, el caso será, por lo menos archivado, si es que no se cierra. Kadírov tiene carta blanca y si ha decidido que "traidores" como Nemtsov no tienen derecho a existir, sus días están contados. Seguramente reciba reprimendas del Kremlin, pero nada demasiado grave. Nadie va enfrentarse a un aliado del Kremlin que ha servido para "pacificar Chechenia".
Sin embargo, el mayor contraargumento contra la implicación de Kadírov en el crimen es que el asesino o los asesinos utilizaron cartuchos que no estaban diseñados específicamente para su arma. Un "enviado" desde Chechenia habría utilizado su propia pistola y habría vuelto a casa en el Cáucaso.
En mi opinión, las otras versiones son más bien dudosas.
La posibilidad de que sea un "asunto de negocios" se puede descartar porque Nemtsov no era un empresario y nunca se involucró en negocios turbios en los que se producen la eliminación físico de la competencia.
La posibilidad de que sea una cuestión de celos, es simplemente ridícula, porque este tipo de actos criminales suelen ser obra de una persona en solitario y, como norma, no suelen ser capaces de huir de la policía.
La pista islamista, según la cual Nemtsov habría sido asesinado por su postura en relación a las caricaturas de Charlie Hedbo es dudosa, ya que no responde a una sencilla pregunta: ¿por qué Nemtsov en particular?
Finalmente, la que apunta a Kiev, Occidente y a los propios compañeros de Nemtsov, básicamente la que dice que era necesaria una víctima sacrificial para prender una "revolución naranja" en Rusia, solo es plausible a los ojos de los propios asesinos y sus partidarios.
Para aquellos que lo consideran un crimen salvaje, esta última versión responde a un galimatías de personas que ven enemigos en todas partes y consideran que tienen el derecho de defenderse de cualquier manera que sea posible.
Yuri Korguyuk, directos de Ciencia Política en la Fundación INDEM, Moscú.
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Artículo publicado originalmente en Russia Direct.
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