Misterios en torno a las misiones fallidas a Marte

NASA
Cuando las primeras colonias marcianas prosperen, es posible que la curiosidad lleve a alguno de sus pobladores a investigar qué pasó con ciertas misiones fallidas. Aquí se ofrecen algunas ubicaciones y claves para comenzar.

El misterioso “objeto alienígena” que encontró la MSL Curiosity en su periplo por Marte en 2014 y que luego resultó ser una piedra que el propio robot había arrastrado con sus ruedas cuando maniobraba.

Madrugada del 25 de diciembre de 2003, Reino Unido. El equipo de la sonda Beagle 2, que viajaba con la nave europea Mars Express lanzada casi siete meses antes desde Baikonur espera con impaciencia la señal que, transmitida desde la superficie de Marte, indicaría que el descenso había sido un éxito y que por tanto se podría pasar a la fase de obtención de datos científicos. 

Como curiosidad, esta señal consistía en una canción compuesta para la ocasión por el grupo británico Blur. 

Pero la Beagle 2 no transmitió jamás su señal a pesar de todos los intentos que se realizaron posteriormente. Durante todos estos años se ha especulado con varias hipótesis, que iban desde un fallo en los mecanismos de descenso, que provocaron un impacto fatal contra el suelo marciano, hasta un fallo en el sistema de comunicación. Incluso se llegó a fantasear con lo sucedido a la sonda en sagas de películas como Transformers o de videojuegos como Assassin’s Creed. 

No fue hasta el pasado 16 de enero que la NASA anunciaría haber encontrado por fin a la Beagle 2 gracias a su orbitador Mars Reconnnaissance Orbiter.

Foto de la Beagle 2 obtenida por la cámara HiRISE del Mars Reconnaissance Orbiter. La HiRISE es la cámara con más resolución orbitando actualmente Marte.

La sonda parecía estar en perfectas condiciones y el despliegue se habría realizado de forma óptima. ¿Qué es lo que falló entonces? Sin duda, las coordenadas 11,5265°N 90,4295°E en plena Isidis Planitia serán un lugar a visitar por los futuros colonos marcianos que tengan ganas de resolver el misterio. 

Pero Marte tiene muchos más misterios relacionados con naves y sondas. A continuación repasaremos algunos de los relacionados con la URSS y Rusia, a fin de que en un futuro, alguien busque sus emplazamientos y se anime a resolverlos. 

El Mars 1 (1962), un Venera modificado, tenía como misión alcanzar el Planeta Rojo pero las comunicaciones se perdieron antes de llegar. Se sospechó que el fallo fue provocado por una rotura en las válvulas de gas que regulaban el sistema de orientación y, aunque el control se pasó a un sistema secundario a base de giroscopios, la antena podría haber dejado de apuntar a donde debía. 

Mars 1 entró en una órbita alrededor del Sol, con lo que comenzaría a buscar desde allí… tarea ya bastante ardua, sobre todo considerando que no se hubiera precipitado en la estrella en algún momento durante estos años. En cualquier caso, la Mars 1 realizó mediciones muy interesantes de los rayos cósmicos, así como de la lluvia de Táuridas que atravesó, y que posiblemente provocaran la rotura en las válvulas, puesto que se registraron impactos de micrometeoritos. 

El Mars 2 (1971) tuvo algo más de suerte. Se trataba de un orbitador al que iba acoplado un módulo de descenso. En su interior se encontraba el PrOP-M, un ingenioso robot explorador que se desplazaba usando unos esquís. El módulo se separó correctamente del orbitador pero una vez que entró en la atmósfera marciana, el sistema de descenso falló, no activándose el paracaídas.

Se sospecha que el lugar del siniestro del que es el primer objeto fabricado por el hombre en llegar a la superficie de Marte está en las coordenadas 45°S 313°W, al borde de Hellas Planitia. Si hubiera sobrevivido el ordenador de a bordo, el futuro investigador marciano podría intentar corroborar la teoría de que el ángulo de entrada en la atmósfera fue incorrecto. 

El Mars 3 (también 1971) tuvo más suerte que los anteriores. El módulo de descenso llegó sano y salvo, constituyendo la primera “llegada suave” a la superficie de Marte. 

En su interior también viajaba un PrOP-M pero no hubo posibilidad de probarlo, puesto que tras 14,5 segundos, se interrumpieron las transmisiones, dando tiempo exclusivamente a recibir una imagen parcial de la superficie. 

Si en un futuro se quisiera investigar el misterio, habría que trasladarse a las coordenadas 45°S 202°E (en pleno cráter Ptolemaeus, casi corroborado en 2013 por HiRISE) por lo menos para descartar que el fallo estuviera en el módulo de descenso. Y es que se barajan varias hipótesis, puesto que se registró una gran tormenta de arena que podría haber dañado el equipo en la superficie, pero también el problema podría haberse originado en el orbitador. 

La críptica imagen parcial transmitida por el Mars 3.

Fobos 2 (1988) tenía como misión acercarse a la luna más grande de Marte y desplegar sobre ella dos sondas, una de las cuales era el robot saltarín PrOP-F. 

El contacto con la sonda se perdió cuando ésta se encontraba a 50 m de la superficie de Fobos, habiendo enviado hasta 37 fotos con una resolución de hasta 40 metros. De poderse recuperar en un futuro, se podría comprobar si realmente todo se debió a un fallo del ordenador de a bordo, aunque ya de camino había experimentado varios problemas. Como curiosidad, la pérdida de Fobos 2 alimentó la teoría de la civilización alienígena avanzada en Marte, incluyendo una supuesta última foto tomada por la sonda en la que aparece una estructura que recuerda al monolito de 2001: Odisea en el Espacio.

Una de las últimas fotos transmitidas por Fobos 2, tomada a 430 Km de la luna marciana.

Los ejemplos antes mostrados son sin duda los más representativos entre los misterios marcianos ruso-soviéticos. Quizás en un futuro lejano, algún colono marciano se tope con una de las sondas durante un paseo por la superficie y la curiosidad, esa característica que nos permite progresar como especie, le empujará a investigar qué fue lo que realmente ocurrió. 

Desde 1960, 49 misiones han tenido Marte como destino, lo cual indica el gran interés que despierta este planeta. De estas misiones, 19 se consideran (o se están considerando) totalmente exitosas.

La tasa de éxito puede parecer muy baja, pero se ha ido aprendiendo de los errores tanto reales como hipotéticos. Las misiones actuales y futuras prometen grandes descubrimientos en el Planeta Rojo y todo gracias a los esfuerzos realizados en las anteriores, exitosas o no.

Y es que, como decía el fundador de una escuela de artes marciales reconocida a nivel mundial, “no importa las veces que acabes en el suelo, lo que cuenta son las veces que te vuelves a levantar”.

Más información 

Actividad educativa Proyecto Celestia: Exploración de Marte (necesario instalar el software del Proyecto Celestia)

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