Las perspectivas de cooperación entre ambos países son prometedoras, tanto en materia política como comercial. Fuente: Alamy / legion media
Entre las áreas estratégicas de mayor envergadura, se encuentra la energética, ya que existen varios proyectos de cooperación entre ambos países, como el de la central hidroeléctrica Toachi Pilatón, donde se firmó un acuerdo entre el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable ecuatoriano y la compañía rusa Interraw, que es la encargada de suministrar turbinas y equipos electromecánicos para la central.
Al apostar por el incremento de su autoabastecimiento de petróleo y gas, Ecuador también ha invitado al gigante ruso Gazprom a conformar una alianza con su compañía estatal Petroamazonas. El país andino también ha mostrado interés en contar con el financiamiento de Rosneft, al igual que lo hace la vecina Venezuela a través de PDVSA.
En materia comercial, Ecuador y la Federación de Rusia son países complementarios y sus intercambios han aumentado a lo largo de los últimos años. Rusia es el principal destino para las exportaciones de flores y bananas ecuatorianas -sólo en julio de este año se enviaron 4.523 millones de cajas de bananas al mercado ruso-, lo que genera un saldo positivo en la balanza comercial ecuatoriana respecto a Rusia. Según datos del Banco Central del Ecuador, el primer semestre de 2014 el país suramericano exportó más de 800 .000 dólares e importó algo más de 174.000 dólares.
En este sentido, ya en el 2013, en el marco de la inauguración de la II reunión del Comité Intergubernamental de Cooperación Económica y Comercial Ecuador-Rusia (CICEC), el Ministro Coordinador de Sectores Estratégicos del Ecuador, Rafael Poveda, había planteado que “Rusia y Ecuador son socios estratégicos”. Ahora, debido a las sanciones impuestas a Rusia por parte de las potencias Occidentales, Ecuador tiene la posibilidad de aumentar la oferta de exportación a Rusia, incluyendo verduras, café y cacao.
Esa oferta fue duramente criticada por los países de la Unión Europea que intentaron evitar que los países latinoamericanos se aprovechen de la situación. Respecto a ello, Rafael Correa afirmó que "no pedirá permiso" a nadie para vender sus productos a "países amigos". En la misma línea, el embajador de Ecuador en Moscú, Patricio Alberto Chávez Zavala, sostuvo ante la cadena rusa RT que “todo pronunciamiento que lesione los deseos de intensificar el relacionamiento entre Ecuador y Rusia no puede tener cabida en un mundo que es cada vez más interdependiente”.
Ecuador es uno de los países miembros de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organismo con el cual Moscú ha desarrollado relaciones muy activas, ya que también cuenta con la presencia de Venezuela y Cuba, dos países muy cercanos al gobierno de la Federación. Además de compartir la retórica antioccidental, estos países buscan, al igual que Rusia, conformar un nuevo orden económico global que se focalice en el crecimiento y el desarrollo de sus pueblos, así como también en la construcción de un mundo multipolar.
En ese sentido, Ecuador en particular se ha destacado por llevar adelante acciones concretas como el otorgamiento de asilo en su embajada en Londres al periodista Julian Assange, fundador de WikiLeaks, en una maniobra similar a la que realizó posteriormente Moscú al darle asilo permanente a Edward Snowden, el exagente de la NSA, también buscado por los Estados Unidos.
De esta forma, los gobiernos de Rafael Correa y Vladimir Putin logran poner en evidencia las maniobras de manipulación política de las potencias occidentales y su doble rasero respecto a las libertades individuales y los Derechos Humanos.
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