Estudiantes mexicanos en el VGIK, Instituto de Cinematografía de Rusia

Entrada principal al Instituto de Cinematografía de Rusia. Fuente: Lori / Legion Media

Entrada principal al Instituto de Cinematografía de Rusia. Fuente: Lori / Legion Media

Se trata de una de las instituciones más antiguas y prestigiosas dedicadas al séptimo arte. Hasta la fecha ha habido 26 alumnos mexicanos, entre ellos, el propio autor.

En 1919, apenas dos años después de la Revolución de Octubre, fue fundado el Instituto Estatal de Cinematografía de Rusia. Considerada la primera escuela de cine en el mundo, este año celebra su 95º aniversario. El VGIK, como mundialmente se le conoce, fue fundado por personalidades eméritas de la cultura cinematográfica soviética como Lev Kuleshov  y Vladímir Gardin, con la participación de Serguéi Eisenstein, Vsevolod Pudovkin, Alexander Dovshenko y Eduard Tissé, entre otros.

El VGIK fue realmente la primera institución en el mundo dedicada a formar cineastas. Vladímir Lenin decía: “De todas las artes, el cine es para nosotros el más importante”. Por un lado, como dueño de un razonamiento político-pragmático implacable, el dirigente soviético valoraba el poder que tenía el cine como instrumento de propaganda y concienciazación de la clase trabajadora, de los obreros, campesinos y soldados del Ejército Rojo. 

Sin embargo, por otra parte también reconocía que el verdadero valor de la cinematografía se encontraba no tanto en su posibilidad de ser instrumentalizada, sino en su valor como medio de expresión creativa, sentimental y documental en el terreno artístico. 

Así, al poco tiempo de haberse fundado, el VGIK formó a jóvenes cineastas que, al realizar asombrosas películas experimentales y revolucionarias, sorprenderían al mundo. Los filmes producidos destacaban tanto por su contenido, impregnado de la coyuntura soviética, como por su forma extraordinaria. Con el tiempo se desarrolló todo un nuevo lenguaje cinematográfico, el cual sería conocido como “La escuela rusa de cine”.

Con el paso de los años, el instituto de cine se convirtió en una verdadera academia donde se formaban los cineastas más famosos de todos los rincones de las 15 repúblicas que conformaban la URSS. Serguéi Bondarchuk,Andréi Tarkovski y Nikita Mijalkov destacarían como algunos de los alumnos más renombrados.

Al principio sólo podían estudiar allí ciudadanos soviéticos. No obstante, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a llegar estudiantes de otros países. Éstos procedían especialmente del campo socialista europeo y posteriormente de China, Vietnam, países africanos, Cuba y otras naciones latinoamericanas. 

Los alumnos mexicanos 

En 1963 se integró por primera vez un grupo multinacional formado exclusivamente por alumnos extranjeros: tres mongoles, un alemán del este, dos búlgaros, un rumano, un italiano, un maliense, un venezolano, un guatemalteco, tres cubanos y tres mexicanos.

Uno de esos tres mexicanos era su narrador, quien tras estudiar ruso en la Universidad de la Amistad de los Pueblos y, con algo de suerte, vencer múltiples dificultades, pudo ingresar al VGIK junto con dos otros compañeros mexicanos: Gonzalo Martínez y su esposa, Maribel Tarragó. Así pues, fuimos los primeros mexicanos que ingresamos al flamante instituto soviético en la facultad de realización cinematográfica. Más adelante, ese grupo de estudiantes extranjeros fue reforzado con estudiantes rusos y de varias repúblicas de la URSS.

Desde de 1963 hasta el día de hoy han estudiado en el VGIK 26 ciudadanos mexicanos que han aportado muchos conocimientos y talento a la cultura de su país. Entre ellos hay directores, fotógrafos, guionistas, actores, productores y documentalistas.

De los 26, varios han hecho carreras relevantes en sus especialidades. Gonzalo Martínez, por ejemplo, se formó como director y guionista para después filmar ocho largometrajes ganadores de diversos  premios nacionales e internacionales (destacando el Ariel de Oro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por la mejor película de 1975).

Destacan también: Maribel Tarragó, dedicada a la docencia cinematográfica en la ciudad de Guadalajara; Jorge Suárez, quien ha hecho brillante carrera como camarógrafo y director de fotografía; Claudia Brook, especializada en la asistencia de dirección; Mónica Gómez, documentalista y docente en el Estado de Tabasco; Oscar Carvajal, guionista y docente en el Estado de Jalisco; Martin Chirinos, director; Ernesto Macip, relevante camarógrafo y documentalista; Tatiana Olhovich, actriz y maestra de actuación; Ilya Popesku, actriz, directora de teatro y maestra de actuación, quien, aunque venezolana de nacimiento, lleva más de 20 años viviendo en México; Pamela Vázquez, actriz; Israel Velazco, actor y docente; Ana Luna, directora y docente; Aura Getino, directora y docente… y bueno, yo, Sergio Olhovich, que desde hace ya casi medio siglo me he desarrollado como director, guionista, documentalista, productor y docente.

Algunos fuimos formados en la antigua URSS; otros en la nueva Rusia… Pero todos crecimos en una misma institución. El VGIK, fiel a su tradición artística, ha logrado trascender más allá de tremendas vicisitudes políticas. Y es que al parecer, después de todo, el arte es algo mayor a cualquier simpleza y equivocación del hombre. El cine, como tal, es quizás un elemento constitutivo de la esencia humana…

Todos somos “gente de cine” agradecida y enamorada de la cultura y pueblo rusos. Esperemos que en el futuro más mexicanos vayan a estudiar al legendario recinto, el cual, si bien hoy tiene un nuevo nombre —que le da estatus de universidad y ya no sólo de Instituto—, Universidad Panrusa Serguéi Guerasimov de Cinematografía, seguirá siendo, con cariño, nuestro VGIK.

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