El patinador Javier Fernández es uno de los favoritos a las medallas. Fuente: Imago / Legion Media
El español es el segundo idioma del mundo por hablantes nativos, con más de 400 millones, pero definitivamente los deportes de invierno no son lo nuestro. Los números cantan. ¿Saben cuántas medallas han ganado deportistas hispanohablantes en las 21 ediciones disputadas de los JJOO de invierno? Dos, las mismas que, por ejemplo, Corea del Norte o Luxemburgo.
Esas dos únicas medallas con acento español
pertenecen a la misma familia, la madrileña Fernández Ochoa. El padre,
Francisco, un deportista surgido por generación espontánea en una época en que
no existía ninguna cultura de esquí en España, se colgó el oro en Sapporo 1972
en la prueba de eslalon, un verdadero milagro. La segunda y última fue la de su
hija Blanca, bronce en supergigante en Albertville 1992.
Estos pobres resultados de países hispanohablantes en deportes de invierno son
consecuencia primeramente de una cuestión geográfica, debido a la climatología
escasean hielo y nieve. Aunque hay excepciones. Por ejemplo, en Argentina y
Chile no faltan zonas con unas condiciones magníficas para la práctica de este
tipo de deportes, igual que en España, con los Pirineos y Sierra Nevada. Pero se trata también de una cuestión de
tradición e infraestructuras, y en esas estamos a años luz de por ejemplo
Canadá, Alemania, EE UU, Rusia o los países nórdicos, dominadores históricos de
este tipo de deportes. “En deportes de hielo somos todavía tercermundistas”,
comentaba reciente Ander Mirambell, uno de los españoles clasificados para
Sochi, en skeleton, una variedad del bobsleigh, para la que se entrena en
Canadá.
De entre esos 40 hispanohablantes clasificados para Sochi, hay uno con opciones
muy claras de subir al podio y romper esos 22 años de sequía de medallas, el
madrileño Javier Fernández, bronce en el pasado mundial y dos veces
campeón de Europa, la última hace sólo una semana en Budapest. No se pierdan la
final olímpica de patinaje artístico, que tendrá lugar el 14 de febrero a
partir de las 16:00h horario centroeuropeo.
Las otras dos opciones española de metal en Sochi pasan por el snowboard, deporte olímpico desde 1998, de la mano de Lucas Eguíbar y Queralt Castellet, ambos situados entre los cinco primeros del ranking mundial de sus especialidades, cross y halfpipe, respectivamente.
La delegación de España será la más numerosa, con 21 integrantes, 16 en deportes de
nieve y cinco en disciplinas de hielo, con el mencionado Javier Fernández como
abanderado en la ceremonia de apertura.
Argentina y Chile son tras España
los países hispanohablantes con más representantes en Sochi. La albiceleste
lleva una delegación de siete deportistas, uno más que en la edición anterior.
Federico Cichero participará en esquí de fondo, mientras los otros seis lo
harán en pruebas de esquí alpino. Todos son debutantes en la cita olímpica, a
excepción de los hermanos Birkner, Macarena y Cristian, por cierto, este último
será el abanderado de la delegación. A propósito de la elección
de deportistas por la federación ha surgido polémica en los últimos días.
“Las razones de los dirigentes para elegir a los atletas no tienen mucho sentido, son subjetivas. Algunos de los convocados llevan cuatro meses sin esquiar y siempre les gané a aquellos con los que me pude medir en las últimas pruebas en EE UU”, reclama María Belén Birker, hermana de Macarena y Cristian, excluida de la lista final.
El presidente de la Federación justificó así su decisión: “los criterios utilizados consideraron la evolución y la proyección a futuro. Hay esquiadores que ya han participado en tres JJOO (caso de María Belén) y si se estudia su evolución, eliges a un atleta 11 años más joven”.
Chile también acudirá con siete representantes a la cita olímpica. La joven Dominique Ohaco (18 años), especialista en la categoría de esquí estilo libre, será la abanderada y gran esperanza de la delegación.
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“El 11º puesto de
Thomas Grob en Nagano’98 es el mejor de la historia de Chile en unos JJOO de
invierno. Nunca hemos estado cerca de una medalla, pero esta vez tenemos una
oportunidad con Dominique, sus tiempos no están lejos de las mejores. Ha estado
entrenando muy duro en EE UU, ni siquiera vino a pasar las fiestas navideñas
con su familia, porque prefirió prepararse a fondo para los Juegos”, relata
Luis Alberto Santa Cruz, director del Comité Olímpico chileno.
El resto de países hispanohablantes con representación en Sochi (5), acudirán con un solo deportista. El
esquiador venezolano César Baena consiguió casi a última hora las marcas mínimas para clasificarse, después de
que el Comité Olímpico desestimase su petición de wild card.
El veterano peruano Roberto Carcelen (43 años), afincado en EE UU desde 2002, competirá en esquí de fondo, en la distancia de 15 kilómetros. En Vancouver 2010 se convirtió en el primer, y por ahora único, peruano de la historia clasificado para unos JJOO de invierno.
Aunque para veteranos, el mexicano Hubertus Von Hohenlohe, 54 años, que participará en sus sextos JJOO de invierno, en la prueba de slalom. México esperaba contar con más de un deportista en Sochi, pues contaba con otros tres deportistas de cierto nivel (Luis Carrasco en skeleton, Reyna Hamui en patinaje y Sandra Hilen en snowboard), pero todos rindieron por debajo de las expectativas en los torneos clasificatorios previos.
Julia Marino, de 21 años y criada en EE UU, se convertirá en Sochi en la primera deportista de Paraguay clasificada para unos JJOO de invierno. Por último, la esquiadora Kristina Krone, especialista en slalom, acudirá en representación de Puerto Rico.
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