Fuente: Kommersant
Las lesiones de hombro no son nuevas para Sharápova, que pasó por el quirófano en 2008. Este año firmó una sólida primera mitad de temporada, campeona en Stuttgart y Miami, finalista en Roland Garros. Pero entonces reaparecieron los problemas en el hombro. “Durante el torneo de Cincinnati jugué el partido contra Sloane Stephens entre terribles dolores, especialmente en el saque. El hombro me estaba matando, no sé cómo gané aquel encuentro. Si revisan el vídeo verán mi cara totalmente pálida, sabía que algo no iba bien", explicó María en una entrevista a New York Times. En agosto dejó de competir en torneos y en octubre anunció su baja hasta final de año, por lo que se perdió el US Open y la Copa Masters de la WTA.
En estos casi cinco meses fuera de las pistas, en los que por tanto no ha sumado puntos, la rusa ha bajado del segundo al cuarto puesto del ranking mundial, y podría caer al quinto, pues la polaca Agnieszka Radwanska le pisa los talones (5.891 a 5.875 puntos).
Sin embargo, a Sharápova, a estas alturas de su carrera, con 26 años y semejante currículum ya a sus espaldas, no le preocupa tanto el ranking inmediato como el medio plazo, poder mantenerse en la élite y ampliar su cuenta de títulos de Grand Slam, que al final es lo que la historia recuerda. Sharápova es una deportista ambiciosa y una trabajadora tenaz. Si repasamos su carrera, tras los periodos de baja prolongada por lesión la tenista rusa ofrece siempre una versión evolucionada: "He tenido momentos mucho más duros que este y he sido capaz de volver y superarlo”, comenta en referencia a esa operación de 2008, en la que pasó casi un año sin jugar y llegó a desaparecer de los 100 primeros puestos del ránking.
Aunque la deportista pare, el icono publicitario permanece, por eso la máquina de hacer dinero ha seguido funcionando a toda máquina durante los meses de inactividad. La revista Forbes publicó a comienzos de este mes la clasificación de los atletas más ricos del mundo, contando los ingresos de todo ámbito en el último año, y la siberiana aparece en primer puesto entre las mujeres.
Sharápova también ha seguido acaparando titulares en prensa durante los meses de ausencia de las pistas, especialmente por los cambios de entrenador. En julio, tras casi tres años, rompió con el sueco Thomas Hogstedt después de caer eliminada en segunda ronda de Wimbledon.
Apenas tardó 24 horas en anunciar el nombre del sustituto, el legendario Jimmy Connors, con quien ya había trabajado en 2008. “Jimmy llegó en el momento y el lugar equivocados, tras Wimbledon. No creo que ningún entrenador hubiera tenido éxito trabajando conmigo en el estado mental que yo atravesaba en ese momento, entrenando con fuertes dolores, sabiendo que era improbable llegar a tiempo para disputar el US Open. No era agradable estar a mi alrededor, fue una situación dura”, explica Sharápova.
Sharápova: "Cuando pierdo lo único que quiero es tomarme la revancha"
Connors duró exactamente un mes
como entrenador de María. En noviembre, la rusa volvió a contratar los
servicios de un entrenador, el reputado holandés Sven Groeneveld, que trabajase
en su día con Mónica Seles, Mary Pierce y Caroline Wozniacki, entre otras.
El otro asunto por el que Sharápova ha seguido acaparado titulares durante su
ausencia de la competición es su vida sentimental. Desde primavera sale con el
tenista búlgaro Grigor Dimitrov, cuatro años más joven que ella y expareja de
su gran rival, Serena Williams. "Tuve un 2012 movido, atravesando una
ruptura (Sasha Vujacic) y ganando un Grand Slam (Roland Garros). Es bonito ver
a alguien (Dimitrov) que está a mi lado construyendo su propia vida y creciendo
como persona, respetándome en lo que hago, dejándome vivir mi vida pero siendo
una parte grande de ella. Es una combinación muy difícil de encontrar en
cualquier relación".
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