Stanislav Pozdnyakov, el mosquetero de Siberia

Fuente: Ramil Sítdikov / Ria Novosti

Fuente: Ramil Sítdikov / Ria Novosti

El actual seleccionador nacional fue el más grande de la historia de la esgrima rusa, con cuatro oros olímpicos y diez títulos mundiales.

Aunque la URSS produjo algunos tiradores destacados, como Víktor Krovopuskov, Víktor Sidyak o Víktor Zhdanovich, la esgrima es un deporte históricamente dominado por países centroeuropeos, digamos Italia, Francia, Hungría y Alemania.

Sin embargo, a comienzos de los 90 irrumpió un gran talento ruso llamado a dominar la especialidad de sable durante casi 15 años. A Stanislav Pozdnyakov, ‘el mosquetero de Siberia’, le contemplan cuatro títulos olímpicos y diez mundiales. El más grande de la historia de la esgrima rusa.

Nació en Novosibirsk en 1973 en el seno de una familia de médicos militares. Su primer contacto con el deporte fue a los seis años, probó con la natación. A los nueve dejó la piscina para jugar al fútbol pero, por avatares del destino y por suerte para el deporte ruso, terminó apuntado en la escuela municipal de esgrima.

Pronto destacó con el sable en la mano, a las órdenes de Borís Pisetski, su primer mentor. Pisetski ideó métodos de entrenamiento alternativos para esa prometedora generación de tiradores en la que se contaba Stanislav, procurando evitar las repeticiones monótonas, combinando eventualmente la esgrima con otros deportes colectivos, como el hockey hielo o el propio fútbol, tratando de inculcar así el sentimiento de equipo en un deporte individual. Un trabajo que cobra todo el sentido viendo a posteriori los resultados como selección de aquella generación surgida en Siberia.

Pero de entre aquella camada, fue Stanislav quien primero destacó y los resultados en categorías inferiores no tardaron en llegar, arrasando en torneos júnior regionales y nacionales. En 1992, con sólo 18 años, y aunque todavía no se había consagrado a nivel internacional, Pozdnyakov participó ya en sus primeros JJOO.

“Era mi sueño desde muy pequeño, son el mayor evento deportivo del mundo, por ellos cambié en su día el fútbol por la esgrima. Finalmente estaba allí, y antes de lo que esperado. De repente, siendo todavía muy joven, me vi en medio de aquella vorágine, rodeado de los mejores deportistas del mundo. La atmósfera en unos Juegos es muy especial”, recuerda Pozdnyakov, que formó parte del Equipo Unificado (CEI) que ganó la medalla de oro en sable por equipos en Barcelona, batiendo en la final a Hungría. “Mi caso fue bastante excepcional, me proclamé campeón olímpico antes que campeón del mundo júnior”.

Fue sólo el comienzo de una meteórica carrera en la elite. Stanislav dominó la categoría de sable durante casi tres lustros. Se proclamó diez veces campeón del mundo, la mitad individual y la mitad por equipos, y otras 11 veces campeón de Europa. Aunque su mayor logro llegó en Atlanta 1996, oro olímpico en sable, categoría individual, batiendo en una final a su compatriota y amigo Serguéi Shárikov tras una memorable remontaba. Fue el segundo de sus cuatro títulos, repartidos en tres ciclos olímpicos. Sus cinco oros mundiales en sable individual nunca han sido igualados.

 

Retirada la generación de Pozdnyakov, Rusia ha perdido su papel preponderante en la esgrima mundial. Se mantiene como un equipo competitivo, pero su producción de medallas ha bajado considerablemente y los oros se han convertido en una rareza: sólo uno en las dos últimas ediciones de los JJOO, mientras que entre Atlanta’96 y Sydney’00 sumó ocho. En 2005, todavía en activo, Stanislav fue elegido miembro del parlamento regional, Novosibirsk.

En Rusia es relativamente habitual que los deportistas se metan a la política terminada su carrera, especialmente aquellos que vienen de provincias. Aunque en realidad ese cargo de diputado regional fue poco más que testimonial en el caso de Stanislav, que sigue muy vinculado a la esgrima desde su retirada.

Fundó una importante escuela en Novosibirsk, por cierto, financiada directamente por su amigo, el oligarca Alisher Usmánov, el hombre más rico de Rusia y gran aficionado a este deporte, desde 2008 presidente de la FIE (Federación Internacional de Esgrima). Por su parte, Pozdnyakov ejerce desde 2008 de seleccionador nacional, puesto que compagina con el de vicepresidente de la federación rusa de esgrima.

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