Nikolái Sazhin, durante su último combate, en Londres. Fuente: World Chess Boxing Organisation
Sazhin se enteró de la existencia del chess-boxing por internet y al principio se entrenó por su cuenta, mediante vídeos de Youtube. Tanto el ajedrez como el boxeo le eran familiares, pero ponerlos en común era una idea cuanto menos exótica. Sazhin, que por entonces contaba 19 primaveras y acababa de recibir una beca universitaria por un estudio de matemática computacional, no había viajado nunca al extranjero antes de aquel junio de 2008, cuando voló a Berlín para retar al vigente campeón mundial de chess-boxing en su propio territorio. Frank Stoldt era un policía antidisturbios alemán de 37 años, fanático del ajedrez y de las artes marciales, que había conseguido retener el título en los tres combates previos.
Algo más de 1.000 personas se congregaron en un céntrico gimnasio de Berlín para asistir a aquella velada. Bien pasada la medianoche se encendieron los focos y los dos gigantes de más de 120 kilos se sentaron alrededor del tablero de ajedrez colocado en medio de un cuadrilátero. Pese a que Stoldt dominó el combate de boxeo, cayó en el quinto asalto al perder la reina en la partida de ajedrez. Fue el comienzo de la leyenda de Nikolái Sazhin, ‘El Expreso de Siberia’, uno de los más grandes en la breve historia de este deporte.
Para muchos de los que lean estas líneas será probablemente la primera vez que escuchen hablar del chess-boxing, así que antes de continuar mejor explicamos brevemente en qué consiste. Los combates, o partidas, de este deporte híbrido se dividen en 11 asaltos, alternando 4 minutos de ajedrez con 3 de boxeo, más un minuto entre medias para cambiarse de indumentaria. Para ganar se necesita un KO técnico en boxeo o un jaque mate en ajedrez, sino, los jueces decidirán el vencedor a los puntos.
La disciplina surgió en los años 90 y se oficializó en 2003, cuando se organizó en Amsterdan el primer torneo vinculante. El chess-boxing cuenta desde 2008 con una Asociación Mundial reguladora, bajo las siglas WCBO y con sede en Berlín. Ese mismo año la disciplina recibió un importante reconocimiento cuando la Federación Mundial de Ajedrez publicó en su web oficial un vídeo de su presidente, el ruso Kirsan Ilyumzhinov, disputando un combate amistoso de chess-boxing en la ciudad caucásica de Elitsa. Fue su forma de promocionar y legitimar la joven disciplina.
La WCBO aglutina federaciones nacionales de diferentes países. Alemania, Inglaterra y Bielorrusia se cuentan entre las más potentes, aunque quizá la más importante sea la rusa, en concreto su delegación siberiana, en lo que tiene mucho que ver la figura de Nikolái Sazhin. Aprendió a jugar al ajedrez a los seis años en ‘La Torre’, un club de su Krasnoyarsk natal. Su relación con el boxeo es más tardía, se inició en el Lokomotiv Krasnoyarsk, equipo asociado a la Universidad Federal de Siberia, donde estudió en el Instituto del Cosmos y Tecnologías de la Información. Sazhin fue un estudiante brillante, galardonado con la prestigiosa beca Leonid Kirenski por sus estudios en matemáticas; no parece casualidad su destreza en el tablero de ajedrez.
Tras su victoria sobre Stoldt en 2008, Sazhin perdió la corona al año siguiente, cayendo frente al bielorruso de pasaporte alemán Leo Kraft, en combate disputado en Krasnoyarsk. Sazhin recuperó el cinturón en 2011 tras batir al inglés Andy ‘La Roca’ Costello, otro especialista en artes marciales con un cuerpo escultural y que, por cierto, saltó al ring disfrazado de Sherlock Holmes; lupa, sombrero y pipa incluidos.
Sazhin en cambio, con una musculatura poco definida, tiene su fuerte en el ajedrez, mientras que en los asaltos de boxeo su táctica es principalmente defensiva. El último combate del siberiano fue el año pasado en Londres, también ante Costello y con el mismo resultado, victoria en nueve asaltos que le permitía conservar el título de pesos pesados que a día de hoy ostenta. Sazhin defenderá de nuevo su cinturón a finales de octubre ante ‘el Doctor’, apodo del italiano Gianluca Sirci.
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