Pisando con garbo…en otros planetas (Parte 2)

¿Rodando, deslizando, caminando o botando? Esta vez conoceremos los diseños destinados a otros destinos más allá de la Luna, entre los que la rueda no era la única opción.

En la anterior entrega de ‘Pisando con garbo… en otros planetas’  vimos todo el proceso seguido hasta dotar al Lunojod de sus características ruedas. Como la Luna era ya un objetivo más que superado para la exploración mediante vehículos autónomos, la Unión Soviética decidió posar su mirada en planetas como Marte y Venus.

Fotos de la superficie de Venus tomadas por la soviética Venera 13 (arriba) y de Marte por la estadounidense Curiosity (abajo). Fuente: Don P. Mitchell y NASA

Para estos destinos se abandonó el diseño de malla a favor de una superficie sólida. Y no solo eso, la existencia de un terreno tan tortuoso como el revelado por las diferentes sondas enviadas a estos planetas, hizo pensar en que serían necesarias ruedas dotadas de un motor independiente cada una, incluyendo frenos, sensores y amortiguación. 

De esta manera, la tracción era máxima y el uso de energía, óptimo. Había nacido la rueda del 'Marsojod' o “caminante de Marte”.

Con el Lunojod y Marsojod que se encuentran en el Instituto de Investigaciones Espaciales (IKI) de la Academia Rusa de las Ciencias en Moscú. Fuente: archivo personal

Los diseños se probaban en la península de Kamchatka, https://rusiahoy.com/articles/2013/01/07/volcan_del_lejano_oriente_entra_en_erupcion_23729.html que ofrecía a los ingenieros un increíble entorno con irregularidades semejantes a los que podrían encontrarse los vehículos en otros planetas. Las zonas preferidas eran las que habían tenido erupciones recientes, ya que el terreno generado incrementaba la dificultad.

La península de Kamchatka fue visitada por los vehículos más peculiares que podía haber concebido la mente humana. Fuente: CCCP blog

Pero la rueda no es el único sistema de desplazamiento que puede ser utilizado. De hecho, el cuerpo humano mismamente no la incorpora en su fisonomía. 

Así nació PrOP-M a finales de los años 60, acrónimo de Pribori Ochenki Projodimosti-Mars (instrumento  de evaluación de las capacidades todo-terreno en Marte), conocido también como Marsojodik (el pequeño Marsojod) debido a sus dimensiones (25cm x 22cm x 4cm y 4,2kg). Efectivamente, PrOP-M iba a sentar las bases de los siguientes vehículos. 

Marsojodik utilizaba unos skis para desplazarse a una velocidad de 1 m/h (Curiosity, el nieto estadounidense de Lunojod, alcanza un límite teórico de 144 m/h que en la práctica se reduce a la mitad). 

Su autonomía era de 15 metros desde la sonda descenso a la cual estaría conectado para obtener energía. Cada metro y medio que recorrería, PrOP-M se detendría para analizar el terreno con dos instrumentos que llevaba incorporados. Los datos obtenidos se sumarían a los de una cámara que apuntaba a las huellas dejadas por los esquís.

El pequeño caminante marciano (PrOP-M). Fuente: Wikipedia

¿Pero quién necesita ruedas o skis cuando uno puede ir botando? Ese fue el principio del PrOP-F, un vehículo de 41 kg concebido en los años 80 para explorar Fobos, el satélite más grande de Marte. 

Cuando la nave se aproximara a Fobos, PrOP-F sería literalmente eyectado a 1-2 kilómetros de la superficie de la luna. Gracias a un ingenioso sistema en el que un pie dotado de muelles, el vehículo iría botando sobre Fobos. La orientación y estabilidad correrían a cargo de un sistema de varillas. 

El PrOP-F, que parece ser sacado de una novela de ciencia ficción, sirvió de inspiración para Minerva, un vehículo saltador que fue destinado a un asteroide en la misión Hayabusa (2003-2010).


El PrOP-F recién desplegado (arriba), el concepto del saltador (abajo a la izquierda) y Minerva (abajo a la derecha), su nieta japonesa. Fuente:  Advances in Space Research referenciado

Como vemos en los diseños mostrados a lo largo de las dos entregas de este artículo, y de paso haciendo alusión al lema de esta sección, “los límites solo existen en la imaginación”.

Puede que el ser humano sea el único animal que se tropiece dos veces con la misma piedra, pero también es el único animal capaz de perfeccionar sus herramientas para rodearla, a fuerza de tropezarse y volverse a levantar.

También es el único animal capaz de proyectar su mente a través de dichas herramientas con el objetivo de visitar mundos en los que quizás no podrá poner un pie todavía, pero será consciente de que está acción constituirá un paso más para las misiones tripuladas de las siguientes generaciones.

Los diseños vistos aquí no son sino una pequeña muestra de los que surgieron de la imaginación y mesa de trabajo de los ingenieros rusos/soviéticos.

Para verlos todos, animo a ver las dos parte del siguiente documental. 

Más Información 

NPO Lavochkin 

VNIITransmash 

Galería de hitos de VNIITransmash en la que se muestran fotos de más vehículos curiosos 

AdvancesinSpaceResearch. 

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