Fuente: Román Kiselev
Cualquier persona fotografiada por un usuario de Instagram corre el riesgo de que esta imagen sea publicada sin su consentimiento en un anuncio publicitario. El propio usuario, según las nuevas reglas, no recibirá compensación alguna a cambio.
La Administración de Instagram asegura entretanto que “nada ha cambiado en lo que respecta a la propiedad de las fotos o quién puede verlas”.
Al aceptar la nueva política de privacidad, el usuario consentirá que Instagram comparta sus datos e información con Facebook que, a su vez, podrá compartirlos con empresas anunciantes para ofrecer publicidad personalizada.
Artículo originalmente publicado en RIA.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: