Recordó que después de las parlamentarias de
2003 y 2007 su formación impugnó sus resultados ante el Supremo, pero en
ambas ocasiones los recursos fueron desestimados.
"No nos
hacíamos ni hacemos ilusiones acerca de que nuestras demandas pudieran
ser examinadas en un proceso honesto", dijo Mélnikov.
Explicó
que si en las ocasiones anteriores este procedimiento jurídico buscó
"llamar la atención de la sociedad sobre la falsificación de los
resultados electorales", ahora "la sociedad ha despertado y los
ciudadanos lo tienen claro".
"En estas condiciones, conducir
al partido a una derrota judicial formal no tiene sentido", dijo el
número dos de los comunistas, quien agregó que la no presentación del
recurso impide al Supremo dar un sello de validez a las elecciones de
diciembre del año pasado.
Esos comicios fueron tachados de
fraudulentos por todas las formaciones políticas, con la salvedad de la
ganadora, Rusia Unida, que según los resultados oficiales obtuvo el 49,3
% de los votos.
Al día siguiente de las elecciones, decenas
de miles de personas salieron a las calles de Moscú para exigir
elecciones limpias, en las mayores manifestaciones vistas en la capital
rusa en casi 20 años
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