El ruso se pone de moda en México

Hay un grupo de estudiantes de ruso en Zacatecas, un estado bastante alejado del centro cultural por excelencia del país, la Ciudad de México, a quienes sus profesoras no solo enseñan el idioma, sino que les dan clases de bailes típicos, y de alguna manera han conseguido incluso hacerse con los trajes tradicionales del país.

Este grupo de estudiantes fue uno de los asistentes al VIII Encuentro Nacional de Lengua y Cultura Rusa, celebrado en Tepic, capital del estado de Nayarit, a finales de octubre. El encuentro anual, que reúne a estudiantes y a expertos de la cultura rusa en México,  fue organizado en esta ocasión por la Coordinación de Asuntos InternacionaIes de la Universidad Autónoma de Nayarit.

Recibió asímismo el apoyo de la Agencia Federal Rusa de Cooperación Internacional Rossotrudnichestvo, encabezada por el Agregado Cultural de la Embajada de la Federación Rusa, el Dr. Ígor Fedorov y de la Asociación del Idioma Ruso en México, (AMIR) presidida por el recientemente ganador de la Medalla Pushkin, el Dr. José Luís Flores López.

Natalia Kralina, filóloga y profesora de lengua y literatura española en la Universidad Autónoma de Nayarit, formó parte del comité organizador de este congreso.

Kralina explica que el notable interés por el idioma y la cultura rusos tiene mucho que ver con la integración del país en la economía mundial. La Federación Rusa acaba de integrarse en la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que le abre las puertas a un mercado de 140 millones de consumidores, y favorecerá la aparición de sólidas oportunidades comerciales en un gran abanico de sectores.

En el caso de las relaciones comerciales con México, la Federación Rusa tiene grandes intereses en el campo energético, en un país en el que empresas soviéticas como Power Machines, han construido algunas de las plantas hidroeléctricas más importantes de las últimas décadas. Ese es el caso de La Yesca, inaugurada el día 6 de Noviembre de este año en este mismo estado por el presidente Felipe Calderón.

Dado que la economía rusa está pasando no sólo por una fase emergente, sino también de apertura, el interés de los jóvenes mexicanos por su cultura  y su lengua es natural, teniendo en cuenta que esto abrirá un gran número de puertas a aquellos que dominen el idioma, con interesantes propuestas de trabajo.

Aunque el objetivo principal de este congreso es difundir la cultura y la lengua rusas y estrechar las relaciones entre los países, este tipo de encuentros a menudo se utiliza también para reforzar relaciones económicas, presentes y futuras.

Representantes del estado de Nayarit, donde se ubica la llamada Riviera del Pacífico, aprovecharon la oportunidad para plantear al embajador ruso, Valeri Ivánovich Morózov, invitado de honor, la posibilidad de atraer turismo a esta parte del país, al igual que se hace en Cancún, donde la derrama económica de los viajeros rusos estos últimos años ha aumentado considerablemente.

Se necesitan más ayudas

El VIII Encuentro Nacional de  Lengua y Cultura Rusa se realizó en el marco del “Programa de Cooperación Intergubernamental Bilateral en el Ámbito de Cultura, Educación y Deporte para 2010-2012”, firmado entre los dos países en julio de 2010.

Durante dos días,  el 25 y 26 de Octubre, 80 estudiantes tuvieron la oportunidad de convivir e intercambiar experiencias con una veintena de maestros y expertos, algunos venidos desde universidades rusas, como la responsable del Centro Internacional de Atestación de la Universidad Estatal de Moscú “Lomonósov”, Irina Kurlóva. Fueron dos jornadas de actividades académicas, ponencias, conferencias magistrales, y otras actividades recreativas.

Uno de los actos más aclamados fue la representación teatral por parte de Jorge Prado Zavala de la obra “El Diario de un loco”, de Nikolái Gógol, un monólogo de tres horas que está cosechando excelentes críticas en sus representaciones en la capital del país.        

El ingeniero Edel Soto, otro de los organizadores, y buen conocedor del idioma, ya que estudió en la universidad de Kiev durante los años 80, describe el perfil de los asistentes como jóvenes que “se interesan por la cultura y el idioma rusos, que tienen una participación constante, y que además tienen gran curiosidad por las canciones, la poesía, la política, la historia, la economía…son jóvenes que no han podido viajar, y quieren que los intercambios sean más frecuentes”.

Natalia Kralina coincide con Soto en que este interés se vería reforzado si recibiera más apoyo por parte de las instituciones y fundaciones de la Federación Rusa, mediante intercambios de estudiantes, y con ayudas en forma de becas y otras facilidades.

La universidad Autónoma de Nayarit, y en general todos los expertos y estudiosos de la cultura rusa, quieren que haya una mayor movilidad estudiantil y de investigadores entre universidades mexicanas y universidades públicas rusas, dice Kralina:

“El nivel de apoyo en lo que se refiere a la difusión del idioma ruso y al fomento de los intercambios académicos por parte de la Federación de Rusia es todavía insuficiente si lo comparamos con los programas similares que anteriormente se realizaban con la Unión Soviética.” 

Soto insiste en que el panorama de la enseñanza del ruso está cambiando a raíz de la estabilización y del despegue de la economía, como pasara con China hace unos años.

“Ya no hay Guerra Fría, tensión(…) Rusia amplía sus lazos comerciales y la cuestión ideológica se diluye porque es más práctico para las relaciones internacionales. Incluso el Mundial de fútbol de 2018 va a despertar un mayor interés por parte de muchos aficionados”. 

En la actualidad, el 60% de los interesados en aprender ruso en México se concentra en las principales ciudades del país, las de mayor actividad comercial, pero esta tendencia empieza ya a extenderse a provincias, sobre todo si existe la posibilidad de un trabajo bien remunerado al final del camino.

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