Calzado tradicional ruso compite con marcas internacionales

Hace unos años, la periodista rusa Natasha Nemírova publicó orgullosamente en su blog algunas fotos de prendas de última moda, entre ellas había un par de botas valenki de color blanco con flores azules bordadas.

En ese momento, Natasha se puso en el punto de mira de la minoría de moscovitas que siguen la moda. En todas partes, la gente se ponía las botas UGG.

“No quise comprar las UGG por dos razones”, dijo Nemírova. “En primer lugar, no es tan fácil de encontrar las UGG originales. Nuestras zapaterías están llenas de las imitaciones. En segundo lugar, todos las llevan. Quizás sólo los perezosos no las han comprado todavía”.

Aunque los rusos han usado las valenki durante siglos, perdieron gran parte de su atractivo entre los habitantes de las ciudades a mediados del siglo XX.

Las valenki tradicionales estaban hechas de fieltro de lana de oveja y no tenían suela dura. Normalmente las manufacturaban en negro, gris o blanco, y para protegerlas del barro había que usarlas con una protección de goma (galochas), lo que no le daba un aspecto especialmente estiloso. De modo que en cuanto aparecieron nuevas opciones, las valenki fueron reemplazadas en las ciudades por botas más ligeras y más resistentes al agua.

Entonces, las UGG llegaron al mercado ruso. Rápidamente se popularizaron como 'las valenki australianas', debido a su semejanza con el calzado tradicional.

De repente, los diseñadores de las botas de fieltro estaban haciendo su camino hacía las páginas de revistas de moda.

“Fue hace tres o cuatro años,” dijo Lev Larin, propietario de la tienda virtual Uggi- Valenki. “Hoy en día, las valenki vuelven a ser populares. Antes solían ser calzados sin forma, hoy son verdaderas botas de fieltro. Son elegantes, hermosas y lo más importante es que tienen alma”.

Existen en diferentes colores y tienen diseños bordados, las hay decoradas con impresiones o hechas con bordes de piel. Además de mantener los pies  calientes durante invierno, son unas glamurosas piezas de artesanía que se pueden personalizar fácilmente.

“Son muy populares entre los jóvenes y los no tan jóvenes, entre los ricos y los pobres. Hay una gran variedad de modelos: cortas y altas, para pies finos o los más fuertes, con la puntera estrecha o redondeada. A las más jóvenes les gustan con flores o copos de nieve. Las más tradicionales son negras o blancas. Hay muchas opciones,” dijo Larin.

Denís Detkovskii, jefe del departamento de ventas, productor de calzados rusos, afirma que su empresa fue la primera en producir “las nuevas valenki”, las de la ciudad.

“Nuestra empresa empezó a producirlas hace tres años. Entonces no había nada parecido a las valenki actuales en el mercado. Desde hace tres años nuestros diseñadores crean nuevos modelos y desarrollan nuevos looks. Empezamos a mostrarlas en varias exhibiciones y la gente se interesó,” dijo Detkosvkii.

Señala que las valenki de ciudad son relativamente baratas y muy ligeras. “Empiezan a tomar el lugar de las UGG”, dijo.

La competencia entre las UGG y las valenki atrae la atención en Rusia. Varios grupos en redes sociales y blogs están dedicados a la controversia sobre qué marca está más de moda. Larin, de la tienda virtual Uggi- Valenki, incluso lanzó un contador en su página web para mostrar las ventas de UGG contra las de valenki.

“La competencia es muy fuerte. Están luchando codo a codo,” dijo Larin.

Tatiana Efímova es de una familia que hace botas de fieltro desde hace 15 años y está de acuerdo con Larin. “Me parece que hoy en día las valenki son cada vez más populares. La gente ya no tiene miedo de la palabra 'valenki'. Disfrutan usándolas,” dijo.

Efímova y su familia las hacen sin suela dura, como lo hacían sus antepasados, pero incluso estos productores antiguos de la república de Chuvasia, en Rusia central, han cedido a la nueva tendencia y las decoran con bordados y botones.

Además, han estado vendiendo sus valenki cubiertas con fundas transparentes de silicio, que parecen más atractivas que sus antecesores.

“Un día, las costureras empezaron a comprarnos a nosotros. Primero observé como hacían su trabajo y luego se me ocurrieron ideas. Empecé a bordarlas yo misma. Hoy en día doy empleo a varias costureras,” dijo Efímova.

Según ella, las valenki se han hecho populares también fuera de Rusia. “Tenemos algunos clientes en el extranjero, de EE UU, Francia, Rumania y la CEI. El año pasado, una empresa estadounidense contactó con nosotros y nos sugirieron que deberíamos producirlas para el mercado norteamericano. Pero, como esto estaba fuera de 'nuestra liga', lo rechazamos”.

Tal vez un día las valenki lleguen a competir con las UGG en el mercado global.

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